– Puedes quedarte tranquila, no estoy interesado en besarte, esperaba que lo razonaras, pero ya que estás decidida, se hará como quieres.
Anoche descubrí que, para mi marido, soy una mujer irrazonable cuya mente nunca está clara. No estoy sorprendida, estoy asqueada, solo de pensar que solía tener la esperanza de un matrimonio amistoso con él, me da risa.
Después de que el General me dijera esas frías palabras, jaló la bata que cubría mi cuerpo y mordió mi cuello, yo esperaba por un beso y él me mostró su salvajismo.
Sin dudarlo toque su nuca y absorbí la energía de su cuerpo, él cerró los ojos con fuerza, es probable que se sintiera mareado por el alcohol, después se dejó caer y para mi mala suerte
Se cayó de la cama.
No quise pasar por la vergüenza de llamar a Ágata, en su lugar traté de levantarlo varias veces, jalé su brazo y tiré de él con el rostro levantado para no mirar.
¡Vi algo horrible!, ¡el trasero de mi esposo bajo la luz de la luna se ve blanco!
Es, lo más asqueroso que he tenido que mirar en toda mi vida.
Me harté de jalar de su brazo antes de darme cuenta de que debí poner una toalla encima y así obstruir la vista.
¡Fue imposible!
Mi esposo es demasiado pesado, aún sin ropa.
Cubrí su cuerpo con la toalla y abrí la puerta de la habitación para pedir ayuda, Sir Evans apareció poco después y él sin problemas regresó al General a la cama acostándolo boca abajo, lo cubrió con la sábana y se fue sin hacer preguntas.
Cuando tenga dinero le pagaré por este gran favor.
Después de que Sir Evans se fue, llamé a Ágata y comenzamos a dejar marcas rojas sobre mi piel, con mucho cuidado, pequeños golpes de brocha y varios tonos, los falsos chupetones cubrieron mi cuello, hombros, parte superior del busto y nuca, Ágata fue amable y retocó la mordida en mi hombro para que se viera amoratada.
Después de eso, me senté a esperar el amanecer, mis ojos ganaron un par de ojeras y mi piel se vio pálida agregando realismo a la escena, al momento de irme de la habitación alcé mi cabello que había quedado atrapado por la bata y dejé que los dos chupetones en mi nuca tuvieran su momento de gloria.
Abandoné la habitación.
El agua se siente tibia y relajante, sigo pensando que algún día tendré un baño parecido al de la Marquesa, un baño del tamaño de una habitación completa con paredes de mármol y una fuente que será un gigantesco desperdicio de agua.
Será muy divertido.
Ágata me ayuda a repintar los chupetones dejando marcas más ligeras y tenues, los cubrimos con crema y a propósito uso ropa que me cubre hasta el cuello.
*****
Ninguno habla durante el desayuno, tal y como Ágata lo dijo, él no es capaz de mirarme a los ojos, la culpa de un hombre que no es capaz de recordar lo que hizo debe ser una pesada carga.
– ¿Cómo?... ¿cómo te sientes?
– Un poco adolorida, estaré bien después de descansar.
Traga saliva y vuelve a desviar la mirada, se nota un poco nervioso.
– Señora – Ágata entre en la habitación con un sobre y me lo entrega.
Es la invitación a la boda de Isabela, será en pocas semanas y es otro vestido que tengo que comprar, los nobles actúan como si sus bolsillos fueran inmensos, no puedo aceptar tantos gastos.
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La petición de la mujer malvada
RomanceTítulo: La petición de la mujer malvada Historia original Actualizaciones Martes y Viernes - Majestad le pido que me conceda el divorcio. La mujer con corazón de hielo que robó el novio de su hermana, le provocó un aborto a la amante de su marido y...