XVII Amenaza

374 55 19
                                    

Oigo el timbre sonar y me mantengo estática. Ya no importa quien sea, ya no importa nada, todo se acabó.

—¡Libi, necesito hablar contigo!

Es Alicia.

Vuelvo a aferrar a Espi, cuidando que no vea el arma que cargo. Mi mano tiembla más que nunca.

—Libi, por favor ¡Es importante!

Intento apretar el gatillo. El arma se ha vuelto muy pesada y mi vista se nubla, permitiéndome apenas distinguir la cabellera roja entre mis brazos.

—Mami, Alicia —señala ella, apuntando a la puerta.

—Cariño... cierra los ojos.

Ella me mira sin comprender.

—¡¿Espi, estás ahí?! —grita Alicia— ¡Abre la puerta!

La niña forcejea hasta que se suelta de mi agarre y corre hacia la puerta. Intento ir tras ella, pero las piernas no me sostienen.

—¿Qué ocurre? —pregunta Alicia, cargando a la niña.

No respondo, no puedo articular palabra.

—Espi, ve a tu cuarto, yo me quedaré con tu mamá —dice en cuanto me ve.

Ella le obedece y temo que ya no tendré la fuerza para hacer lo que planeaba. El arma se me ha resbalado de la mano y no quiero volver a tocarla.

—Libi... —se agacha junto a mí y me pega a su cuerpo en un estrecho abrazo.

Lloro sobre su hombro. Mi llanto es amargo y se desborda como un huracán. Ella ha llegado a interrumpir mi única oportunidad de salvarme, de huir. No puedo seguir aquí, él podría llegar en cualquier momento.

—Libi, tranquila. Lo que sea que esté pasando tiene solución, te lo aseguro. Yo estoy aquí, contigo.

—También estarás... en-en peligro si te... quedas...

Me mira sin comprender de lo que hablo.

—Vamos a la cocina, te prepararé un té para que te calmes.

Con su ayuda logro ponerme de pie, pero al instante me mareo y soy sujetada por ella para no caer. Un intenso dolor de cabeza apenas y me deja hablar. La aprieto con desesperación, quisiera arrancármela a pedazos.

Todo ha sido inútil. Estos tres años de terapia y esfuerzo han sido en vano. He vuelto al inicio y me siento desolada.

—Ten.

Cojo el té que me ofrece y lo bebo, pese a que mis manos temblorosas derraman parte de él. Sabe amargo.

—Dime qué ocurre, Libi. No cargues con esto sola.

Su mirada es dulce y está llena de preocupación.

Ojalá y fuera Lucy la que está junto a mí, ella sabría qué hacer.

—Mi... mi ex... regresó.

Cuando pensaba que por fin todo había terminado, que él se había olvidado de mí y que podría vivir en paz, él... ha regresado.

—Pensé que estaba muerto.

—No ese... otro.

Da un suspiro y acaricia mi hombro.

—¿Te hizo algo?

—No... no lo sé.

Me da una mirada de confusión.

—Pero... ¿Él vino aquí?

—Sí.

******

—Sigue viendo —señala la cortina.

Me congelo en mi lugar cuando lo primero que veo es una fotografía de mi cuarto mientras duermo. Podría ser una fotografía normal si no fuera por las condiciones en que fue tomada, sin embargo, hay alguien más allí.

En un rincón, junto a la puerta, se aprecia una sombra con forma humana. Por su postura corporal parece que me observara dormir.

Tardo varios segundos en poder seguir moviendo la cortina, sólo para continuar viendo la secuencia en que la sombra se aleja cada vez más de la oscuridad, permitiendo poder distinguirlo.

—No... puede... ser...

—También tengo un video, si lo prefieres.

No da más con la dicha y rápidamente enciende un televisor en un rincón, donde busca un video.

Retrocedo, incrédula, hasta que siento el borde de la cama y me dejo caer.

—Aquí está, disfrútalo.

El video parte igual que la primera fotografía que vi y, al igual que ella, se ve borroso por estar grabado de noche y a la distancia.

Allí la silueta se acerca lentamente a la cama, quedándose junto a mí. Es él, no hay duda.

Illumi ha vuelto.

******

—No entiendo ¿Vino, pero no sabes si te hizo algo?

—Se... se metió a la casa mientras dormía...

Mientras estaba inconsciente por esas malditas píldoras. Nunca más vuelvo a tomarlas.

—¿Cómo supiste?

—¡Eso no importa! ¡Él regresó por mí, para llevarme lejos! Tengo que... tengo que... im...pe... dir... lo... —me siento adormecida y creo que es por el té.

—Vamos, necesitas descansar —me sostiene, ayudándome a avanzar.

—Tienes... que... irte... Es peligroso... estar aquí...

~❁~

Despierto, sin recordar haber soñado, pero sabiendo que vuelvo a una pesadilla. En eso se ha vuelto a convertir mi vida.

Cuando pensé que había superado a Damien, aparece Illumi, cuando creí haber superado a Illumi, Damien regresa y mucho peor que antes. Y ahora, cuando ni siquiera he logrado superar a Damien, Illumi regresa y presumiblemente será lo peor que pueda imaginar.

Debe haber estado acumulando ira por tres años, pero si de todos modos planeaba volver ¿por qué no lo hizo antes?

Probablemente Hisoka tenga algo que ver.

Ya no importa. Está aquí y debo hacer algo, lo que sea.

¿Por qué no pude apretar el gatillo?

—Libi.

Alicia sigue aquí y sigue viva.

—Alex vino, pero le dije que no te sentías bien y que estabas dormida. Sería bueno que lo llamaras, su compañía te haría bien.

—¡No! ¡Nunca más volveré a ver a Alex en mi vida! 

********************************************************************

Libi se ha enterado por fin, pero aún quedan muchos secretos por descubrir y cada uno será peor que el anterior.

¿Podrá resistirlo?

¡Gracias por leer!

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora