XXVIII Sospechas

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Se ha cumplido una semana sin Espi y sigo viva. He tomado mis medicinas y mis heridas van sanando.

No ha habido un minuto en que no deje de pensar en ella y que no sienta que mi cabeza va a explotar. Logro calmar mi ansiedad trabajando. Lo hago desde el taller que tengo en casa y así evito llenarme de pensamientos negativos.

Es en la noche cuando peor me siento. He debido duplicar la dosis de las píldoras para dormir y cada vez tardan más en hacer efecto.

Miro una y otra vez el video que me envió Illumi, pero no me basta. Notando que está en línea le envío un mensaje.

Yo: Illumi, por favor. Déjame ver a Espi.

Ve el mensaje, pero no contesta.

Yo: al menos déjame hablar con ella.

Pasan varios minutos hasta que por fin ve el mensaje.

Illumi: ¿Estás yendo a terapia?

¿Qué?

Yo: ¡No necesito terapia, necesito que me devuelvas a mi hija!

Se desconecta y esperándolo termino por dormirme.

~❁~

Me levanto temprano por la mañana para trabajar. Tengo en la mente muchas ideas, imágenes y colores que luchan por salir y el tiempo se me pasa volando. Sólo el sonido del timbre me saca de mi frenesí artístico.

Resulta ser Lucy.

Me observa detenidamente y analiza todo a su alrededor. Al menos podría disimular.

—¿Illumi te envió para que me espiaras?

Su rostro se deforma.

—No me ofendas, yo no sigo las órdenes de nadie.

Avanza por la casa, llega a la cocina y se queda mirando donde estaba el charco de sangre. Luego, su vista se posa en mi vientre.

—Van Gogh se cortó una oreja, yo me saqué unas cuantas rebanadas de piel, le llevo ventaja.

Vuelvo a la sala y ahora es ella la que me sigue.

—Libi...

—¿Cómo sabes que él no te está controlando?

—¡Porque me siento igual que siempre! Porque sigo pensando que es un imbécil hijo de puta desquiciado.

—¡Pero aun así crees que Espi está mejor con él que conmigo!

—Libi, él lo está haciendo todo dentro de la legalidad. Además, él las salvó.

No puedo evitar reírme.

—¿Salvarnos? Él estuvo viniendo aquí para espiarme y le llenó de mierda la cabeza a Espi para convencerla de que es su padre. Estaba al tanto de todo lo que yo hacía y sabía perfectamente que estaba con Alex.

Ella me escucha con atención.

—Illumi es un calculador y un controlador ¿Crees que hay algún detalle que se le pueda escapar? Él debió saber quién era Alex y aun así, permitió que se acercara a nosotras. Cada cosa que ocurrió, ya había sido contemplada por él y se ajustaba a su venganza. Sólo se sentó a observar, esperando el momento preciso para actuar.

Permanece en silencio.

—Él quería que todo esto pasara... Él no es un salvador, Lucy; es un verdugo, mi verdugo.

Medita mis palabras y su aflicción es el reflejo de la lucha en su interior. Me recuerda aquel momento en que Killua se quita la aguja con que Illumi lo controló tanto tiempo. La diferencia es que Lucy no quiere aceptarlo.

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora