Sintiendo como un aura extraña crecía en torno a Slenderman, vi como éste se acercaba a ambos chicos, haciendo que ambos se retorciesen de dolor. No sabía con certeza lo que estaba ocurriendo, pero dentro de mi una pequeña voz me indicaba que eso era lo que ocurría cuando se hacía enfadar al Operador.
No nos movimos del pasillo, permanecieron en el suelo, retorciéndose de dolor mientras las lágrimas caían por los rostros de ambos. Al mismo tiempo gritaban, como si estuviesen inmersos en una horrible pesadilla.
Me acerqué, aunque mis pasos no estaban seguros y creía que en cualquier momento el suelo se derrumbaría dejándome caer al vacío. Tim no dejaba de gritar, gritaba el nombre de Jay, gritaba de dolor, maldecía y pedía ayuda a Brian. Tras los interminables minutos en los que Slenderman torturó sin piedad a Tim y Brian, lo gritos cesaron. Mientras que Tim respiraba de forma desesperada, Brian apenas se movía.
¿Estaba muerto? ¿Qué le pasaba por qué no se movía?
Tim consiguió ponerse en pie; y al ver a Hoody tirado en el suelo intentó destaparle el rostro. Su cámara seguía encendida, y Hoody no tenía forma de defenderse. Quise interponerme, pero no hizo falta. Antes de que Tim pudiera rozar la tela del pasamontañas, Slenderman volvió a dejarlo inconsciente.
Cuando todo se tranquilizó me encontré a mi misma en el suelo, de rodillas, viendo que era incapaz de abrir los ojos por el llanto. Había llorado tanto, sin darme cuenta, que los ojos se me habían hinchado y apenas podía ver bien. Fui hasta los cuerpos de ambos a gatas, sintiendo como el polvo y algunos cristales se clavaban en mis manos.
—Tim... —Mi voz más bien parecía un quejido al salir de mis labios temblorosos—. Tim... No te vayas. —Por fin los alcancé y pude ponerme entre ambos, agarrando una de las manos de Brian y acariciando la cara de Tim con mi mano libre—. Chicos, no me dejéis.
Tim temblaba, y murmuraba palabras sin sentido mientras la sangre salía a borbotones de su nariz. Algunas veces podía distinguir palabras de ayuda. Pronto mi mano estuvo húmeda por las lágrimas que caían por su cara.
—Cuida de él. —Levanté la cabeza, intentando ver a Slenderman. Ante mi dejó el cuerpo de Brian, mientras cargaba en sus tentáculos a Tim. Abracé a Brian, era lo único que se me ocurría hacer. ¿A dónde llevaría a Tim? ¿Qué iba a pasar con él? Retiré el pasamontañas de Brian, dejando al descubierto su rostro. Un reguerillo de sangre caía por su nariz, empapando parte de su cuello. Su respiración era tan débil que me costó darme cuenta de que seguía vivo.
—Brian... —Le di pequeños toques en la cara—. Brian, por favor vuelve. —Abrió ligeramente los ojos y se acercó aún más a mí. Estaba temblando, y sus dientes castañeaban.
—Tengo mucho frío. —Le abracé, fijando mi vista donde creía que seguía Slender, pero ya no estaba ahí. Y Tim tampoco—. Lo siento mucho... Todo salió mal.
—¿A dónde ha llevado a Tim?
—A que acabe la misión...
—¿Qué misión? —Mientras hablaba intentaba calentar a Brian, que seguía temblando en el suelo.
—Tim tenía que conseguir eliminar a Alex y atraer a Jay hasta nosotros.
—¿Atraer a Jay? ¿Para qué? —Pero no recibí respuesta. Brian quedó dormido, presa del agotamiento—. B-Brian. —Lo zarandeé ligeramente, pero pronto desistí—. Y ahora... ¿ahora a dónde te llevo?
No sabía cuál era el camino para volver a la habitación en la que estaba Jay, y Brian pesaba demasiado para poder llevarlo a cuestas durante mucho tiempo.
Conseguí arrastrarlo hasta un de las ruinosas habitaciones donde nos quedamos a esperar. Slenderman tenía que volver. Tan sólo era cuestión de tiempo.
***
El dolor aún no había abandonado mi cuerpo. Podía sentir dentro de mis propios sueños como mi cuerpo dolía. Mi espalda era atravesada por un dolor agudo que taladraba por completo mis hombros y columna. El pecho me dolía al respirar de tal forma que a veces creía que respiraba mi propia sangre, ya que todo me olía a ésta.
¿Cómo había llegado a esto? ¿Cómo se había torcido todo tanto?
No estaba del todo dormido; no era capaz de abrir mis ojos. No podía moverme o hablar; pero sí que podía sentir y escuchar.
—Tim...
Esa voz. Yo conocía esa voz, era el sonido más dulce que escuchaba en mucho tiempo.
—Tim... No te vayas.
Sentía algo cálido y suave rozar contra mi mejilla. No podía ser, ella estaba ahí, conmigo. Y yo ni siquiera podía abrir los ojos para verla. No podía levantarme para poder abrazarla; no podía hacer nada. Los recuerdos se hacían más claros.
En ese momento comenzó a dolerme el pecho de una forma mucho más atroz. Era como un quejido lastimero que surgía de mi estómago e iba aumentando la intensidad según se acercaba a mi pecho. Slenderman nos estaba castigando por no haber seguido su plan. Quería acercar a Jay a nosotros, pero Alex se había interpuesto en nuestro camino, volviéndolo todo del revés. Y entonces Jay se dio cuenta de lo que pasaba y había comenzado a subir esos dichosos vídeos a YouTube. Todo se había complicado, y Hoody y yo sólo habíamos intentando que las cosas mejorasen. Pero Slenderman no lo vería así nunca, y era por eso que nos estaba castigando. Pero él sabía perfectamente que a mi el dolor físico o mental me resultaba soportable. Para mi nunca había sido un castigo el dolor, había aprendido a convivir con él. Pero esto, era muy distinto.
Lara estaba a mi lado; la persona más preciada para mí, estaba a mi lado y yo no podía verla.
La impotencia y la rabia se hacían dueñas de mí pensando que aquél momento en el que escuchaba su voz se borraría de mi memoria cuando despertase. Volvería a ser Tim, el Tim asustadizo que intentaba huir de la jaqueca, y entonces no la recordaría. Ni a ella ni a su voz.
ESTÁS LEYENDO
Slave of Creepypastas.
Fanfiction¿Crees que los Creepypastas no son tan malos? Entra y lee la historia de Lara, la cual fue obligada a servir a algunos de ellos. Ven y descubre que los asesinos, siempre serán asesinos. ¿Crees que sobrevivirás? 25/06/2023 #9 #LAUGHINGJACK 19/06/202...