XCIV Memorias incompletas

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Anoche Illumi no vino a dormir conmigo. Luego de lo efusivo que estuvo en la sala de descanso de su edificio, creí que se escabulliría en mi habitación. Estuve esperándolo hasta dormirme, pensando en qué haría si, entre besos y caricias, las cosas subían de tono.

Quizás fue bueno que no viniese.

Llego al penthouse y saludo a Espi, que ya está sentada a la mesa. Ana empieza a servirnos el desayuno.

—Mami ¿Mi papi no durmió contigo anoche?

Niego y su ceño empieza a fruncirse.

—Tampoco durmió aquí. Voy a decirle a Karen que lo llame.

La detengo.

—Probablemente tuvo cosas que hacer, cariño. Ya llegará.

—¿Cosas que hacer? ¿Con quién? Dijo que ya no estaría con Angelina.

Empieza a ponerse roja de la ira.

—Bebé, relájate. Illumi es un hombre adulto y soltero. Puede hacer lo que quiera con quien quiera.

—¡Pero es mi papi!

—Lo sé y no dejará de serlo si tiene una novia.

Ella me mira boquiabierta, impactada. Ahora cree que él tiene una novia y explicándole que no, sólo me enredo más.

—Mi papi no puede tener una novia si duerme contigo.

¡Ah! ¿Por qué Illumi no está aquí? Él hallaría una forma simple y efectiva de explicar lo que ocurre. Piensa Libi, piensa.

—Eso... Eso es porque así no tengo pesadillas. Él me acompaña para que no tenga pesadillas.

Es una explicación brillante. De seguro Illumi me la envió telepáticamente desde donde sea que esté.

—¡Te lo dije, mami! Te dije que mi papi espantaría a los monstruos. Es el papi más lindo del mundo —sonríe angelicalmente, dejando atrás su pequeña escena de celos.

Es bastante posesiva con él y durante nuestra estadía en la cabaña, fue también manipuladora, sin mencionar que además está tomando clases de actuación. Si no hago algo al respecto, acabará convirtiéndose en una reina del drama como Kikyo.

¡Me muero!

A la hora que dejé el edificio con Hazar para ir al almuerzo con Frank, Illumi seguía sin llegar. ¿Trabajará también los sábados? Tal vez tuvo un viaje de negocios. O fue a su mundo.

Basta.

Él puede ir donde quiera sin darme explicaciones, sólo somos amigos, nada más. Y no debería preocuparme. Es Illumi, lo más parecido a Superman que existe y hasta donde sé, no hay una kriptonita para él.

—Te avisaré cuando acabe para que vengas a buscarme.

Hoy no tenía ganas de conducir. Hazard incluso se puso una gorra para su papel de conductor. Dice que se quedará cerca, que no me preocupe. Lo que menos me preocupa ahora es el acosador. Mis manos tiemblan cargando el kuchen que preparé para mi "reunión familiar". No puedo evitar sentirme absurda por haberlo hecho. Es una sensación que me oprime el pecho.

Una empleada abre la puerta y se lleva el kuchen. Sasha viene a recibirme. Corre y se lanza a mis brazos. Su efusividad me deja con un nudo en la garganta. Intento abrazarla también.

—Desde el momento en que te vi sentí que había una conexión entre nosotras ¿Lo sentiste tú también?

Asiento. Creí que teníamos la misma puta suerte, pero no se trataba del azar, era un asunto de herencia. Tal vez una maldición familiar o algo por el estilo. Frank recibió una llamada del extranjero y está en su despacho. Sasha me da un recorrido por la casa, que es donde ella creció y me cuenta sus anécdotas de niña. Es una mansión como la de Lucy. Si hubiera crecido entre estos altos y lujosos muros, que diferente hubiera sido mi vida. No sería amiga de Lucy, pero sí habría acabado conociéndola, como la amante de mi padre.

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora