XCVII Pérdida

258 40 18
                                    

—Iré con Hazar, ni siquiera conduciré —insisto.

Hazar, que también está allí, apoya lo dicho por el hombre.

—¿Por qué? ¿Ocurrió algo?

Sólo dicen que Illumi hablará luego conmigo y me indigno. Quiero pensar que tal vez algo ocurrió, pero no puedo. Esta es la forma en que me está castigando por lo de la otra noche o ya empezó a creer que soy de su propiedad.

No. No puede ser tan idiota.

Illumi, prometiste no arruinarlo ¿Qué mierda estás haciendo?

De regreso en mi departamento lo llamo. No contesta.

Yo: ¿Qué está pasando? ¿Por qué no puedo salir? No puedes hacer esto sin darme una explicación, tengo un compromiso con mis colegas.

Pasan varios minutos. No ve mi mensaje. Le envío uno a los chicos, disculpándome por no poder ir. Miento para ocultar lo que Illumi está haciendo, así empecé también con Damien. Y de tanto mentirle a los demás, acabé mintiéndome también a mí misma.

Más le vale tener una muy buena explicación para esto o hasta aquí llega nuestra amistad.

~❁~

Me despierto de madrugada. El reloj de la mesita de noche muestra las cuatro y cuarto. Illumi está sentado en el borde de la cama, mirando hacia la pared. No sé cuánto tiempo lleva allí, dándome la espalda, tan silencioso en la oscuridad. La ira que sentía hace algunas horas se ha amedrentado y no quiere salir.

—¿Illu?

No contesta. Sigue inmóvil, mirando la nada. Gateo hacia él y rodeo su cuello con mis brazos, su cabello se siente ligeramente húmedo. Pego mi mejilla a la suya. Está fría, tanto que me hiela el corazón. Permanecemos así y es como estar abrazando a una estatua. Ya no estoy enojada, no puedo.

—Lamento que dejaras plantados a tus colegas. De seguro podrás reunirte con ellos en otro momento.

Su voz es lenta, profunda, robótica.

—Illu ¿Qué pasó?

—Quizás actué precipitadamente, pero no quería que salieras esta noche. Deseaba regresar y encontrarte aquí, a salvo.

Mierda, ya estoy asustada.

—Ayúdame a entender lo que ocurre. Si no me das explicaciones, yo me las invento y sabes que siempre pienso lo peor.

Beso su mejilla. Necesito que reaccione y regrese de donde sea que estén sus pensamientos.

—Asaltaron a Janine cuando llegaba a su casa. Le dispararon y robaron su auto. Sé que no tiene nada que ver contigo, pero...

—¡Claro que tiene que ver conmigo! Ella es tu secretaria ¿Está bien?

—Se desangró camino al hospital.

Siento una opresión en el pecho. Apenas y la conocí, pero ella era importante para Illumi. Era parte de su hermosa empresa.

—Lo lamento mucho, Illu.

No sé qué más decirle. Él sigue inmóvil y frío. La distancia emocional es claramente distinguible en sus palabras. Está triste, lo sé y me rompe el corazón.

—Ella es irremplazable —dice.

—Por supuesto que lo es.

Ella lo acompañaba a diario. Pasaba a la semana mucho más tiempo con ella que conmigo.

Vidas cruzadas: redención [Illumi Zoldyck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora