Pasaron los días. Y los éstos se fueron convirtiendo poco a poco en una semana. Los acosos cesaron, los aparatos electrónicos volvieron a funcionar con normalidad, con la pequeña excepción de que cada vez que buscaba la palabra Creepypasta en Internet, o leyendas urbanas, el aparato que estaba utilizando, se volvía loco y dejaba de funcionar por unos segundos. No volví a ver sombras negras, ni lo que parecía una chaqueta naranja en movimiento. Todo se sucedía con normalidad. De vez en cuando veía por la calle a Alex y Jay, los cuales se habían presentado y no parecían recordar nada de la persecución de Jeff, cosa que me resultó extraña. Solo recordaban haberme encontrado tirada en el parque y haberme ayudado. Alex apenas hablaba conmigo, más bien observaba y permanecía callado mientras Jay y yo conversábamos. Nos miraba de forma extraña y constantemente escudriñaba los alrededores, atento a cualquier movimiento que pudiese encontrar.
Esa tarde me despedí de ellos, como cada jueves. Después de las largas charlas que tenía con Jay tomábamos algo en la cafetería en la que nos habíamos conocido y me acompañaban a casa.
Volvíamos ya a casa, y como cada semana me dejaron en la esquina de mi calle. Todo estaba oscuro, y nada perturbaba el silencio de la noche. Me despedí de ellos con un rápido movimiento de mano. Atravesé la calle, pero de pronto me sentí observada. Giré la cabeza, pero Jay y Alex ya no estaban. Caminé, apresurando mi paso lo más que pude. Abrí la puerta de la casa y al cerrarla algo inesperado ocurrió. Un haz metálico, de filo cortante y manchado con sangre, impidió que cerrase la puerta. Intenté presionar la puerta, con el pulso acelerado, a punto de salírseme el corazón del pecho y sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas. Dio un fuerte golpe y la puerta se abrió, tirándome a mí al suelo. No recuerdo ningún golpe, ni siquiera recuerdo haberle visto acercándose. A partir de ahí mi memoria no es capaz de recordar qué ocurrió en aquél momento pero, quizás como una broma del destino, o por puro sarcasmo, recordé cosas, propias de una película de terror.
***
Como cada vuelta a casa, Alex no paraba de mirar a cada momento los posibles lugares de los que el Operador podría salir. Un mal presentimiento me acosaba, no paraba de sentir que algo malo había ocurrido. Me giré un par de veces, no sabiendo si era culpa de Alex, que me pegaba sus paranoias, o esa sensación era algo más real. A lo lejos escuché un grito de mujer, parecía de Lara, pero no estaba seguro. Aún no estando seguro salí corriendo. Si estaba en peligro necesitaría ayuda. Eché un vistazo atrás y vi a Alex, quieto, observándome con cara incrédula. Sabía que no iba a hacer nada, no iba a mover ni un solo músculo para ir a ayudarla. Le maldije para mis adentros y aceleré el paso.
La cabeza me dolía bastante, pero éso no era nada raro. El dolor de cabeza era persistente en mi vida. Apreté el paso hasta llegar a su casa. Una mancha blanca me tiró al suelo, enfoqué como pude la vista y pude verla. Tirada en el suelo, con el vientre lleno de marcas, no sabía si estaba muerta o no. La sangre se deslizaba por su piel y bañaba el suelo con su color rojizo. Mi dolor de cabeza aumentó, el Operador no debía andar muy lejos. Y efectivamente, nada más girar la vista un poco, lo pude ver. Su característico traje negro y esa cara, sin rasgo alguno. Debajo de él, un chico, algo menor que yo quizás. Con el rostro completamente blanco, casi tan blanco como su sudadera, y el pelo negro, de apariencia chamuscada. El chico se retorcía en el suelo, agarrando su cabeza, debido al más que evidente dolor de cabeza que el Operador le debía estar proporcionando. Me intenté arrastrar hacia Lara, para comprobar si seguía viva, pero unos pasos me distrajeron. Alex, se acercaba a nosotros, soltando improperios y con una pistola en la mano. Dio varios tiros, pero ninguno pareció acertarle. Alex siguió acercándose a nosotros, o más bien al Operador, cegado por la rabia y con la pistola en mano. Parecía enajenado, completamente loco. Me conseguí arrastrar hasta ella, colocando un dedo en su cuello. Tenía pulso y respiraba, aunque débilmente. Entre el barullo, los tiros y los gritos agónicos del chico, todo a mi alrededor comenzaba a desmoronarse. Forcé mi vista, no podía desmayarme, tenía que protegerla. Ella estaba mal, necesitaba ayuda médica.
Alex se abalanzó contra el Operador, para conseguir como único resultado caer de bruces contra el suelo, dejando el suelo decorado con algunas gotas de sangre salidas de una gran herida en su boca. Extendió sus tentáculos y con una velocidad increíble desgarró todo lo que pudo del cuerpo de Alex. Parte de la ropa se desprendió, tiñéndose casi al instante de rojo. Intenté grita, sosteniendo como podía a Lara entre mis brazos. Un débil "No" salió de mi garganta, más parecido a un lamento o un quejido que a otra cosa. El Operador paró, girando lo que en teoría sería su rostro hacia mi. Sin ningún gesto, a falta de rasgos, me observó o eso quería creer yo. Desprendiendo lo que parecía odio y rabia algo en él se suavizó al ver que el cuerpo de ella aún se movía. Tomó al chico de la sudadera blanca, que ya llevaba inconsciente un buen rato y desapareció, haciendo que el dolor de cabeza desapareciese, e inmediatamente y aún a pesar de utilizar toda mi fuerza de voluntad me quedase dormido, abrazándola con fuerza por miedo de que también se la llevase a ella.
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Slave of Creepypastas.
Fanfiction¿Crees que los Creepypastas no son tan malos? Entra y lee la historia de Lara, la cual fue obligada a servir a algunos de ellos. Ven y descubre que los asesinos, siempre serán asesinos. ¿Crees que sobrevivirás? 25/06/2023 #9 #LAUGHINGJACK 19/06/202...