La diseñadora que envió el Duque es muy detallista, es la primera vez que estoy usando un vestido hecho a la medida, los que la señora Sigfred me dio jamás fueron en mi talla, los de la Marquesa tenían que ser ajustados, así como el que el General me regaló y los que yo compré.
Este es diferente.
El cuello, la forma de las mangas, el largo de la falda, cada detalle está hecho considerando mis medidas y no las de alguien más, lo único que me preocupa es el hecho de que la mitad de los vestidos son cortos
– Me gustaría que fueran un poco más largos.
– No se preocupe, es el largo correcto.
¡Ah!
– Su figura es muy estética, es muy fácil diseñarle vestidos, se verá hermosa.
Me miro en el espejo.
El cambio es muy evidente.
Últimamente me peinan el cabello en una trenza gruesa que cae sobre mi hombro derecho, la estilista insiste en que tengo un cuello delgado y que debo mostrarlo, todos los escotes muestran mis hombros ligeramente, pero también son muy recatados, la cintura es ceñida y me hace ver más delgada.
El maquillaje es más claro, el labial es de un rojo no tan fuerte como el que usé en la ceremonia y no es precisamente rosa.
Mi parecido con Isabela se pierde.
– Hoy se ve maravillosa.
Sonrío.
Así que esta es mi risa.
– ¿Por qué te estas tardando tanto?, tenemos quince
¡Me tarde!, no me había dado cuenta – estoy lista, muchas gracias por todo – le agradezco a la diseñadora y camino hacia el General – me disculpo, trataré que no se repita.
Soy una esposa obediente, no me golpes, sí, ¡maldito hijo de la arpía de mi suegra!
¡Desearía tanto decir esas palabras en voz alta!, el día de mi divorcio daré una fiesta, invitaré a la Marquesa, al joven Alexis y a Elizabeth, ¡ah!, también a Patrick, Ágata, sir Evans, la lista se está volviendo larga, necesitaré un salón, gastaré todo en comida, después beberé hasta embriagarme y
– Te ves bien.
¿Qué?
– ¡Oh!
Él, no va a matarme hoy, ¿cierto?
– Usted también se ve bien, General, ya es tarde, tenemos que darnos prisa.
Barbilla en alto, espalda recta, ojos abiertos y una última parada para ver a Marcela, algo muy malo podría pasarme hoy.
El tiempo en el carruaje es silencioso, él solo me dice una frase.
– Volveremos cuando termine la misa, solo es para cumplir las peticiones de tu madre.
– Me gustaría quedarme un momento después de que termine, serán solo unos minutos.
La llegada al templo es rutinaria, bajo del carruaje, subo los escalones, busco un lugar para sentarme y escucho la misa, si, todo es rutinario, tal vez me preocupé de más y todo está bien en mi matrimonio.
Es el mismo infierno de siempre.
El General casi siempre guarda su distancia, pero hoy está callado, las palabras del sacerdote, el recordatorio de la crisis que vivimos y los rezos.
Y una persona reconocible en cualquier escenario que se sienta al frente junto a su esposo. Isabela es una visitante frecuente en el templo, no me sorprende verla.
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La petición de la mujer malvada
RomanceTítulo: La petición de la mujer malvada Historia original Actualizaciones Martes y Viernes - Majestad le pido que me conceda el divorcio. La mujer con corazón de hielo que robó el novio de su hermana, le provocó un aborto a la amante de su marido y...