23. Agua bendita (3)

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Pensé que tomaría más tiempo, la Marquesa Morgana es una mujer con gran poder, consiguió los medicamentos que le pedí en un tiempo muy corto, apenas amaneció y solo he comido algo ligero para el desayuno.

– Podemos comenzar.

– Si.

El primer paso es el más importante, prometí no ser tacaña, mi futuro soñado jamás se logrará sin este paso, así que tomo una botella completa de agua bendita y bebo cada gota.

El agua tiene un brillo ligeramente azulado y se desliza hacia mi garganta dejando una sensación cálida, ese calor se extiende desde mis orejas hasta mis tobillos y mi piel emite un pequeño destello.

La Marquesa me mira de forma extraña, las tres personas junto a ella, el médico anciano, el guardia y la ama de llaves, los tres retroceden.

¿Hice algo extraño?

Debe ser porque bebí la botella completa cuando la iglesia aconseja un vaso pequeño, tristemente, sí no consumo la botella entera, no tendré la fuerza necesaria.

– Podemos comenzar.

La primera parte es fortalecer el cuerpo de la Marquesa, después de eso extraer el veneno y finalmente usar sanación para que su cuerpo pueda concebir.

Toco ligeramente sus manos y con un cuchillo hago una incisión en su dedo medio, el guardia que la acompaña lleva la mano a la empuñadura de su espada, por suerte la Marquesa lo detiene y yo puedo continuar con mi trabajo.

Los medicamentos que pedí son más que nada vitaminas para reponer la sangre que va a perder durante el tratamiento, tomó el primero y lo estrujo en mi mano convirtiéndolo en una luz amarilla, cubro con ella el dorso de la mano de la Marquesa mientras que con mi otra mano sobre su palma empujo el veneno.

La sangre comienza a gotear.

Esto es, demasiado sencillo.

Pensé que me tomaría más tiempo o que el veneno se resistiría, debe ser el efecto del agua bendita, no solo puedo trabajar más rápido, la Marquesa está absorbiendo los medicamentos más más fácilmente, con esto no habrá problemas.

La sangre sigue escurriendo sobre su dedo hasta llegar un pequeño vaso, el color negro y el olor a podrido es un poco llamativo, pocas personas pueden creer que algo tan repulsivo pueda estar en su cuerpo y acusan a los sanadores de estafadores, es muy difícil explicarles que son las toxinas de su cuerpo generadas por el alcohol, el tabaco, el polvo o los mismos medicamentos adulterados que consumen para lucir jóvenes.

Por suerte la Marquesa es muy comprensiva y ninguno de sus sirvientes me ha dicho algo, me están dejando hacer mi trabajo con mucha calma.

He terminado.

En verdad tomó muy poco tiempo, considerando los años que lleva siendo envenenada veinte minutos es muy poco, solo resta fortalecer su salud.

Esta es la parte donde tomo mi fuerza vital y cubro con ella el cuerpo de la Marquesa, la herida de su dedo se cierra sin dejar cicatriz como si nunca se hubiera cortado, su semblante se ve menos pálido, las arrugas bajo sus ojos desaparecen, su cabello canoso se ve más negro y más brillante, las manchas de sus manos desaparecen y las venas saltadas son menos visibles.

Jamás había visto este resultado y he sanado a muchas personas, no tengo dudas de que se trata del agua bendita y todavía tengo mucha de ella en mí.

Suelto su mano – está listo.

Ella mira sus manos y se toca el rostro, el médico corre a tomarle el pulso y a revisarle las pupilas, la garganta, toca su espalda, le pide que tosa y al terminar se sienta y resopla – a primera vista, su salud está muy mejorada, sobre ese asunto.

Bueno, yo puedo devolverle la fertilidad, para tener un hijo todavía se necesita de un hombre y de

Eso

– Por los siguientes tres días su cuerpo estará en la mejor disposición para quedar embarazada – explico un poco apenada, debí decir esto antes para que ella preparara a su pareja.

La Marquesa acomoda su cabello y se levanta – ¿será de inmediato?

– Dependerá también de su pareja, un – esto es vergonzoso – hombre joven y sano sería lo mejor, aunque si es alguien mayor puedo ayudarla con eso – no ese tipo de ayuda – me refiero a que usaré mi sanación para aumentar su fortaleza y con ello las probabilidades de un bebe sano.

La Marquesa asiente – revísalo a él.

No soy la única sorprendida cuando señala a Gerald, su guardia, de hecho, el más sorprendido es él, al ser señalado de inmediato pone una rodilla sobre el suelo.

– Mi señora, no soy digno.

– ¿No dijiste que obedecerías todas mis ordenes?

Él levanta la cabeza y la mira con confusión.

– ¿De qué me sirves entonces?

Sé que no tengo opinión en esto, solo haré mi parte, tomar la mano del guardia e infundir mi energía vital, primero debo revisar en caso de que tenga problemas de salud, ya veo, su hombro derecho fue atravesado por una flecha, tiene heridas defensivas en los brazos, marcas de latigazos en la espalda, dos golpes en la cabeza, una pierna lastimada.

Este hombre, ha tenido una vida difícil, tengo que hacer un corte en su piel para extraer la sangre dañada.

Me apresuro a curar todas las heridas que voy encontrando y dejo al final lo más importante, bastará con una pequeña cantidad de energía, dejaré que vaya al lugar correcto y adiós contacto.

¡Oh!

Mis manos están cubiertas de fango negruzco y apestoso, es más impresionante que en el caso de la Marquesa – con eso bastará.

De nuevo, todos me miran, ¿hice algo incorrecto?

Mi vista viaja hacia el guardia de la Marquesa, durante el procedimiento a menudo cierro los ojos, de esa forma es más fácil mirar dentro de los cuerpos de los pacientes, así que no pude notarlo, la apariencia del guardia es un poco diferente, algo en él cambió.

Las cicatrices.

Las cicatrices que los soldados usan como trofeos de batalla, yo, las borre todas, su piel es más clara y el ojo que tenía caído ahora está acomodado, pero, luce bien, ¿no es cierto?

Espero no se moleste, porque no puedo hacer que las cicatrices vuelvan – qué pase una buena noche – momento de la retirada.

– Espera, no dejarás esta casa hasta que se confirme mi embarazo.

– Será un placer, Marquesa.

Mi hermosa y preciada habitación se ve menos perfecta, hice todo lo que estuvo en mi poder para ayudar a la Marquesa, el resto corre por cuenta de ella.

Suspiro.

Me pregunto qué estará haciendo el General en este momento, no tengo noticias del frente, ni siquiera sé con cuál reino era el altercado o qué pasará con el reino de Tiara que ya lleva dos reyes muertos y tampoco sé cómo es ese lugar.

¿Es frío?, ¿cálido?, ¿llueve?

Además de dirigir a sus hombres, ¿qué otra cosa hace?

En la mansión Sigfred por lo menos sabía que enviaba cartas y eso significaba que estaba a salvo, aquí no puedo saber cómo está y tal vez, solo un poco, me gustaría saberlo.

Aunque en el futuro me divorcie de él, me gustaría que tuviera una vida feliz y tranquila, eso sería lo mejor.

La petición de la mujer malvadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora