La princesa y su guardián caminaron en silencio, Mei se había rendido en hablar pues Yao mantenía una actitud fría y distante pese a todos sus comentarios. Un rato después llegaron a una posada un tanto vieja y entraron sin levantar sospecha. Al llegar a la habitación Yao cerró la puerta con seguro, tomó una silla y se colocó frente a ella con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
—¿N-no vas a dormir en la cama? —preguntó Mei nerviosa.
—No... si lo hago se irá mientras duermo, princesa.
—Pero estás cansado —objetó Mei sonriente.
Yao respondió con silencio, subió una pierna sobre su rodilla y cerró sus ojos, Mei bajó la mirada subió a la cama, se recargó en la pared y rodeó sus rodillas con los brazos desanimada. Ella jamás había visto ese lado de su amigo y no sabía cómo debía tratarlo. Después de pasar callados por un rato, el silencio fue cortado por un pequeño estornudo de la princesa, Yao no le dio importancia hasta poco después, cuando fueron una serie de estornudos seguidos.
—¿Qué clase de Xing long se enferma con tanta facilidad? —preguntó Yao poniéndose de pie —. Anda, a dormir.
—No soy una niña pequeña —contestó Mei haciendo puchero.
—Pues no lo parece —Yao suspiró y se sentó al borde de la cama y otro estornudo llamó la atención del Xing long —. Mei.
—Me alegra que estés aquí —dijo ella en voz baja —. Lamento lo que hice.
—¿Por qué?
—No me gusta involucrar a los demás en mis problemas —Mei apretó los dedos de los pies —. No quiero que nadie resulte lastimado por mi culpa.
—Esto no es tu culpa.
—¡Si lo es! Si yo no hubiera... —Mei guardó silencio rápidamente.
—¿Si tú no hubieras qué? —Cuestionó Yao —. Anda, dilo.
—¡Si yo no hubiera dejado Xing nada de esto habría pasado!
—Habría pasado —contestó Yao fríamente.
—¡CLARO QUE NO! —gritó Mei conteniendo las lágrimas —. De no ser por mi egoísmo y mi terquedad.
—Entonces habría ocurrido de todas formas —Yao dejó que la ira transformara sus ojos —. No te creas tan importante princesa, tienes muchas fortalezas, pero no puedes hacer todo sola.
—Debo de hacerlo... yo soy.
—Eres insignificante, igual que yo, igual que tu padre. Xing es algo mucho mayor que cualquiera de nosotros. Ya deberías saber que nunca nadie a logrado algo solo aquí.
—¡Te odio! —Mei se levantó y golpeó el brazo de Yao con enojo —. Odio este lugar, odio que los demás se vean obligados a servir.
—Lo sé.
—No lo sabes —interrumpió Mei —. Estás aquí porque es tu deber, como los demás. Seguramente también crees que soy inútil.
—Es cierto, eres muy inútil —Yao abrazó a Mei para calmarla —. Pero no estoy aquí por deber. Estoy aquí porque me importas, porque no quiero perderte otra vez.
—¿Cómo? —la princesa bajó la mirada para ocultar su sonrojo.
—Yo...—Yao no se preocupó por sus palabras hasta que vio la reacción en el rostro de Mei —. Yo no, no me refería a...
—Eres un buen amigo Yao-Lee —la princesa se acercó a Yao y se sentó a su lado —. ¿Estarás a mi lado cuando sea reina?
—¡Siempre! Seré su mejor guardián.
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Fairy Tail: Valhalla
FanficEl amanecer de una nueva era trae consigo grandes aventuras y poderosos aliados. Más allá de los límites del continente héroes legendarios, reinos de fantasía y criaturas de pesadilla aguardan por el gremio más problemático de todos.