CIX Jet lag

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Lo primero que hago al regresar del viaje es abrazar a Espi. Le trajimos muchos regalos. Pronto ella parte a sus clases de actuación y nos quedamos solos en el penthouse. Nos vinimos en el atardecer de Finlandia y aquí es de mañana.

—Vuelve a la cama —dice Illumi, llegando a la cocina.

—No tengo sueño. De hecho, siento que estoy llena de energía. Podría ir a correr ahora mismo.

—Al único lugar al que irás es a la cama.

—¿Ah sí? Tendrás que atraparme primero. —Salgo corriendo por la sala y el comedor.

Illumi no viene tras de mí. Me asomo para verlo. Ya no está en la cocina. Empiezo a reír. Podría estar en cualquier parte, tan silencioso como una sombra. Avanzo con cautela. Lo siento acechándome. Me provoca cosquillas en el vientre. ¿Mariposas? Tal vez. Está jugando conmigo, no tengo ninguna ventaja, perdí antes de empezar, pero sigo avanzando hasta que lo veo sentado en la sala. Me vuelvo rápidamente para correr en dirección contraria y choco con él. Atrapa mis piernas, cargándome sobre su hombro hasta la habitación.

—Si no duermes, luego te dolerá la cabeza —me sermonea.

—Como si fueras a dejarme dormir.

—Haré que te canses, te relajes y duermas hasta mañana.

—Pero quiero ir a pintar, estoy inspirada.

—¿Ahora?

—Tal vez en quince minutos —digo, viéndolo quitarse la polera.

—Treinta.

—Trato hecho.

~❁~

Al final no fui a pintar. Los treinta minutos se convirtieron en una hora y luego ya no tuve energías. Illumi siempre se sale con la suya.

—Mami ¿Por qué sigues en pijama? —pregunta Espi durante la cena.

—Porque… Llegué muy cansada del viaje y el pijama es muy cómodo.

—Mañana yo también quiero estar en pijama todo el día.

—De acuerdo.

Ella sonríe y celebra. Es imposible decirle que no. A la hora de dormir, ambos la acompañamos al cuarto. Tomo un libro para leerle un cuento.

—Que lo lea mi papi. Es más divertido cuando él lo hace.

¿Illumi más divertido que yo?

Él coge el libro, muy orgulloso por el halago de la niña. Es una colección de cuentos clásicos. Espi escoge el de Blanca Nieves. Illumi empieza a leer y no encuentro nada espectacular en su narración.

—¿Por qué esa mujer habla con un espejo? ¿Tendrá algún tipo de cuadro psicótico? —cuestiona él.

—¡Está loca! —dice Espi, riendo.

—Espera. El espejo le contesta. Debe ser una metáfora. Libi ¿crees que sea una metáfora sobre el existencialismo y la soledad?

—Creo que es magia —le digo.

Espi vuelve a reírse. Pronto llega a la parte del cazador al que ordenan matar a Blanca Nieves.

—Qué mal servicio —dice él ante el engaño del cazador.

—Si hubiera contratado a mi papi, Blanca Nieves sería comida de gusanos.

—¡Espi! No hables así.

—¡Pero es cierto! —me reclama.

—¡Pero está mal! ¿Por qué ella sabe de eso? ¿Qué cosas le has dicho?

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora