Chapter 1

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Caminé rodeada de árboles mientras me alejaba de la parada de autobús. La jornada había sido dura y llena de emociones.

Era el día de mi cumpleaños, había sido un día especial por que era mi primer año en la universidad. No sabía si mis nuevos amigos se acordaría de que era mi cumpleaños, para mi alegría sí que se acordaron. Fue una mañana preciosa.

Estaba completamente tapada para poder escapar del frío, con la bufanda ajustada hasta las pestañas. Aceleré el paso para llegar a casa lo antes posible y así poder descansar.

Era ya de noche. Desde que iba a la universidad, no había día que saliese pronto de la facultad y tuviese que correr para coger el último autobús de vuelta.

Cerré la puerta tras de mi. Al poco rato comencé a darme cuenta que la aparente tranquilidad de la casa desaparecía al quitarme los cascos y escuchar los gritos. No era muy tarde en la noche, pero mi padrastro estaba borracho; no se tenía en pie. Y mi madre y él empezaron a discutir. Fue la discusión más fuerte que he podido presenciar en toda mi vida. Se gritaron, se lanzaron cosas, hasta que llegó el momento crítico y mi padrastro le alzó la mano a mi madre.

Mi madre y yo hemos vivido solas por mucho tiempo, ella me tuvo muy joven y mi padre nos abandonó, así que para mí, mi madre era intocable.

Al ver que intentaba pegarla yo me interpuse y, como es lógico, la bofetada me la llevé yo.

Fue un momento extraño. Mi padrastro me miraba con ojos extremadamente abiertos, no creyéndose lo que acababa de suceder.
Giré mi cabeza y vi cómo la cara de mi madre se transformaba en una mueca de odio infinito. Sus labios se tensaron en una fina línea, completamente recta; en sus ojos se dejaba traslucir a la perfección el odio y la rabia. Y entonces fue cuando pasó. Mi madre me empujó contra la pared, cogió el jarrón más grande y pesado que tenía cerca, y lo estampó contra la cabeza de mi padrastro. Esto por suerte no hizo que a mi padrastro se le reventase el cráneo, simplemente lo dejó lo suficientemente aturdido como para no ser capaz de articular palabra.

Yo no podía creer lo que estaba pasando, sentía que me mareaba. La mejilla todavía me ardía y las lágrimas se escapaban de mis ojos sin que yo pudiera hacer nada para remediarlo. Estaba asustada, todo mi cuerpo temblaba. Sentí el tremendo impulso de huir, alejarme todo lo que pudiera, de salir corriendo y no mirar atrás; y eso hice. Me levanté precipitadamente y corrí hasta la puerta de casa, en un acto ya mecánico cogí las llaves y salí por la puerta como si mis peores pesadillas me persiguieran pisándome los talones. 

Corrí sin dirección durante unos 20 minutos, corría lo más rápido que podía, tan rápido como me permitían mis piernas, que aún temblaban. Corrí hasta que cada bocanada de aire me quemaba los pulmones y la garganta. Solo paré cuando me tropecé con una roca que había en el camino. Caí al suelo violentamente, haciéndome heridas en las rodillas, las palmas de las manos y en la barbilla. Me incorporé y miré a mi alrededor desorientada.

Mis pasos me habían llevado al bosque, me recosté en un árbol y palpé mis heridas, ya que estaba tan oscuro que no podía ver bien. Toqué mis rodillas, el pantalón estaba rasgado y se notaba un raspón en mi piel, nada importante.  Mis manos estaban más dañadas y parecía que tenía arena metida dentro de la herida. La barbilla sangraba mucho, tenía un corte bastante profundo y esto hacía que sangrase copiosamente. Intenté presionar la herida para que dejase de sangrar, pero no dio resultado.

Estaba asustada. Tenía mucho frío y aunque los ojos me escocían, seguía llorando. Abandoné la idea de parar el sangrado, y me limpié las lágrimas con mis manos ensangrentadas.

Estaba completamente sola, no había nadie conmigo, pero me sentía observada. Sentía cómo alguien o algo me observaba desde un árbol, y estaba atento a todos mis movimientos.

Intenté agudizar mi vista para ver si encontraba a alguien, pero fue imposible, estaba demasiado oscuro. Me iba a dar por vencida cuando algo rozó mi pelo y una brisa helada hizo que me estremeciera.

    —¿Que haces aquí tan solita? ¿No crees que has venido un poco lejos a llorar?

Slave of Creepypastas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora