– Necesitas tomar más agua, aumentar tu ingesta de azúcar y de carnes rojas, ¿quién vigila tu dieta?
Le pedí a Elizabeth que me acompañara a la fiesta y aprecio su presencia, hasta que me diagnostica.
– Como sea, mi nuevo maestro dijo que tengo muchas oportunidades de pasar el examen, aunque también dijo que a partir de ahora mis horas de estudio serán dementes.
Eso es bueno – ¿no tuviste problemas por el tiempo que estuviste fuera de la Academia?
Niega con la cabeza – no subestimes mis poderes, Patrick y yo somos muy parecidos, cuando me pongo su ropa los sacerdotes no nos distinguen, pasé mucho tiempo en la biblioteca del templo y mis padres creían que estaba llorando en mi habitación.
No me sorprende, ella es muy diferente a mí, yo me habría sentado a ser miserable por días, ella en cambio, escapó a la biblioteca.
– También conocí a una compañera.
– ¿Ah sí?
– Ella quiere ingresar al pabellón de enfermería y se está esforzando – desvía la mirada y tuerce la boca en una mueca – es bueno que se esfuerce.
Significa que no es buena.
– Me pidió que te la presentara, es la princesa Lucía Anira, puedes llamarla Lucía, no le gusta que la llamen por títulos, es muy humilde, te agradará.
Esto, no puede ser una coincidencia.
– Elizabeth, ¿cuándo conociste a la princesa Anira?
– Fue – cuenta con los dedos – fue cuando conocí a mi maestro, hace casi tres semanas, ella ya era su estudiante.
Eso fue antes de que la princesa me visitara – Elizabeth, de casualidad, ¿le hablaste a la princesa sobre mí?
– Claro, le dije que eres mi benefactora, mi prima y también mi amiga, le conté de tu boda, de la Marquesa Morgana, de tu suegra, de la mansión – usa los dedos para enumerar – también le conté de Bela, estaba un poco más interesada en eso, es normal Bela es la Santa – se encoje de hombros.
– ¡Ah!, solo eso, debió ser una conversación corta – prima, ¿quieres matarme?, aguarda – le contaste sobre mi relación con Isabela, ¿qué le dijiste exactamente?, ¿mencionaste que no nos llevamos bien?
– Claro que no, no suelo contar cosas privadas, tú lo sabes.
Es un alivio que no comparta información privada o la princesa Anira habría llegado con los datos de mi ciclo menstrual.
Respiró profundamente.
No puedo odiarla, sí algún día soy secuestrada, Elizabeth será la única persona que me buscará. Solo debo reconsiderar lo que digo delante de ella.
– Ya conocí a la princesa Anira.
– Lucía – me corrige – es muy linda, ¿cierto?, la situación con su familia es un poco sensible, no le digas que te dije, el Rey Daigo la secuestró para convertirla en la esposa del príncipe William y conquistar el trono de Tiara, eso fue hace diez años y ahora él que ocupa el trono es el medio hermano de Lucía, así que ella ya no tiene valor, el rey la desecho, cortó sus recursos y canceló su compromiso, la pobre ha sufrido mucho, no le digas que te dije.
Estoy muy preocupada, extremadamente preocupada, pase lo que pase, no puedo contarle un secreto a Elizabeth.
– Como sea, es una buena chica y muy hermosa, ese cabello blanco y los ojos rojos como rubíes, una vez que la miras, no puedes apartar la mirada.
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La petición de la mujer malvada
RomanceTítulo: La petición de la mujer malvada Historia original Actualizaciones Martes y Viernes - Majestad le pido que me conceda el divorcio. La mujer con corazón de hielo que robó el novio de su hermana, le provocó un aborto a la amante de su marido y...