Chapter 18.

939 61 4
                                    

Sentía su aliento cerca, era muy cálido. Se acercó lentamente y puso su mejilla contra la mía, mientras me susurraba:

    —No es por nada, pero quiero tomar algo dulce.

Se separó lentamente y me miró a los ojos, estábamos a centímetros. Mi cara subió de color.

    —¿Algo dulce?

    —Sí. —Se acercó peligrosamente a mí y recogió un mechón de pelo poniéndomelo por detrás de mi oreja mientras sonreía con un deje malvado—. Algo dulce como, tarta de chocolate o un gofre.

Me separé rápidamente, mientras mis orejas se volvían de un color carmesí. Formó un media sonrisa. Su cuerpo estaba más caliente, le ayudé a incorporarse. Estaba semidesnudo, solo con unos boxers. Me indicó una puerta por la que accedimos directamente al cuarto de la plancha.

Atravesamos la cocina y le ayudé a sentarse en una de las sillas, mientras yo le preparaba un chocolate.

    —Vaya Toby, veo que no pierdes el tiempo.

Me giré y era Jeff. Se veía molesto ,se acercó a la nevera y sacó un refresco mientras acuchillaba con la mirada a Toby.

Seguí preparando el chocolate y calenté un gofre que sobró del desayuno.

Jeff y Toby estuvieron durante un rato retándose con la mirada. Jeff se había bebido más de la mitad del refresco y Toby lo miraba aburrido. Entonces Toby se levantó, anduvo unos pocos pasos hacia mí, me abrazó por la espalda y me dio un beso en el pelo.

    —Voy por ropa.

Me quedé paralizada, Jeff apretó con fuerza el refresco hasta el punto de que yo creí que se le iba a reventar. Toby me giró cogiéndome por las caderas y me acercó hacia él. Jeff se estaba empezando a enfadar. ¿Cómo era posible que no se diera cuenta de que Toby lo hacía por fastidiarle? ¿Tanto le molestaba no ser el centro de atención? ¿Tanto le fastidiaba que le hiciesen caso a Toby? Puse las manos en el pecho de Toby y le frené, éste sonrió y se fue, apoyándose en las paredes.

Jeff se relajó, y continuó tomando su refresco mientras yo hacía la comida. Saqué dos pollos enormes y los metí al horno. Mientras llevaba la bandeja al horno me di cuenta de que mis manos estaban temblorosas. Dejé el pollo en el horno y me miré las manos. Estaban llenas de sangre semiseca y olían a alcohol. Me agarré fuertemente las manos y salí de la cocina bajo la atenta mirada de Jeff. Fui a mi cuarto, me lavé y cambié de ropa.

Crucé el pasillo hasta el despacho de Slender, llamé y la puerta se abrió sola.

    —¿Qué tal está el enfermo?

    —Bien, molestando a Jeff.

    —Ohm, sí. Entonces como siempre. Esos dos siempre están compitiendo. —Paró unos segundos y me observó atentamente—. Lo hiciste muy bien. Pero la próxima vez sé más rápida. Tómate la tarde libre.

Asentí y volví a la cocina para terminar de preparar la comida.

El resto de la tarde pasó sin ningún incidente, no volví a ver a Toby después de la comida.

Estaba tumbada en la cama con Smile a mi lado, con su cabeza encima de mi estomago. Llamaron a la puerta y Smile levantó la cabeza. De detrás de la puerta apareció Nina, vestida con unos pantalones cortos y medias negras debajo, unas botas con tachuelas negras y una sudadera.

    —¿Qué haces que no estás vestida? Vamos, a Jeff le fastidia mucho que lo hagan esperar.

Echó a Smile de la cama y empezó a rebuscar en un armario. Sacó uno de los vaqueros que había traído y una camisa, blanca, de media manga.

    —¿Qué pasa?  —Me sentía aturdida, y todavía estaba asustada por la clase de Slender.

    —Venga, ¿no querías ir a comprar? Toby no puede venir, pero Jeff está esperando.

Toby... Sentí un nudo en la boca del estomago y mis ojos empezaron a humedecerse. Poco a poco las lágrimas fueron cayendo por mis mejillas sin que pudiera hacer nada por evitarlo. Tapé mi cara con mis manos y sentí unos brazos sobre mí.

    —Ey, ¿por qué estás llorando? —Levanté un poco la cabeza, lo suficiente para poder mirar a Nina a los ojos. Nuevas oleadas de lágrimas se precipitaban hacia el vacío, mientras yo intentaba recobrar las respiración entre sollozos y con la voz entrecortada intentaba hablar.

    —¿Es por lo de esta mañana? No te preocupes, Toby nos lo ha contado todo. Realmente tú no hiciste nada malo. Tienes que aprender a curarnos.

    —Pero Toby se puso muy mal y todo por mi culpa.

    —Deja de decir tonterías. —Su voz era severa, al igual que su mirada. Con una mano levantó mi cabeza mientras que con la otra limpiaba mis lágrimas—. Toby se presentó voluntario, además él sabía lo que iba a suceder.

    —¿Pero por qué?

Nina me miró fijamente, mientras recogía una lágrima de mi barbilla sonrió.

    —Toby confía en ti, al menos lo suficiente como para que lo rajen por ti. Al igual que Slender. No te preocupes, ¿de acuerdo? —asentí con los ojos aún abnegados en lágrimas—. Bien, entonces vístete y ponte guapa, vamos a pasarlo bien

Tiró la ropa al suelo, fue corriendo a su cuarto y volvió con un precioso vestido negro de tirantes y unos botines negros con tachuelas plateadas. Me vestí y me arreglé el pelo en una trenza de raíz. Nina sacó una bolsita con maquillaje y me obligó a sentarme.

    —Recuérdame que tienes que comprar también maquillaje, no puedo prestarte yo la cosas continuamente. —Formó una media sonrisa y comenzó a taparme las ojeras, me echó un poco de máscara en las pestañas y un poco de sombra marrón oscura, me pinté los labios y salimos de la habitación.

En el recibidor estaban Jeff, Laughing Jack y Toby. Jeff y Laughing se acercaron a nosotras casi inmediatamente. Ambos me miraron, Laughing Jack dejó ver una enorme sonrisa y su habitual mirada pícara, Jeff como de costumbre no dejó traslucir ningún tipo de emoción.

Bajamos las escaleras, di un abrazo a Laughing Jack y me acerqué a Toby.

    —¿Estás bien? —asintió—. Lo siento, yo no quería que sucediese eso. —Rápidamente me cogió la muñeca con fuerza y me atrajo hacia él.

    —La próxima vez no te pongas tan nerviosa. —Levantó la otra mano y con ella acarició mi mejilla, deslizó su mirada hacia donde yo suponía estaba Jeff. Me aparté de él y fui con Laughing Jack y Nina.

    —Vámonos ya pesadas. —Jeff parecía bastante molesto, pero, ¿cuándo no estaba molesto? Salimos de la casa y encontramos un coche. Dentro estaban Masky y Hoody.

    —¿Por qué viene tanta gente?

    —Por que tu lista de la compra es muy larga y Slender dice que como no se fía de ninguno de nosotros. Deposita su confianza en varios para ver si alguien controla las cosas —dijo Masky, que miró de reojo a Jeff. No llevaba su máscara, y podía verle la cara, tenía el pelo castaño claro y unos grandes ojos azul oscuro, no tenía absolutamente nada de barba y sus rasgos eran increíblemente gráciles y elegantes. Me ladeé un poco y asomé la cabeza para poder ver a Hoody. Pero para mi desgracia seguía con la capucha puesta y no pude verle la cara, me miró y sonrió burlescamente, y eso sí que lo pude ver.

Slave of Creepypastas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora