CXXII Viaje

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—Libi, te vas a dañar la espalda.

—Eso no va a pasar, estoy mejor que nunca.

Avanzo unos cuantos pasos más y lo lanzo sobre la cama. La pérdida temporal de Espi y su recuperación me hicieron tomar las riendas de mi vida de forma definitiva. El estricto entrenamiento al que Illumi me ha sometido me ha dado bastante disciplina y seguridad. Incluso he empezado a beber de sus batidos guácatelas y son bastante buenos. Ya ni siquiera tengo déficits de vitaminas. Mi cuerpo está tan bien nutrido como mi espíritu.

—Es una lástima que ahora ya no me quede ningún enemigo.  —Doblo mi brazo y veo el hermoso bíceps que aparece, tan duro y elegante.

Lo duro y elegante es muy bueno.

—Conociéndote, no tardarás en hacer otros nuevos, no te preocupes. —Sostiene mi cadera cuando subo sobre él.

—Me encanta tu optimismo, Illu. —Botón por botón voy desabrochando su camisa—. Me encanta tanto como lamer tu vientre.

Reitero lo de duro y elegante.

—A mí me encanta cuando estás de buen humor. Debo admitir que tu lado vulgar también me gusta —dice.

—¡Al fin lo reconoces! Vamos, pídeme que te lo chupe.

—No exageres.

—Vamos, sé que te gusta cuando lo hago, pídemelo... ordénamelo.

—No —dice, cruzándose de brazos como un niño berrinchudo.

—Bien. Entonces no volveré a hacértelo, por mucho que me guste. —Le vuelvo a abrochar la camisa. —De hecho, se me quitaron todas las ganas de hacer algo contigo. —Me alejo de su cuerpo, con todo el pesar del mundo.

Así no se puede, también tengo mi dignidad.

—¿Te enfadaste?

—No, sólo mataste toda la pasión. ¡Asesino!

He comenzado a leer una novela. Cojo el libro de mi mesita de noche. Es sobre un psicópata obsesionado con una chica a la que espía sin tregua. La pobre no sospecha que el cerdo tiene cámaras hasta en el baño. Sin embargo, ella tiene un secreto.

—¿Vas a leer?

Se comió a su ex novio. Literalmente, a la barbacoa, servido con verduras y papas. Ya quiero llegar a la parte donde se come al psicópata. O se enamora de él.

—Ya empecé a leer, Illu.

Será más divertido si se lo come. Enamorarse del psicópata es demasiado cliché.

—No me gusta que me ignores.

—Sí y tampoco te gusta admitir cuánto amas que te devore con mi boca. La vida es cruel incluso para la gente como tú.

—¿Cómo yo?

Bajo el libro, mirándolo seriamente.

—Illu, entre todas las personas que has matado ¿alguna vez te comiste a alguien?

Me arrebata el libro de las manos y lo lanza lejos.

—¿Eso es un sí?

Aferra mis tobillos y me jala hasta dejarme debajo de su cuerpo. Está enfadado. De ese enfado que lo vuelve sexy y no aterrador.

¡Qué calor empieza a hacer!

—¿Crees que Lucy podría parecerme atractiva? —dice de repente.

¡¿Qué?!

—Me sorprendería menos si supiera que comes carne humana.

—Una vez estaba con Hisoka y ella lo llamó. El idiota puso el altavoz. No imaginas todas las obscenidades que ella le dijo en menos de un minuto. Es una mujer vulgar y no me gusta que tú actúes como ella.

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora