No es lo que piensas, pervertida

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NARRA FRED 

Despierto por la mañana y sonrío al sentir el dulce aroma de Alex. La pego más a mí y ella suelta un sonidito con la boca. Va abriendo poco a poco los ojos y al verme sonríe.

-Buenos días, hermosa.- saludo con voz ronca.

-Buenos días.- me devuelve el saludo y me besa.

Es tan perfecta.

-Irás a tu habitación a cambiarte?- pregunto.

-No, creo que una de mis faldas se coló entre la ropa de Oliver, pero no tengo camisa.- contesta levantándose por su falda. 

-Usa una mía.- propongo y me sonríe. 

Comienza a cambiarse frente a mí y es imposible no admirar la vista. 

-Da gracias de que no tengas clases hoy conmigo porque aprovecharía.- apunto y ríe. 

La puerta se abre y entra un Oliver con cara de asco. 

-Mufliato y silencio. ¿TAN DIFÍCIL ES RECORDARLO?- exclama.- Por favor, díganme que no lo hicieron en mi cama.- pregunta asqueado. 

-No nos dejaste varitas.- se excusa Alex.

-Y la segunda mejor ni la respondemos.- contesto.

Oliver sale indignado provocando que Alex y yo riamos a carcajadas. 

-Cómo se nos pudo olvidar que seguían afuera?- pregunta Alex riendo.

-En nuestra defensa, el deseo pudo más.- digo guiñándole un ojo.

Me levanto y comienzo a acercarme a ella. Acuno su rostro entre mis manos y la beso. Voy repartiendo besos por toda su cara. 

-Alex...

-Si?

Me arrodillo frente a ella y me sonríe de forma pícara. 

-No es lo que piensas, pervertida. Alex, quieres ser mi novia?- exclamo.

-Claro que quiero!- dice saltando a mis brazos. Me besa y luego la envuelvo entre mis brazos. 

Diane y Oliver, los amo. 

De mi realidad a la tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora