Chapter 33.

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La sombra había desaparecido, giré la cabeza y encontré a Masky, con una media sonrisa en la cara, mirándome con ojos relucientes.

    —Joder que susto.

    —¿Qué mirabas?

    —Había visto algo en el bosque moverse... Quizás sólo fue mi imaginación.

    —Mmm... Bueno, ¿qué haces aquí sola? —Acortó la distancia entre nuestros rostros, me sonrojé en el acto.

    —Bueno, no sabía que hacer... Los chicos estaban con la consola y no quería molestarles. Tú, Hoody y Sarah hablabais y Nina y Toby estaban juntos así que...

Calló mi frase con un beso, un beso fugaz pero increíblemente electrizante.

    —Te voy a ser sincero. Nada más salir tú del salón Jeff miró e intentó acabar la partida. Laughing se rio de él. Toby y Nina te miraron raro y tu amiga quería ir tras de ti.

    —Menos mal que intentaba que no os dieseis cuenta... —Masky rio. No llevaba puesta su máscara, por lo que pude admirar su rostro. Sus ojos azules parecían acero colado con la luz de la Luna, mientras que sus finos labios seguían torcidos en una sonrisa. Volvió a acercarse y volvió a posar sus labios sobre los míos. En cuestión de segundos consiguió que me olvidase de todo y que mi único objetivo fuera besarlo. Con manos fuertes me atrajo más hacia él hasta que, sin saber muy bien por qué, me separó de él.

En pocos segundos escuchamos unos pasos, Slender bajaba las escaleras y se asomó a la cocina.

    —¿Qué hacen ahí chicos?

    —Lara dice que ha visto algo moverse en el bosque.

Con gesto serio se acercó a la ventana, poniéndose de espaldas a nosotros. Escudriñó el bosque en busca de algún indicio de vida, pero no encontró nada. Suspiró y se giró.

    —Lara, tengo algo para ti.

Sacó de uno de los bolsillos de su chaqueta una cajita y una bolsita pequeña. Cogí la cajita y dentro había un móvil, era un móvil bastante antiguo, de los que no tienen conexión Wi-Fi. Únicamente para llamar y recibir mensajes.

    —Esto es una reliquia Slender.

    —Sí, lo es. Pero así es más fácil que nadie más te localice. Bien este móvil está infectado con Ben. Puede controlarlo, si estás en peligro, o las cosas van mal en casa puedes llamar y alguno de nosotros responderá. También tiene el número de tu amiga, para que puedas hablar con ella. Es probable que estéis más tiempo juntas. Ten.  —Me tendió el sobre—. Esto es mío.

Cogí el sobre, nerviosa, deseando ver que era lo que contenía. Lo abrí, y dentro encontré un colgante, una pequeña bolita de plata que dentro llevaba un cascabel, junto con una preciosa cadena, también de plata. El colgante tenía impreso el símbolo de Slenderman, pero rodeado por completo de hojas y flores. Como si el signo estuviese hecho de madera y de él salieran las hojas y las flores que lo decoraban. Era realmente hermoso.

Masky cogió el colgante y apartándome el pelo me lo abrochó.

    —Es un regalo para ti. Estoy muy contento de que te hayas adaptado tan bien y de que seas tan eficiente en las clases. Además, si alguna vez necesitas ayuda porque Jeff se vuelva a propasar contigo solo tienes que hacerlo sonar y Masky, Toby, Hoody o incluso yo mismo iremos a ayudarte.

Sonreí, y no pude menos que abrazarle. No me hacía feliz el regalo, me hacía feliz que hubiesen pensado en mí, y en cómo ayudarme.

Slender correpondió mi abrazo y unas pequeñas lágrimas intentaron escapar de mis ojos. Nos separamos y con una sonrisa seductora Masky se acercó a mí y me abrazó. Me abrazó fuerte contra su pecho y aspiró el olor de mi pelo.

Volvimos al salón, donde aún seguían Jeff, Ben, Laughing y Eyeless jugando a la consola, Toby y Nina estaban ahora con Hoody y Sarah. Nina nos hizo señas para que fuéramos con ellos.

    —Chicos ¿Qué os parece si jugamos a algo? Esos cuatro están demasiado a gusto jugando con la consola y nos aburrimos.

    —Me parece buena idea. — Masky sonreía mientras me guiaba hasta el pequeño grupo.

    —Bien, el juego es el siguiente. Tenemos un chupito para cada uno, dos de ellos tienen vodka y el resto agua. A las dos personas que les toquen los chupitos con Vodka, se besan.

    —Uuuuh —dijo Sarah mirándome con los ojos haciéndole chiribitas.

    —Venga, hagámoslo —se apresuró a decir Hoody.

Sobre una pequeña rueda giratoria comenzaron a colocar los chupitos. Una vez puestos todos, giraron la rueda, y cuando paró cada uno cogimos un vaso.

    —Una, dos, tres.

Tragué el líquido confiada, y pronto me comenzó a arder la garganta. Vodka. Miré a mi alrededor, con un pequeño lagrimón cayendo por mi mejilla.

    —Jajajaajaja, Lara. ¿Quién fue el otro? —preguntó Toby.

    —Yo. —La voz de Nina sonaba ronca, ella también había pensado que le tocaría agua. La miré y en el acto me sonrojé.

El las caras de Masky y Toby se posaron una sonrisas maliciosas.

    —Venga chicas. No podéis echaros atrás ahora.

No sabía si moverme, pero Nina lo decidió por mí. Se acercó y plantó un beso tierno en mis labios. Cogió la botella y miró con ojos perturbados a los chicos. 

Repetimos el juego, y para mi alivio me tocó agua. Y así fueron ocho veces que me salvé. Consiguieron que Sarah se besase con Toby y con Hoody y Nina se besó con Toby y con Masky. Inclusive Toby tuvo que besarse con Hoody, fue una gran noche para Toby, sin duda. La última ronda, antes de que se acabase la botella, y el vodka nos tocó a mí y a Masky.

No había bebido muchos chupitos, pero Nina preparaba copas. Cada vez que me acababa una, me servía otra sin que yo pudiera pararla. Tenía la nariz caliente y me costaba enfocar bien los objetos. Mire alrededor y al tomar el chupito Masky frunció el ceño. Ante las risitas de Nina y Toby hicieron que a mi también me entrase la risa. Con una mano Masky me acercó hasta él, mientras que con la otra cogía mi barbilla.

Me beso, con labios eléctricos, que con cada toque hacían que un escalofrío me recorriera la espalda. Nina y Toby estaba muertos de la risa, tirados por el suelo, mientras que Sarah intentaba sentarse en el suelo y Hoody miraba con cara sonrojada a Sarah.

El beso no cesaba y a cada momento se hacía más y más apasionado. Bajó su mano hasta mi culo y comenzó a acercarme a él. La temperatura de mi cuerpo iba en aumento, y no paraba de subir cada vez que sentía sus músculos alrededor de mi cuerpo. Con ansia lamio mi labio inferior, pidiéndome que le dejara entrar. Abrí ligeramente los labios y él introdujo su lengua explorando cada recoveco. Se separó de mí, mirándome profundamente a los ojos. Tomó mi mano y comenzó a correr conmigo escaleras arriba.

Realmente no me enteraba muy bien de a dónde íbamos hasta que llegamos a su habitación. Me lanzó a la cama, y se quitó la camisa.

Sonrió, otra vez con esa sonrisa enigmática, que ahora sí sabía qué significaba.


Slave of Creepypastas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora