—¡Toby no te duermas!
Con un leve quejido Toby volvió a abrir los ojos. Sus Tics se iban haciendo más leves a medida que pasaba el tiempo. Me separé de él y mojé toallas con agua más o menos caliente y se las puse por la ingles y el pecho, mientras intentaba darle calor en sus brazos.
—Toby, no te duermas, háblame.
—Y.. Y ¿Qué quieres que te cuente?
—Lo que sea, ¿en qué piensas?
—Es divertido verte así de alterada. —Sonrió levemente y haciendo un esfuerzo que parecía sobrehumano levantó uno de sus brazos e intentó atraerme hacia él. Me dejé abrazar por sus debilitados brazos, devolviéndole el abrazo. Mientras nos abrazábamos comenzó a reírse, aunque más que una risa, parecía un quejido.
—¿Que pasa?
—Seguro que Jeff se enfada un montón. —Rio por lo bajo—. Es un idiota. —Levantó la cabeza con una sonrisa de oreja a oreja y estiró el cuello—. Que más da que se enfade un poco más. — Acercó sus labios y me besó.
No pude prestarle atención al beso, era un beso débil, pero cálido. Pegué un brinco y le cogí la cara con mis dos manos mientras sonreía y las lágrimas se escapaban de mis ojos.
—Estas... Estas cálido.
Me abracé fuertemente a su cuello y lo llené de besos. No podía creer que hubiese recuperado el calor, no estaba contenta, estaba rebosante de alegría. Podía sentir cómo una energía renovada recorría mi cuerpo mientras él seguía riendo por lo bajo.
Busqué con la mirada a Slender, pero éste ya no estaba. Ayudé a Toby a incorporarse y esperamos unos instantes más mientras le abrazaba para que recobrase más calor.
La puerta se abrió estrepitosamente y por ella apareció Jeff con su habitual cara de molestia.
—Vengo a ayudar a subir a la niña Toby —dijo mientras nos miraba fijamente.
Me moví y bajé de la camilla para ayudar a Toby a bajar, mientras Jeff nos observaba con un rostro cada vez más severo.
Cada uno sujetábamos un brazo de Toby y le ayudamos a apoyarse para que subiera las escaleras hasta su cuarto. Le acomodé en la cama.
—Vendré en un rato a cambiar las vendas y ver cómo estás.
Salí del cuarto seguida por Jeff. Le miré de reojo, parecía muy molesto.
—Jeff.. —No me miró, pero alzó una ceja, me escuchaba—. ¿Me puedes ayudar a subir las vendas y medicinas?
No respondió, solo me siguió. Tenía las manos crispadas, cerradas en un puño. Bajamos hasta la sala de prácticas y cogimos una caja llena de vendas estériles y otra llena de antibiótico y pomadas especiales. Con cada paso Jeff daba un gruñido, y cada vez que le miraba para ver que pasaba resoplaba. Harta ya, de tanto ruido simbólico me giré poniendo entre ambos mi caja con las vendas.
—¿Te duele algo? —Me miró asqueado—. Como te quejas tanto.
—¿Siempre que curas heridas te desnudas o es solo con Toby?
Me recorrió un escalofrió, tenía razón, me faltaba la sudadera por que se la había puesto a Toby. Le observé por un momento, solo un momento bastó para que los sucesos acontecidos la noche anterior llenaran mi cabeza y me hicieran sentir una rabia renovada.
—¿Y a ti qué más te da? ¿No dices que soy una plana horrenda? ¿No dices que no me puedo comparar con Lina? ¿Tanto te molesta que sea Toby el protagonista y no tú?
La caja con las medicinas cayó al suelo mientras Jeff se abalanzaba sobre mí. Me empujó contra la pared y me agarró con fuerza del cuello.
—¿Tú quién te crees que eres? ¿Qué te crees, que puedes llegar aquí y volverme loco? ¿Qué me molesta de no ser el protagonista? TODO. Ese imbécil de Toby ni siquiera fue capaz de matar a su familia, es pura escoria. Pero la plana horrenda tiene que llevarme la contraria y hacer que el puto niño Tic gane. No me jodas niñata, te pienso matar de la forma más horrible que exista.
A punto de quedarme sin aire me tiró contra el suelo. Mis primeras bocanadas de aire se vieron interrumpidas por un dolor agudo. Un cuchillo feroz cortaba mi piel allá por donde pasaba su filo. Mis brazos, mis piernas incluso mi tripa y pecho estaban llenos de los terribles arañazos que me proporcionaba Jeff con su cuchillo. A mis gritos la única respuesta fue la mano de Jeff tapándome la boca. Se sentó sobre mi estómago y empezó a pasear su cuchillo por mi cuerpo.
Me cogió por el pelo y de una sacudida me dió la vuelta estampando mi cara contra el suelo. Con su afilado cuchillo comenzó a escribir en mi piel, con una tinta que ni el tiempo podrá borrar, su propio nombre. Rio maniáticamente, haciendo que en mi corazón el dolor y la desesperanza se fundieran en un solo sentimiento.
—¿Qué te parece? Ni siquiera Toby podría hacer eso. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA. —Me giró de nuevo, pero esta vez fue su pie lo que irrumpió en mi costado. Entre gritos y lágrimas me giré contra mi voluntad. Volvió a sentarse sobre mí, inmovilizándome por completo. Acercó su rostro al mío lo suficiente para que pudiera sentir su aliento.
—¿Qué te parece si te hago tan hermosa como yo.
***
Han pasado tres días desde que vi a Lara y, sinceramente, estoy aterrorizada. Nadie me creyó cuando dije que la había visto, ya que me di un golpe en la cabeza bastante fuerte. Durante estos tres días me han ocurrido cosas inexplicables, que hacen que mi piel se erice y mi cuerpo se estremezca.
Me levanté de la cama, todavía era de noche, miré el reloj y eran las tres de la mañana. Bajé las escaleras hasta la cocina, con el extraño sentimiento de que alguien me observaba.
Cogí un vaso con agua y me apoyé en la encimera de la cocina. Llevaba tres día sin dormir bien, no solo no dormía pensando en que le había pasado a mi amiga. Si no que además, llevaba todos estos días levantándome en medio de la noche sin ningún motivo.
Me despegué de la encimera y fuí hasta mi habitación, mi mente me pedía a gritos que huyera, que corriera hacia la puerta, pero me negué. Me senté en la cama confundida, intentando reflexionar y aclarar mi mente. Una mano tocó mi espalda, y el filo de un cuchillo se posó en mi cuello.
—¿Por qué te preocupas tanto por ella? —dijo una voz tímida. Mi cuerpo se puso en tensión, de pronto la oscuridad no era tan oscura, mis oídos podían escuchar la más leve respiración dentro de la casa y mis músculos estaban preparados para saltar y atacar—. No te muevas.
El cuchillo se movió, alejándose de mi cuello, una mano giró mi cuerpo, poniéndome de cara a mi agresor.
—¿Quién eres? —al decir esto el chico se quitó su capucha dejando ver unos brillantes ojos de color verde.
—Tu peor pesadilla.
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Slave of Creepypastas.
Fanfiction¿Crees que los Creepypastas no son tan malos? Entra y lee la historia de Lara, la cual fue obligada a servir a algunos de ellos. Ven y descubre que los asesinos, siempre serán asesinos. ¿Crees que sobrevivirás? 25/06/2023 #9 #LAUGHINGJACK 19/06/202...