- No importa. - respondió la menor sacando a la castaña de su mundo de gloria. - De todas maneras, no me gustaría arruinar tu belleza. - le regaló una sonrisa burlona dándole la espalda, mientras ella se dirigía al comedor dónde se encontró con su padre quien desayunaba. - Otro dolor de cabeza. - susurró caminando de largo sin ver al mayor.
- T/N, buenos días. - sonrió el rey para ser ignorado por su hija. - ¿No vas a comer? - pregunto pero aun asi, fue ignorado.
- Señorita. - saludo la señora Pony quien entraba al comedor, viendo que la joven se acercaba a ella continuo. - Buenos días. - sonrió dulcemente.
- Muy buenos días, señora Pony. - saludo abrazando a la anciana y dandole un beso en la frente.
- ¿No va a comer, señorita? - pregunto la anciana ofreciéndole unos panesillos que ella llevaba en una bandeja, la joven con gusto tomo dos mordiendo uno. - Si busca al joven Neil, él y el joven Tom están en los establos. - informo.
- Muchas gracias, señora Pony. Ay por Dios ¡estos panesillos están divinos! - exclamó alegre, la anciana sonriendo. - Me voy. - le dió otro beso a la viejita para salir corriendo del castillo en dirección a los establos.
- Su majestad. - llamo la mayor al ver la cara de tristeza de su rey.
- En verdad, le hice un gran mal. - sonrió triste aún viendo a la dirección por dónde su hija se fue.
~
Como dijo la anciana, allí estaban Tom y Neil quienes discutían por alguna razón--como siempre.
- ¡Idiota!
- ¡Imbécil!
- ¡Gato sin botas!
- ¡Mujeriego pero gay!
- ¡Tú madre nunca te quiso!
- ¡Y tú eres adoptado!
- ¡¿Pero que verga esta pasando en esta mierda!? - exclamó la joven encontrándose con ambos castaños, llenos de paja y jalandose del pelo. - Arriba. - ordenó, ambos levantándose u sacudiéndose. - Parecen un par de niños chiquitos. - se quejó, caminando hacia ambos.
- Es culpa de este imbécil. - gruñó Tom ganándose una patada proveniente de Neil.
La joven sabiendo que Tom iba atacar, los miro a ambos quienes dejaron las payasadas. Suspirando, si dirigió al último establo donde estaba un corcel negro bufeando y pateando. - Veo que alguien está aburrido. - la joven hablo ganándose un fuerte relinche del caballo, sonriendo la joven abrió la puerta dejando que el caballo saliera.
- Le dimos de comer pero no comió. - informó Tom, rascándose la nuca.
- Él no comer las mañanas. - informó la joven acariciando al caballo quien estaba más tranquilo. - Su desayuno es correr toda la sábana. - volvió a decir, agarrando la silla y frenos del caballo.
- ¿No sé enferma? - pregunto Neil, alzando una ceja.
La joven colocó la silla en el lomo del caballo. - ¿Tú lo vez enfermo? - cuestionó viendo a los castaños y luego al caballo, al no obtener respuesta, continuo alistando al corcel para salir. - Nos vemos, más tarde. - informó montandose en el caballo.
- ¿A dónde iras? - cuestionó rápidamente Tom.
- A las montañas. - respondió viendo como su caballo empezaba a bufear impacientemente. - ¿Algo más?
- Ten cuidado. - ambos castaños le rogaron, haciendo que ella sonriera para luego darle una palmada al caballo indicandole que podía avanzar.
~
La castaña daba vueltas y vueltas en su cuarto, estaba estresada, alterada, enojada y asustada. Su cabeza, estaba hecha un desastre y mientras ella recorría sus apocentos de arriba para abajo, Maritza su mucama, la observaba con asombro.
- Todo iba bien, todo estaba como lo planeado. - empezó la castaña. - Pero tuvo que ir esa monja metiche arruinarlo todo. - se quejó, Maritza aún viendola.
- Su majestad. - llamo la peli-negro, la castaña la vio. - Tiene que crear un plan. - informó, Elisa iba hablar pero ella continuo. - Haga que pierda la fé de sus hermanas. - sugirió.
La castaña la vio, pensando. - Si el rey la destierra, a ella no le importa. - Maritza asintió. - Pero si sus hermanas le dan la espalda... - se acercó a la peli-negro con una sonrisa. - Ya no tendra razón porque quedarse. - su sonrisa amplió mas, poniendo los clavos en su sitio todo parecía mantequilla pero la castaña sabía que así no era. - Necesitamos información.
- Yo puedo espiarlas, su majestad. - se ofreció la peli-negro.
- Recuerda que es arriesgado. - tomo a la joven por los hombros.
- Tranquila, su majestad. - coloco una mano sobre el hombro de su ama. - Por usted, doy mi vida. - sonrió.
- Con cuidado, ¿okey? - la peli-negro asintió, haciendo que la castaña sonriera más calmada. - Ahora, ayúdame a arreglarme. - solto a la joven, caminando hacia su armario lleno de hermosos vestidos. - ¡El rey me invitó a cenar en su terraza!
| Adiós~
Fijense, aun no me he muerto
:) |
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La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)
FanfictionBasado en el anime "Candy Candy" y la novela/serie llamada "El Sultan". Está historia la escribí en cuadernos y lapicero, los errores autógraficos me los corrigió mi hna quien fue la primera en leer esta historia, si ustedes logran identificar algún...