CXXIV Todo por regresar II

210 31 27
                                    

He estado hablando con Kill desde hace veinte minutos. Su expresión de desconfianza no ha hecho más que aumentar.

—Si todo esto es una broma, no es para nada graciosa —dice.

—¿Te parece que estoy bromeando? Tengo una novia y una hija. Debo volver con ellas.

—Es una historia bastante irreal.

—Has estado mucho tiempo lejos de casa. Puedes llamar a madre y preguntárselo, ella te confirmará lo que digo.

Eso hace. Espero mientras habla. La cosa a su lado bebe un jugo. El sonido al sorber la pajita es bastante molesto. Me hace saber que está aquí aunque no la mire. Es bueno que esté aquí, me repito. Eso me llevará con Libi.

Kill termina la llamada. Mira el aparato, pensativo. Tarda bastante en pensar.

—Esa mujer debe tener problemas mentales —dice por fin.

—Algunos. Ha recibido tratamiento, ahora está bien.

Luego de un pesado suspiro se revuelve el cabello. Yo le hacía eso antes. A él no le gustaba, pero sentir sus suaves cabellos entre mis dedos era agradable y lo hacía pese a su incomodidad. Sigo deseando tocarlos, pero no lo hago, ni lo haré.

—Aniki, déjame hablarlo un momento con Alluka y te daré nuestra respuesta.

Me voy a otra mesa en el extremo opuesto. Pido algo para beber. El vaso llega, lleno de burbujas en su interior. Las veo subir, romper la tensión superficial del líquido y liberarse. Todas quieren lo mismo, todas quieren ser libres, yo no soy la excepción, yo quiero a mi Libertad.

Kill por fin me llama.

—Te ayudaremos, pero hay una condición.

—No esperaba que fuera de otro modo. ¿Qué quiere a cambio? ¿Mis uñas, un brazo, un riñón?

La traviesa risa de Kill no augura nada bueno.

—Es algo mucho más simple, aniki —asegura, con expresión maliciosa—. Sólo debes pasar un día con Alluka y tratarla como a una hermana.

Entregar partes del cuerpo era más rápido.

—De acuerdo ¿Cuáles serán las otras dos peticiones?

—Ya lo sabrás, aniki.

Obviamente esta petición es idea de Kill, debería ir en contra de las reglas. Dejaré que se divierta, es un escalón más para alcanzar mi objetivo.

“Siempre sentí envidia de que tuvieras tantos hermanos”.

No tendrías envidia ahora, Libi, te lo aseguro.

Dejamos las montañas de inmediato. Vamos rumbo a la ciudad más cercana. Kill debe querer lugares para divertirse y ridiculizarme. Es una excelente oportunidad para tomar revancha por la aguja que le puse. Supongo que está en su derecho.

De vez en cuando oigo que habla con eso. Son apenas murmullos inentendibles. Ambos ríen y es evidente que traman travesuras.

Presiento que este día será el más largo de mi vida.

~❁~

—Aniki, cómpranos otro helado —pide Kill.

Voy al lugar donde los venden. Con esta ya van como veinte peticiones, pero claro, Kill maneja las reglas a su antojo.

Pido un helado triple de chocolate con salsa de chocolate y chispas de chocolate para Kill y uno de vainilla y fresa para eso.

—Aniki, subamos otra vez a la montaña rusa.

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora