CXXVI Familias completas

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Sentada en el borde de la cama espero la llegada de Illumi.

Lloré luego de mi conversación con Lucy. Me calmé, vine a casa. Volví a llorar. Ahora estoy otra vez en un interludio de calma y sé que un nuevo llanto vendrá pronto. Espero que no llegue junto con Illumi, necesito estar tranquila para hablar, él debe tener una buena explicación.

Alguien llama a la puerta. Son los suaves golpes de Espi. Entra corriendo, con una hoja en la mano.

—¡Mami, hice un dibujo para ti!

La siento en mis piernas para ver su obra de arte.

—Somos tú y yo y mi papi y Collu.

Nuestra familia.

—Está hermoso, bebé. Voy a enmarcarlo para ponerlo en la sala.

—Hice otro para ponerlo en la sala, este es para que lo lleves a tu trabajo. También hice uno para el trabajo de mi papi.

La abrazo y beso su cabeza. Sin ella mi felicidad sería incompleta.

—Voy a seguir dibujando, mami. —Se va corriendo igual como llegó.

Miro el dibujo en mis manos. Nuestra familia está completa ¿Por qué Illumi quiere cambiarla? ¿Por qué arriesgarla? ¿Por qué jugar con nuestra felicidad?

Vuelvo a llorar y me desahogo aprovechando que aún no llega. Siento que he entrado en un ciclo sin fin, con sabor amargo y un dolor inaguantable.

Él llega cuando voy por el quinto interludio de calma entre llanto y llanto.

—¿Pasó algo? —pregunta cuando ve mis ojos hinchados.

—Eso es lo que quiero que me digas. Dijimos que no habría secretos entre nosotros.

—Sí, eso dijimos. —Con toda la tranquilidad del mundo se quita la corbata y entra en su guardarropas.

Se toma varios minutos y sale vistiendo ropa casual. Toma asiento junto a mí.

—¿Te refieres a algo en específico?

El vacío dentro de mi cuerpo se vuelve más grande.

—Entonces sí me ocultas cosas. ¿Por qué?

—Porque aún no llega el tiempo de que las sepas. No son secretos, son sorpresas.

Inhalo profundamente, sabiendo que viene un nuevo episodio de llanto.

—Illu, oí algunos rumores…

—Ya entiendo. ¿Qué te dijo Lucy esta vez?

Maldición. Esperaba poder dejarla fuera de esto, pero mentirle le daría a Illumi motivos para reclamarme.

—Dijo que has estado frecuentando una clínica de fertilidad ¿Es cierto?

—Sí. Iba a decírtelo cuando llegara el momento, pero ella se adelantó. Está tentando a su suerte. Sabes cuanto detesto que las cosas se salgan de mi control.

Está enfadado. Lo está ocultando muy bien, pero sé que arde por dentro.

—¿Por qué no me lo dijiste?... ¿Qué estás planeando?

Mi voz tiembla entre la firmeza y el llanto. No puedo evitarlo, esto es mi punto débil, él lo sabe y mete el dedo en la llaga.

—Ya dije que te diría cuando llegara el momento, no saques conclusiones apresuradas, Libi. Fui a hacerme exámenes.

Eso es absurdo.

—¿Por qué, si la del problema soy yo?

—Claro que no. El médico me dijo que la infertilidad es un problema de pareja, somos una pareja infértil y debemos descubrir por qué.

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora