—Parece hecha para mi pared ¿No lo cree, señorita Arenquett?
Muy probablemente sea al revés. Todo este imperio económico que ha construido lo ha hecho por mí, para estar a mi lado en un mundo donde él no existe.
—Esta pintura la hice durante mi estadía en Francia, hace algunos años y allí la vendí ¿Cómo pudo conseguirla?
—Quizás también estuve en Francia hace algunos años —dice.
Regresó mucho antes de lo que imaginaba. Y me ha estado siguiendo como una sombra.
—Había otra en el vestíbulo. Comenzaré a pensar que usted es mi admirador.
—¿Alguna vez tuvo dudas sobre eso?
Admiración, obsesión. Desearía saber si logra distinguir la diferencia.
—A veces.
—Espero que sea cosa del pasado, el futuro luce prometedor.
Entramos a su oficina. Para mi sorpresa, no hay cuadros míos allí. Ya había visto su escritorio en televisión, el resto es igual de elegante y distinguido. Hay otro escritorio más pequeño al costado, unos sillones de cuero negro, una mesa, una escultura de un guerrero. Me recuerda a los de terracota. Con el dinero que tiene, no me extrañaría que hubiera podido conseguir uno original. En los muros blancos hay pequeños cuadros simples que cumplen su rol decorativo. Su oficina no es tan asfixiante como pensaba. También hay sombras de las plantas que trepan en el exterior.
—¿Quieres algo de beber? Hay té, café, jugo de naranjas...
—Estoy bien así, gracias.
—Perfecto. Te mostraré un informe sobre la rentabilidad de las diferentes divisiones de mi empresa para que decidas qué acciones quieres comprar.
Toma una carpeta del estante que tiene a un costado y la deja sobre su escritorio.
—No vine para comprar acciones.
—¿No?... ¿A qué has venido entonces?
—Vine para hacer negocios, pero no contigo. Sólo quiero que uno de mis clientes así lo crea para renegociar nuestros acuerdos comerciales.
Apoya la espalda en su silla, sin dejar de verme. Es un silencio incómodo y me remuevo en mi silla también. Aprieto la carpeta que tengo apoyada en las piernas y me muerdo el labio.
—¿Quieres usarme para provocarle celos a alguien más?
—Usar suena tan feo, Illumi. Son negocios... oferta y demanda. Sólo intento simular un aumento de la demanda para disminuir la oferta.
Estuve leyendo un libro de economía para dummies.
—¿Quién es el otro?
El modo en que lo dice me causa un escalofrío que me recorre la espalda.
—Bermúdez S. A. Es una empresa dedicada a...
—Sé cuál es —me interrumpe.
Está enojado y quizás metí en problemas a Bermúdez. Maldición. Empiezo a dudar de su profesionalismo.
—Vine aquí por algo muy simple, si no estás de acuerdo sólo dilo y ya.
Él suspira, apoyando los brazos en el escritorio.
—¿Qué quieres que haga?
Genial, volvemos al juego.
—Sólo necesito que finjas leer el contenido de esta carpeta con el logo de mi taller mientras te saco una foto.
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Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]
FanficIllumi ha perdido su Libertad y está dispuesto a todo con tal de recuperarla, sin importar quién se interponga en su camino. ¿Podrá conseguirlo? Secuela de Vidas cruzadas. Más entretenida, más retorcida y perversa que nunca. Esta vez ¿habrá final fe...