VI Cercanía

461 62 11
                                    

—Buenos días Libi, hola Espi.

—Buenos días, Alex —saludo a mi vecino y parto con Espi para comenzar nuestro día. Después de tres meses de mudarse, ya no me genera tanta desconfianza. Es un hombre normal y me ha ayudado en más de una ocasión. Desde aquella noche en que unos tipos atacaron mi auto y se detuvo por mí, las cosas han ido mejor. Supongo que mi paranoia me hacía ver cosas donde no las había y todo lo que él hacía me resultaba sospechoso. Ahora me siento mucho más relajada, por fin las cosas están más tranquilas. Por fin estamos en paz.

Narra Illumi

—Cuando ya no puedas soportar el dolor, me avisas ¿de acuerdo bebé?

Ella asiente y comenzamos. Es nuestra tercera semana de entrenamiento y para haber comenzado tardíamente, lo ha hecho bastante bien.

En cuanto hace la señal acordada me detengo.

—Un minuto y diez segundos. Cinco segundos más que la última vez, bebé. Eres maravillosa y te mereces un premio.

Luego de usar unas compresas frías para evitar que le queden marcas, la cargo en mis brazos y la llevo a mi casa. Allí nos espera Kalluto.

—Conocerás a alguien de nuestra familia.

En cuanto lo ve, se oculta tras mis piernas. Kalluto avanza hacia nosotros.

—Su cabello es como el de Libi —dice, viéndola con curiosidad—. Soy tu tío Kalluto —le extiende la mano, que Espi coge tras mirarme y esperar mi aprobación.

Observa sus ropas, creo que le gusta el kimono que lleva.

—Aniki compró chocolates y galletas ¿Te gustan?

La niña se voltea para mirarme.

—Puedes comer todos los que quieras.

Sonríe y van a un sillón a comer. Interactuar con Kalluto servirá para comenzar a impregnarse de la esencia Zoldyck. Necesita tener confianza y dejar de temer, debe volverse fuerte y no permitir que nadie la lastime.

—Aniki ¿Por qué Espi no habla? —Kalluto le ha hecho varias preguntas y la niña se mantiene en silencio.

—Ella hablará cuando tenga que hacerlo —beso su cabeza sentándome a su lado—. Kalluto, muéstrale a Espi lo que puedes hacer con el papel.

De manera solemne, él se para frente a nosotros, dejando caer pequeños trozos de papel desde una de sus mangas. Luego, con su abanico crea corrientes que los alzan por los aires y ondean, haciendo figuras a nuestro alrededor. Espi observa encantada algo que debe parecerle mágico.

—Si sigues entrenando, algún día podrás hacer cosas tan maravillosas como esa.

Al finalizar la demostración, Kalluto hace una encantadora reverencia y Espi aplaude, riendo como pocas veces la he visto hacer.

Horas después la llevo de regreso a su cuarto y le doy las buenas noches. Si sigue avanzando en su entrenamiento como hasta ahora, muy pronto la llevaré a conocer al resto de la familia.

Narra Libi

Hoy salimos más temprano de lo habitual porque tengo casi encima la fecha límite para terminar un proyecto. Todavía no amanece cuando acomodo a Espi aún dormida en su silla. Lamento que su rutina deba ser de este modo, pero no tengo más opción.

Cuando estoy por irme, veo a Alex saliendo rápidamente y a una niña con él. Ella sube al auto primero y me acerco con curiosidad.

—Hola Alex.

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora