Oliver Wood

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Después de mi selección asistí a mis primeras clases, todo fue increíble.

Quería ver a los gemelos, ellos están un año más avanzado que yo.

Como quería convivir con muchos, Harry, Hermione, Ron, Neville y otros, nos puse en quinto año, a los gemelos y a Oliver, junto a otros, en sexto año.

Me encontraba leyendo en la sala común de Gryffindor cuando sentí dos besos, uno en cada mejilla.

-¿cómo está la niña más linda?- preguntaron los gemelos al unísono.

-Extrañándolos.

-Asi que la elegida! Quién lo diría? Nuestra pequeña ¡la elegida!- dijo Fred.

Conversamos un rato y luego fui  a mi habitación, había sido un día loco y estaba muy feliz. Ginny y Hermione ya estaban dormidas. Me puse la pijama y me acosté.

Estuve  dando vueltas en  la  cama por casi dos horas, no podía dormir. Sería la primera noche que dormiría lejos de mi abuela.

Me levanto y voy en silencio a la sala común. Me siento en el sofá frente a la chimenea y su calidez me envuelve en segundos.

-Tampoco puedes dormir?.- escucho a mis espaldas.

Esa voz...

Solo niego con la cabeza y siento como el lugar junto a mí en el sofá se hunde.

-Soy Oliver Wood.- menciona.

El capitán de quidditch y el que me pareció guapo desde la primera película... y claro! Desde que lo vi en el comedor esta mañana.

-Diane Weasley.- me limito a contestar.

-Por qué no me miras, Diane?- pregunta.

Porque me pondré como tomate si lo hago. Recuerdo lo de mi sueño.

Volteo en su dirección y me encuentro con unos ojos café llenos de curiosidad. Siento el calor subiendo hasta mis mejillas y devuelvo mi vista a la chimenea.

-Tu color de piel no te ayuda mucho a disimular el sonrojo.- menciona.

-Lo sé, no es la primera vez.- digo  riendo.- y... por qué no puedes dormir?

-No lo sé... hoy me llevé una enorme sorpresa y no dejo de pensar en eso. Al parecer el profesor Dumbledore tenía razón.- dice.

-En qué?

-Has escuchado la leyenda del hilo rojo del destino?.- cuestiona enarcando una ceja.

-Por supuesto! Amo esa leyenda. El hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse… pero nunca romperse. Es preciosa. Aunque fue cruel que empujara a la campesina con la bebé en brazos-  contesto.

Al girarme hacia él,  su mirada se encuentra perdida en mí.

-Ahora creo en eso. -dice sin apartar su mirada de mi. - y tú por qué no puedes dormir?

-ammm... no lo sé, me cuesta dormir lejos de casa. Y la habitación está muy oscura.- digo cabizbaja.

-Te da miedo la oscuridad?

Asiento con la cabeza, seguro le parece tonto.

-Ven aquí. Acercate.

Me acerco y me envuelve en sus brazos, mi cuerpo se tensa al tacto pero luego me calmo.

-Cierra los ojos.

Hago lo que me indica, siento su respiración chocar en mi cabeza. Es más alto que yoo. Pero bueno, quién no es más alto que yo?

-Todo es oscuro, noo?- asiento. - ahora, imagínate en el lugar donde más te gusta estar, o la persona con la que te sientas más segura.

Comienzo a imaginar a mi abuela, cuando me abraza. Escucho que susurra 'abre los ojos', los abro.

-Cada vez que te encuentres en un lugar oscuro, imagina eso. Te hará sentir segura.- termina.

Platicamos por vario rato en la misma posición hasta que ninguno de los dos logra resistirse al sueño.

De mi realidad a la tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora