Chapter 23.

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Llamé a la puerta de la habitación de Toby. Las lágrimas se intentaban escapar, pero conseguí contenerlas. Abrió la puerta y me indicó que pasara. Me senté en la cama desecha y calentita que indicaba que le había despertado.

    —¿Qué pasa? —Escuchó un leve ruido en la puerta y se acercó a mí. Me susurró. —Jugaste con Eyeless y Jeff —asentí—. Y ahora te mandan a fastidiarme. —Volví a asentir—. Y Eyeless te habrá contado que no toqué a Lina y que cree que soy gay. —Asentí de nuevo. Dio un gran suspiro y se recostó contra la pared. Le cogí de la mano con ternura—. Dios desde luego en esta casa no se puede intentar ser discreto. Sí que me la tiré, pero tampoco me siento orgulloso de ello, en el fondo la chica no tenía escapatoria.

    —Lo siento, puedo decirles que me digan otra cosa, realmente yo no quiero fastidiarte. —Me miró y sonrió.

    —No te preocupes, les voy a dar a probar de su propia medicina.

    —¿Qué? - antes de que me diera cuenta Toby se abalanzó sobre mí, presionando su cuerpo contra el mío, inmovilizándome. Conseguí alcanzar su oreja—. Están detrás de la puerta, dijeron que si te pasabas entrarían.

    —Eso es lo que busco. Te prometo que no te haré nada si me haces caso. —Empezaba a estar cansada de que me dijesen que no me harían nada si les hacía caso. Asentí, cansada de que hicieran esto, de que me utilizaran para sobreponerse los unos a los otros. Toby, se despegó un poco y me miró a los ojos—. Te prometo, que te compensaré —dijo al mismo tiempo que me sonreía tiernamente.

Con cuidado fue quitando mi camisa, dejándome solo con la ropa interior puesta, mientras él se quitaba la camisa quedando solo con los pantalones. Me sonrió y me acercó a él.

   —Gime.

    —¿Qué coño —silenció mi queja con un beso al mismo tiempo que fingía graves gemidos.

Sus gemidos me encendían, hacían que sintiera la urgencia de besarle. En varias ocasiones tuve que recordarme a mí misma que esto era solo un juego, que él estaba fingiendo para devolvérsela a Eyeless y Jeff. Sin poder hacer nada por remediarlo comencé a soltar gemidos de placer. Toby me miró sonriendo, y yo solo pude ponerme roja.

    —Así, gime mas fuerte. Que te oigan. —¿En serio creía que estaba fingiendo? Comenzó a besarme el cuello y pasar su lengua por mi oreja.  Con cada movimiento él gritaba más fuerte, me cogió por las caderas y me incorporó sentándome sobre sus piernas a la altura necesaria para sentir el bulto en su entrepierna. La puerta sonó Toby sonrió, en un movimiento rápido desabrochó mi sujetador  y me abrazó al mismo tiempo que me besaba con ternura. Sus labios eran tan cálidos y dulces que me hicieron estremecer.

La puerta se abrió de golpe y entraron Eyeless y Jeff con cara molesta, Toby se giró para verles, mientras utilizaba su cuerpo para tapar mis pechos. Me abrazó con fuerza, dejando que me ocultara tras él. Cogió con delicadeza una sábana y me cubrió con ella para poder levantarse.

    —¿Qué queréis? —Eyeless tenía un gesto molesto reflejado en sus labios compuesto en una fina línea. Jeff estaba rabioso, tenía su cuchillo agarrado con fuerza por debajo de la sudadera, haciendo un terrible esfuerzo por no sacarlo y dar comienzo a una lucha. —¿Comprobaron ya que no soy gay?

    —Ay Toby, un gay también sabe fingir. —Toby sonrió y poco a poco se fue levantando. Una vez en pie se pudo ver como en sus pantalones había un increíble bulto, el cual Eyeless miraba sorprendido—. Siempre creí que eras como una muñeca. Solo con un agujerito para mear. — ambos rieron. Por un momento Jeff los miró con desgana, volteó la cabeza y me miró. Por largo rato pude sentir el odio y la rabia de la mirada de Jeff que no pasaron inadvertidas por Eyeless y Toby.

    —Jeff... —por toda respuesta Eyeless recibió un gruñido.

Me levanté de la cama tapándome con la sábana, cogí mi ropa e intenté salir de la habitación. En todo el camino Jeff no dejó de mirarme con la palabra "puta" escrita en los ojos. Harta de aguantarles a los tres me giré.

    —¿Por qué me miras así? ¿No decías que soy una plana horrenda y que no me puedo comparar a Lina? —Miré a los tres—. Si tanto les gustaba Lina a todos ¿para qué me necesitan? De todos modos jamás me podré comparar a ella, ¿no? —miré directamente a Jeff—. Ella era una MUJER con mayúsculas, ¿no?

Me giré por completo y fui a paso ligero a mi habitación, sintiendo cómo tres pares de ojos se clavaban en mi espalda descubierta. Cerré la puerta de mi habitación con un gran portazo, dejando la sábana de Toby fuera de la habitación.

Rompí a llorar sin que apenas se escuchara un sollozo. Me cubrí con la ropa arrugada que traía en las manos y miré por la ventana. Aún era pronto, las estrellas lucían con brillos irisados y una gran Luna llena llenaba de luz el claro en el que se encontraba la casa. Las hojas de los árboles devolvían el tenue reflejo plateado que provoca la Luna. Un par de murciélagos revolotearon por encima de la ventana. Bajé rápidamente las escaleras y busqué a Smile por la casa, quería salir a la calle, pero no quería estar ni con Eyeless, ni con Toby y mucho menos con Jeff. Encontré a Smile dormido en el sofá del salón. Al verme se levantó de un salto y comenzó a lamerme las manos.

    —Smile, quiero ir a la calle a dar una vuelta. Acompáñame.

El gran perro se levantó de un salto del sillón y fue hacia la puerta por delante de mí. Al llegar al recibidor me encontré con Jeff. Lo ignoré y cerré la puerta antes de que se le ocurriese algún insulto para mí.

Estuvimos caminando durante una hora, nos adentramos en el bosque, mientras mis piernas le seguían, mi mente estaba en otra parte, intentando comprender las cosas que habían sucedido. Llegamos a un pequeño claro, colapsado en parte por unos grandes troncos caídos en su mitad podridos. Smile comenzó a correr y revolverse sobre la fresca hierba. Me senté sobre un tronco, pudiendo únicamente observar el infinito.

«Imbéciles».

«Más imbécil fuiste tú por jugar con ellos. Solo te utilizan, pero tú siempre tienes que intentar ver su parte buena. Ahora te habrás dado cuenta de que no tienen».

Hice que mi culo se resbalara del tronco y me senté en el suelo, apoyando la espalda en el tronco. Me encogí y me abracé a mis piernas mientras las lágrimas empezaban a fluir sin remedio. Smile se acercó a mí, tocaba mis manos con su hocico, intentando llamar la atención, al levantar la cabeza él lamió mis lágrimas haciéndome cosquillas. La madera crujió y Smile e puso en alerta y comenzó a gruñir. Me giré y pude ver con claridad una silueta que se acercaba a nosotros aún a pesar de los terribles gruñidos de advertencia que Smile le lanzaba.

Slave of Creepypastas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora