Debí quedarme dormida en algún momento, mi carruaje se siente extraño y desconozco algunos de los adornos, a través de la ventana abierta puedo ver el cabello plateado de Alexis mientras mira pensativamente hacia el horizonte y si muevo un poco mi cabeza
Un minuto.
¿Dónde estoy?
Recuerdo que subí al jardín elevado del castillo durante la develación de la estatua de las tres hijas de la diosa, siempre me da sueño en ese tipo de eventos y me quedo dormida toda la tarde, pero hoy no pudo hacerlo, seguí el brazo del Duque Daigo, me presenté con varias personas, hablé con ellas, sonreí hasta que los músculos de mis mejillas se tensaron y después de un largo tiempo pude descansar en una pequeña habitación.
Fue cuando el General entró para acusarme de lo más ridículo en este mundo, a veces siento que se despierta cada mañana pensando en una excusa para hacerme miserable porque, según él, yo lo hice miserable.
Lo que pasó después.
Estoy recargada en el hombro de Alexis en un carruaje que no conozco, hay lágrimas secas en mi rostro y la sábana sobre mis hombros es un saco blanco.
Mucha de mi frustración se fue con mis lágrimas, me siento más ligera.
Pero lamento que haya sido delante de él, soy mayor por dos años, debería estar cuidándolo en lugar de darle problemas.
– Buenos días.
Atardecerá en un par de horas, siento que estoy siendo regañada por quedarme dormida – buenas tardes.
Sonríe.
Conozco a otra persona que sonríe todo el tiempo, pero cuando lo miro a él, no siento que su sonrisa sea forzada, más bien, muy ligera, una curva en sus labios y un destello en sus ojos apenas perceptible.
– Muchas gracias por traerme, pero preferiría ir en mi carruaje y sobre lo que pasó, agradecería que no lo comentaras.
Mi reputación sufrirá mucho.
– Prometo que seré cuidadoso – desvía la vista y sonríe de forma más pronunciada.
Debería agradecerle por lo que hizo.
El carruaje se agita y mi cuerpo se inclina hacia el frente, su brazo me detiene a la altura de mi cintura como una barra de seguridad, de rebote me impulso hacia atrás y él detiene, en esta posición da la impresión de que me está abrazando.
Toque.
– Hemos llegado a la mansión del Barón Sigfred.
¡Oh! – es hora de que me vaya, muchas gracias por todo.
– Espera, voy a necesitar eso – señala su saco.
– Claro, muchas gracias.
– Todavía no abras la puerta.
Se ve preocupado, esconde el saco en un compartimiento detrás de los asientos y saca una capucha oscura con la que cubre su ropa y su cabello.
Tengo el presentimiento de que salió de casa sin permiso de sus padres y no quiere ser reconocido – ¿hoy no trajiste la peluca?
– La olvidé, no te rías.
Es difícil no hacerlo, todavía se ve un poco su cabello.
Toque.
– Un minuto – hablo en voz alta, su cabello es muy suave, solo quiero ayudarlo un poco para que su rostro esté totalmente cubierto – así está mejor.
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La petición de la mujer malvada
RomanceTítulo: La petición de la mujer malvada Historia original Actualizaciones Martes y Viernes - Majestad le pido que me conceda el divorcio. La mujer con corazón de hielo que robó el novio de su hermana, le provocó un aborto a la amante de su marido y...