Capítulo 14: Regresaste.

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Mientras estuvo con Mio el reloj no detuvo su marcha, casi llegando a la media noche, las calles ya estaban totalmente vacías. Aún así, Elizabeth no se paró a pensarlo, regresó al último lugar donde vio a Shen sólo para encontrarlo vacío. Revisó cada rincón cerca de ahí con las esperanza de hallarlo. Apunto de rendirse y volver a casa, la pelirosa finalmente encontró al desaparecido, ahí estaba él, saliendo de un bar de mala muerte acompañado de dos mujeres. Lejos de sentirse triste o desanimada, una furia desmedida brotó desde lo más profundo de su ser, Elizabeth se envolvió en llamas y cargó contra el trío frente a ella. Un grito hizo voltear a un ebrio Shen, recibiendo el puño de fuego de Elizabeth directamente en el rostro, derribándolo fácilmente. La pelirosa dirigió su feroz mirada a las dos acompañantes, las palabras estaban de más, de inmediato entendieron el mensaje y salieron corriendo despavoridas.

—¿Qué estás haciendo?  —preguntó Shen intentando recuperar el equilibrio.

—¡Eso debería preguntarlo yo! Yo preocupándome por ti y mira dónde te encuentro —fúrica pateó con todas sus fuerzas a Shen en el estómago.

—¡Vas a pagar por eso! —él se levantó rápidamente y atrapó a Elizabeth contra una pared cercana —hiciste que esas dos huyeran. Probablemente te use como su remplazo está noche.

—Inténtalo si puedes, borracho asqueroso —aun atrapada, ella no tenía intenciones de dejarse intimidar. Colocó sus manos en el pecho del joven y disparó una ráfaga de fuego.

Después de ser arrojado varios metros para atrás, un aturdido Shen recibió más golpes por parte de Elizabeth sin dar tregua. Una vez recuperado el aliento, era hora del segundo round, con mucha facilidad interceptó el siguiente golpe torciendo el brazo de la pelirosa y atrapándola por la espalda.

—Definitivamente haré que me acompañes está noche señorita —con Elizabeth en esa posición, lamió lascivamente su cuello. 

—¡Hey ustedes! ¿Qué creen que hacen? —intervino un guardia apuntándoles con una lámpara.

Durante las noches siempre hay vigilancia en la ciudad, gracias al gremio y la fama de busca pleitos de sus miembros, la ciudad es muy tranquila, pero para el alcalde no estaba de más tener un poco de precaución.

—¡Maldición! —Shen tomó a Elizabeth en brazos y dió un salto varios metros en el aire.

Aterrizando sobre una casa, repitió la acción varias veces mas con la intención de no ser atrapado, saltando de techo en techo dejaron atrás al vigilante en un momento.

Ya más calmada, Elizabeth exigió al joven bajarla, este obedeció y la dejo caer estando en el punto más alto del salto. La joven cayó sin poder reaccionar, justo antes de tocar el duro suelo cerró sus ojos y algo tiró hacia arriba de ella, una cuerda hecha de oscuridad se tensó y la hizo subir nuevamente y caer en los brazos de Shen otra vez.

—¿Satisfecha? —preguntó él.

Ella guardó silencio y se dejó llevar, finalmente las casas se acabaron y bajaron en una pequeña arboleda. Apenas la soltó, ella intentó huir pero fue detenida, él la sostuvo de la mano fuertemente sin intención agresiva alguna.

—¿Por qué? —preguntó.

—¿Qué cosa? ¿El golpe? ¡Te lo merecías!

—¿Por qué volviste?

—Mi reacción fue precipitada, no debí huir para empezar. Quiero saber quién es el verdadero tú, no creo que deba juzgarte por algo que estaba fuera de tu control. Pero… Debo preguntar ¿Significa algo para ti? ¿Deseas venganza o seguir el mismo camino?
Él la miraba confundido y abrumado, pensó que no querría verlo otra vez después de saber la verdad, pero era asi. Le dedicó una sonrisa con un toque de resignación.

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