Slave of Creepypastas.

Capítulo XXVII

** A partir de este capítulo comenzarán a salir hechos fundamentales en la trama de Marble Hornets. Si queréis enteraros de algo o no sufrir spoiler, os recomiendo ir a YouTube y ver las entradas de Marble Hornets, o ir a la WikiSlenderman y mirarlo un poco por encima**.

 Estábamos ocultos tras unos arbustos, observando el coche de Jay que permanecía aparcado a la espera de que Tim llegase. Toby y yo permanecimos así, agazapados y observando. Masky se había separado de nosotros desde que habíamos llegado.

A mi lado Toby no dejaba de moverse nervioso.

    —Estate quieto. —Fue todo lo que dije en un susurro, con el tono más grave que ése volumen me permitía.

Hacía unos pocos días Slenderman había soltado a Jay, oscureciendo los recuerdos que tenía sobre su estancia con nosotros y sobre Lara, y dejándolo en una habitación de hotel. Al despertar probablemente sólo habría acordado de lo último que hizo antes de sacar del hospital mental a Alex. Ahora era nuestro turno par redirigir sus pasos.

El sonido de un coche comenzó a resonar por el descampado en el que estábamos. Dentro del coche Jay dejó de hablar a la cámara y salió a recibir a Tim. Pero lamentablemente éste le pegó un puñetazo en la boca que tanto a Toby como a mi nos hizo estremecer. En varias ocasiones ambos habíamos probado los puños de nuestro compañero y sabíamos que te dejaban la boca dormida y sabiendo a hierro.

    —Película de estudiantes, pedazo de mierda.

Ambos nos miramos y Toby se atrevió a susurrar a un nivel que ellos no serían capaces de escucharlo.

    —Creo que Tim se dio cuenta... Pero ¿él no lo sabía ya?

Le miré de reojo. Yo llevaba más tiempo al lado de Masky y Slenderman, por lo que sí sabía bien lo que ocurría.

    —Tim y yo hemos pasado mucho tiempo bajo la influencia de Slenderman. Dentro de nosotros se podría decir que existen dos personas. Tim y Brian, los cuales permanecen dormidos y no recuerdan nada más que lo que ellos mismos han vivido. Y Masky y Hoody, que recordamos absolutamente todo.

    —¿Entonces no recuerda nada? ¿Ni a Lara?

    —No, ni a ella. Ni a nosotros.

    —¿Y entonces por qué Lara lo llama Tim?

    —¿Y tú por qué crees que le lama Tim, idiota? —dije con sarcasmo. A veces Toby era un poco cortito. —Es Masky, pero decirle a alguien normal que te llamas Masky queda raro. Masky solo es Tim cuando Slenderman lo requiere en una misión. Es inestable dejar salir a Tim, es como un perro acorralado. Nunca sabes por dónde te puede salir.

Pronto volvimos a escuchar la voz de Tim, estaba loco de rabia y parecía contenerse para no darle otro puñetazo a Jay.

    —Después de vernos  no podía quitarme el sentimiento de que algo raro hay contigo. Así que busqué Marble Hornets y ¿sabes qué encontré?

    —Te lo iba a contar esta noche, Tim. Te lo prometo.

    —Oh, claro. Esta noche... ¡Esta noche! No cuando me llevaste al hospital y perseguiste a ese tío. No cuando me seguiste hasta la consulta de mi médico.

    —Tenía que asegurarme de que podía confiar en ti. Si has visto las entradas no puedes echármelo en cara. Habrías hecho lo mismo.

    —Ya hay muchas cosas que puedo echarte en cara, Jay.

    —¿Y qué debía hacer? ¿Ir directamente y preguntarte?

Tim comenzó a toser. Estaba muy alterado y tanto tiempo bajo la influencia de Slenderman, unido a su mal hábito de fumar le acababan pasando factura cuando de alteraba.

    —Empezaba a sentirme bien. Las cosas iban mejorando y entonces tú... —Sus palabras se vieron repentinamente interrumpidas por otro ataque de tos—. Imagina despertarte en el asiento trasero de tu coche a centenares de kilómetros de tu casa. Con sangre en las manos y en la cabeza, y no tener ni idea de qué ha pasado. Imagina despertarte una mañana con la pierna rota y no entender qué cojones ha ocurrido. ¡Piensa eso! Imagina no poder mantener un trabajo porque llamaste a tu jefe y te respondieron: "Lo sentimos pero debemos despedirte porque llevas varias semanas sin dar señales de vida." —continuó tosiendo, intentando calmarse.

    —Tim...

    —Pero entonces esto paró y me sentía mejor. Podía mantener un trabajo y vivir como una persona normal por una vez en mi vida. Pero entonces apareciste tú, enfocándome la cara con una cámara, trayendo nuevos recuerdos como si eso no tuviese ningún efecto. ¡Y encima intentas arreglarlo! Todo lo que haces es enfocar con tu cámara toda la  mierda que nos rodea. ¿Cómo va a ayudar eso a alguien?

    —En caso de que algo pase quiero que la gente lo sepa.

    —¿Que pase el qué? ¿A quién coño le va a importar? ¿Qué pretendes con todo esto? Lo vi yo mismo. Alex apuntándote con una pistola y tu primer impulso fue grabarlo. ¡Estás loco!

    —¿Loco yo? No puedes hablarme así después de ésos vídeos.

    —¡Cállate! —por un momento pensamos que volvería a pegar a Jay. —No soy un psicópata. Es todo culpa de Alex. Suya y de lo que quiera que lo esté rodeando. Alguien es el responsable de que esté así. Y lo sabes. ¡Lo has sabido todo este tiempo y no has dicho nada!

    —¿Y cómo se supone que iba a saber que no intentarías matarme a cada minuto? Acudí a ti porque necesitaba ayuda.

    —Mi ayuda.. ¡¿Mi ayuda para qué?!

    —Está ésa chica, Jessica. Desapareció, y Alex tiene algo que ver.

    —Oh, claro. ¿Cómo lo sabes?¿Quién es exactamente Jessica? Alguien a quien conociste en un hotel una vez. ¿Alguien con quien hablaste nada más que un par de veces? ¡¿Cómo puedes tener pruebas de que Alex tiene algo que ver con su desaparición?! Porque por lo que yo puedo decir, ella estaba bien hasta que te conoció. Quizás Alex no sea el problema. Quizás tú seas el problema.

    —No sólo necesito tu ayuda con ella.

    —¿Qué te hace pensar que te ayudaré?

    —¿Qué es lo que quieres?

    —Vale, obviamente no eres bueno en esto... Puedes seguir buscando a Jessica. Pero te voy a decir lo que va a ocurrir. Vamos a irnos en nuestros coches. Tomaremos caminos distintos y llegaremos a nuestras casas. Y yo, intentaré olvidar que alguna vez te conocí.

    —¡Tim espera, escúchame!

Ambos comenzaron a moverse hacia los coches. Tim estaba a punto de subir cuando de pronto se giró y le plantó cara a Jay.

    —¡No! Escúchame tú a mi. Tú puedes seguir jugando con tus pequeños vídeos de detective y todo lo que tú queras. Pero hazme un favor y aléjate de mi.

Con un sonoro portazo Tim se metió dentro del coche, pegó un acelerón y desapareció por la carretera. Toby y yo nos miramos con muecas en la cara e intentando contener la risa.

    —No ha salido muy bien para Jay —se rio Toby.