89. El rey con insomnio (3)

2.9K 399 40
                                    

¿Qué?

Levanta su mano como si estuviera jurando – yo te protegeré o la ira de la diosa caerá sobre mí.

Ya no es gracioso – no digas eso, la diosa guarda mucho resentimiento, no sabes lo que podría hacerte.

Puede que a veces bromee sobre su falsa existencia, pero no estoy tan loca, la historia está llena de muestras de su gran poder, reinos destruidos, catástrofes, terremotos, familias maldecidas.

– ¿Qué harás si toma tu juramento en serio?

– Protegerte – se encoge de hombros.

– ¿Hay algo que sí tomes en serio?

Se quita las botas y se recuesta sobre la cama – no.

Eso me quedó claro, acaba de reclamar todo el lado derecho de la cama y..., va a dormirse.

Quisiera golpearlo con la almohada – no puedes quedarte dormido, tienes que irte antes del amanecer.

– Hoy hay mucha neblina, estará así toda la madruga y parte de la mañana, podré irme sin ser visto.

¿De verdad?

¡Ah!

Supongo que entonces..., está bien.

La luz de la vela es muy delgada y con la ventana nuevamente cerrada no hay viento o aire frío entrando a la habitación, me mira fijamente – tienes que dormirte o te sedaré.

Es difícil quedarse dormida de esta forma.

Toco su mejilla solo para asegurarme de que su salud esté bien, mañana será un largo día, dejaré esta casa e iré a un sitio desconocido con personas peligrosas, todo cambiará.

Cuando eso pase, más te vale cumplir tu promesa.

¡Yo te cuidaré y tú me protegerás!

¡Es un trato Alexis!

*****

La luz del sol es muy fuerte, ya no hace tanto frío y afuera se escucha el toque de la puerta.

Un minuto, antes de dejar pasar a Ágata tengo que asegurarme de que Alexis se fue, la cama está vacía, no lo veo debajo de la cama, no está escondido en el armario o detrás de las cortinas, creo que en verdad se fue antes del amanecer.

– Señora.

– Adelante.

– Es un día muy hermoso, salió el sol y la Condesa Mirra envió una notificación muy temprano, vendrá a verla para desayunar, señora, ¿quiere que le prepare el baño?

– Por favor.

Creo que perdí la dona de mi cabello y ahora está esponjado, ¡ay no!, debió estar así cuando Alexis se fue, necesito revisar, la cómoda de la mesa debería tener un espejo.

No está

– Ágata, ¿no había un espejo en este mueble?

– Se rompió.

Sí, los espejos suelen hacer mucho eso.

*****

La Condesa Mirra me mira con un gesto de indignación y se muerde los labios – me enteré ayer, mandé llamar algunos hombres de Grimilla para que me dieran opiniones sobre el jardín, algunos dijeron que la antigua Duquesa quería convertirlo en una plaza y que los planos están guardados en las oficinas de gobierno, me di prisa para buscarlos y quería darle la sorpresa y entonces Adrián me lo dijo.

La petición de la mujer malvadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora