Habían transcurrido varias horas. La noche seguía en calma y tan sólo se escuchaba por la casa la pesada respiración de Bloody Painter. Estaba preocupada, no sólo por su mal estado; si no por lo que podría haberles pasado a Tim y los demás.
Me quedé varios minutos observando como el pecho del herido subía y bajaba con dificultad. Necesitaba descansar, y si Jeff llegaba a la casa dudaba mucho que pudiésemos trasladar a Bloody Painter.
Ben deambulaba por la casa y cada pocos minutos se acercaba a la habitación para cerciorarse de que todo estaba en orden. Jay permanecía con semblante tranquilo y ojos preocupados a mi lado. Apenas le había dado tiempo a digerir todo lo que había pasado. Descubrir que Slenderman no era el "malo", y que Tim y Brian lo estaban protegiendo de Alex. Llegar a una casa llena de seres de pesadilla y asesinos sanguinarios. Y para colmo, justo cuando él llegaba uno de los más violentos se había escapado y quería un baño de sangre. Me apoyé en él, cansada de ver el movimiento hipnótico de la respiración de Bloody Painter y apoyé la cabeza sobre su hombro.
—¿Crees que todo irá bien? —Alcé los ojos, escrutando su expresión que aún permanecía tranquila. Bajó la mirada y se quedó unos segundo mirándome directamente a los ojos.
—Claro. —Pero su voz no sonaba muy convencida. Fruncí el ceño y comenzamos una batalla, sosteniendo la mirada del otro para ver cuál caía primero. El hecho de que él no estuviese convencido me aterraba. No quería ser la única que pensaba que todo se solucionaría, Tim y yo nos reencontraríamos y podría iniciar al fin una vida con mis nuevos amigos, los proxys y Jay.
Finalmente retiró la mirada y me cogió de las manos.
—Lara... Tienes que ser consciente de que Tim y Brian... No son inmortales. Si ese tal Jeff es tan peligroso como nos han dicho... Es algo completamente distinto a Slenderman. Es otra forma de terror.
—Pero...
—Lara, cree en ellos. Pero también piensa que no todo sale siempre como esperamos. —Todavía no entiendo por qué lo hice, pero me levanté de un salto y con furia comencé a gritarle.
—¡No! ¡No quiero pensar que cuando al fin consigo reencontrarme con todos vosotros tendré que perderos de nuevo! ¡No quiero pensar que todo saldrá mal y se irá al garete!
—Lara... Nosotros no podemos hacer nada. Depende de... —Le interrumpí, sintiendo como la rabia subía desde mis pies hasta las orejas, concentrándose en mi boca y la cabeza. No quería creerle.
—¡No! ¡No te voy a escuchar más! ¡Déjame en paz! —Pero Jay no dijo nada, simplemente se levantó y abandonó la habitación. Cuando cerró la puerta no dio ningún golpe, y tampoco parecía enfadado. Su expresión se acercaba más a la decepción. Pronto me arrepentí de todas mis palabras. No era culpa de Jay. Sin embargo lo había pagado con él. Me senté en la cama con cuidado de no molestar a Bloody Painter y miré la pared. ¿Qué más podía hacer? Tan solo esperar; y estaba hartar de esperar. De ser la inútil que se sienta en casa y espera a que el resto deshaga el problema.
Pasó el tiempo. Probablemente pasaron minutos pero para mi fueron como largas horas. Un golpe se escuchó en la planta baja de la casa. ¿Serían ellos? ¿Habría acabado todo? Me levanté de un salto y puse mi oreja cerca de la puerta intentando atrapar algún sonido.
Una tétrica risa inundó el rellano haciendo que todo el vello de mi cuerpo se erizase producto del miedo.
—¡¿Pero qué tenemos aquí?! —La voz llegó amortiguada, pero el dueño de ésta hablaba tan alto que se podía escuchar sin demasiada dificultad. Creo que luego Jay dijo algo, pero desde donde yo estaba no pude escucharlo—. ¡Dime dónde está y no te causaré tanto dolor!
Jay debió negarse ya que el siguiente sonido que se escuchó fue el de alguien cayendo al suelo con fuerza.
Estaba paralizada, mi mano sujetaba el pomo de la puerta pero era incapaz de girarlo. Más ruidos de golpes, cristales que se rompían y cosas rodando por el suelo. Sólo me dio valor para abrir aquella puerta el grito de dolor de Jay.
Salí de la habitación y el ruido de la puerta al abrirse sonó haciendo eco. No se escucharon más golpes ni gritos, sólo un silencio tenso que cortaba mejor que un cuchillo. Me asomó por la escaleras, y lo que vi al pie de ellas, por alguna razón no me sorprendió. Pero consiguió que mi alma cayese al fondo de la oscuridad. Ahí estaba Jeff, con Jay bajo sus pies con los brazos ensangrentados y varios cortes en la cara. Un profundo corte en el labio hacía parecer que también su cuello se había sido cortado. Pero para mi diminuto alivio no era así. Con uno de los ojos hinchado por los golpes mi miró.
—Creo... que ya no te necesito, pelele. —De una patada Jeff apartó a Jay de su camino y comenzó a andar en mi dirección, escaleras arriba.
Me encontraba en una encrucijada, quería correr, era obvio que me iba a matar, pero no podía dejar ahí a Jay. Miré su cuchillo. Yo estaba desarmada, ¿qué podía hacer? Retrocedí varios pasos sin llegar a darle la espalda. Llevaba ya la mitad del recorrido.
Eché a correr, necesitaba algo. Cualquier arma me valía, lo único que necesitaba era algo para golpearlo. Las palabras que me había dicho Tim volvieron a mi mente. "Coge a Jay y vete" Estaba todo muy claro; si Tim había caído al menos cumpliría lo último que me había pedido. El miedo me impedía estar triste y las lágrimas que intentaban salir no eran por él, si no por mi y Jay. Quería escapar de ahí, pero antes necesitaba un arma. Me colé en la habitación donde estaba Bloody, arrebaté su cuchillo y salí lo más rápido que pude. Tenía el arma y entonces... ¿Qué?
Jamás había utilizado una y en mi mano el cuchillo se veía inmenso y pesado. Un fuerte tirón de pelo me hizo caer de espaldas contra algo blando, caliente y mojado.
—¿Dónde creías que ibas? —No podía mover la cabeza, pero al escuchar la voz de Jeff sentí como si sus ojos sin párpados me miraran fijamente. Con la mano que tenía libre llevaba el cuchillo y lo fue paseando delante de mi cara pero sin llegar a tocarme—. Eres un puta y una vendida. ¿Crees que ibas a estar a salvo por estar con ese imbécil? Pues estás jodida.
Llevó el cuchillo a una de mis mejillas y con suavidad los deslizó por mi piel, dejando correr una ligerísimo hilillo de sangre.
—Voy a hacer que me recuerdes a base de sangre y lágrimas. —Y seguido de aquellas desalentadoras palabras lamió mi mejilla, recogiendo con la lengua la sangre que caía. Una risa sádica salió de su garganta. Cerré los ojos y dediqué mi último pensamiento antes del sufrimiento a Tim y Jay. Solo deseaba que, si seguían vivos huyesen de ahí.
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Slave of Creepypastas.
Fanfiction¿Crees que los Creepypastas no son tan malos? Entra y lee la historia de Lara, la cual fue obligada a servir a algunos de ellos. Ven y descubre que los asesinos, siempre serán asesinos. ¿Crees que sobrevivirás? 25/06/2023 #9 #LAUGHINGJACK 19/06/202...