CI De aquí al estrellato

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—Mami ¿Mi cabello se ve bien?

—Está perfecto, cariño.

—Tengo los ojos hinchados —dice, mirándose al espejo de su pequeño tocador.

—Tus ojos están hermosos, bebé, no te preocupes. Todo saldrá perfecto. No tienes que estar nerviosa.

—¡Yo no estoy nerviosa!

Ha estado así desde que se levantó. Hoy es su debut y si estuviera en su lugar, supongo que estaría mucho peor.

—Lo importante de esto es divertirse.

—No es un juego, mami.

—No quise decir eso, bebé. No sólo puedes divertirte jugando. Cuando pinto yo también me divierto y apuesto a que Illumi también se divierte en su empresa.

Se queda pensándolo. Apaga las luces de su tocador y estira sus brazos hacia mí. La cargo, aferrándola con fuerza. Mi pequeña bebé hoy tendrá un día muy importante. Parece que fuera ayer cuando la conocí en el hogar de niñas de Lucy. No voy a darme cuenta cuando ya esté graduándose de la universidad.

¡No quiero que crezca!

~❁~

—Me gusta cómo te queda el color verde.

Illumi me admira desde el umbral de la puerta de mi habitación en el penthouse mientras me alisto para salir. Ha venido a buscarme para ir juntos al teatro.

—¿Cómo te fue jugando golf?

Es sábado y tuvo que ir a un juego en la mañana. Lloré de la risa cuando me lo dijo. Al parecer, muchos negocios se cierran en los campos de golf.

—Es un juego aburrido y tedioso. Les gané a todos.

—Imagino que tienes muy buena puntería —le digo, pensando qué collar usar.

—La mejor —asegura, rodeando mi cintura.

—¿Cuál collar crees que combina mejor con el vestido?

—Éste —dice, sacando una cajita aterciopelada del interior de su traje—. No aceptaste que comprara un vestido para ti, tendrás que aceptar esto.

—No quiero que me des joyas. No quiero que me des nada, Illumi, no lo necesito.

—Es un regalo. No puedes rechazar un regalo. Lo escogí especialmente para ti.

Me hace sentir superficial. A Angelina probablemente le gustaba recibir joyas, pero a mí no. Recibo igualmente la caja o se ofenderá.

Si son diamantes rosa, me muero.

La caja guarda en su interior un collar de diseño muy delicado. La cadena es delgada, de plata probablemente. De ella cuelga una pequeña gema roja.

—No está mal. Me gusta su sutileza. —Se lo entrego y me giro, recogiendo mi cabello.

—Eso es porque lo escogí pensando en ti. Es silenciosamente llamativo, como tú. El intenso rojo del rubí arde como tu cabello y va perfecto con el verde de tus ojos.

Lo admiro frente al espejo y se ve realmente bien. Parezco una mujer distinguida y seductora.

—Te ves hermosa —comenta, besando mi mejilla.

No tarda en llegar a mis labios. Empiezo a reírme contra su boca.

—Ya que tienes experiencia en estos temas, quizás podrías recomendarme qué maquillaje me iría mejor. Alicia siempre lucía impecable.

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora