Cap 67; "Mi amor por ti."

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- Seré clara. - volvió hablar cuando los mayores se quedaron en silencio. - Tienen una semana para devolver la mercancía que robaron y se me largan. - ordeno. - O.. - continuó, sus hombres armados aparecieron de la nada, apuntando a los extranjeros sin dejarle lugar por donde huir. - Podemos solucionarlo, de otra forma. - concluyo, sonriendo inocentemente.

Los gemelos se vieron, sabiendo que aquella amenaza no iba en vano. - Nosotros.. - volvieron a ver al trio. - No tenemos la mercancía. - informaron.

- Entonces, ¿no tendrán problema pagando en la carcel? - pregunto el pelo-rojo que tenía la princesa a su izquierda.

Los Monarquiz querían decir algo pero la mirada de ma'am no les dejaba, era como si sus ojos (c/o) les decía que no tenían más opción así que lo único que hicieron, fue ponerse pálidos.

La promovió el estado de los gemelos, decidiendo que ya era suficiente. - Una semana. - les recordó, acariciando la aquellos lindos perros para luego salir de ese lugar.

- ¿Crees que logren entregar todo eso, en una semana? - cuestionó Miler un tanto dudoso.

- Miler, no están tratando con una monja. - Eric le recordó. - Aunque si no lo hacen, habrá que llamar a los chicos. Incluyendo a Neil, Tom, Albert y Terry. - bufeo, el pelo-rojo tremendo ante aquello.

- ¿Y porque van a involucrar a los demás? - pregunto confundida.

- Por nada. - ambos gruñeron, Satanas bufeando en acuerdo.

La menor sabía que sus amigos le ocultaban algo pero no quería molestarnos más, así que se montó en su caballo. - ¿Tenemos algo más que atender? - pregunto, su corcel relincho impaciente para ir a correr.

- Ya anda a vete. - buceo el ingeniero, cruzando sus brazos sobre su pecho. - Yo iré a un sitio para tomarme un té. - informo.

La princesa asintió, viendo ahora a su tercer en comando. - Tengo que comprar algunas cosas, después voy al castillo. - dijo el peli-azul.

- No me dejes a Ricky y Ebrahim solos por mucho tiempo. - le recordó, fruñendo el ceño en el procesó. Eric asintió con una sonrisa, dándole la señal a Satanas para que corriera dejando a los mayores con una nube de polvo.

~

En poco tiempo, llegaron a territorio conocido haciendo que la rebelde sonriera mientras dejaba que su corcel la llevará a la cueva, en la cual el caballo se adentró. El sonido del agua calmada hacia que la princesa se relajara, notando la espalda conocida de cierto pelo-negro que admiraba los peces.

Una idea traviesa se le metió en la cabeza a la pequeña quien desmontó su corcel para acercarse al mayor, con cuidado de no hacer que su presencia fuera notada. - ¡Bah! - exclamó cuando le tomó de sus hombros, haciéndole creer de que lo empujaria cuando en realidad lo sostuvo.

- Me vas a matar de un susto. - río levemente al ver el rostro sonriente de la princesa, dejando que está le abrazara por detras.

- Si eso llegase a pasar... - depósito su cabeza en el hombro del mayor, hablando en un susurro. - Te seguiré. - le dijo, sorprendiendo a Terry con sus palabras tan repentinas.

Él no sabía si se estaba haciendo ideas, pero aquellas palabras significan algo. - ¿Qué tratas de decirme, T/N? - y él las quiere escuchar directamente, no iba una indirecta.

Aunque para su desgracia, la princesa sólo le sonrió divertido para luego tomarle de la mano y guiarlo e rumbo al castillo. Tras todo el trayecto, el peli-negro trataba de sacarle una explicación a la princesa pero esta le respondía con el silencio hasta llegar al castillo. Caminaron por los pasillos en rumbo al cuarto de la pequeña quien tuvo que empujar a Terry dentro, ya que este se negaba.

- ¡¿Estás loca o qué!? - exclamó en pánico, lo que provocó que la menor fruñera el ceño-no quería que la gente pensará mal. La menor apuntó hacia la ventana dónde estaba un cuadro tapado por una sabana, el mayor alzo una ceja mientras que a princesa le asentía para que se acercara, él obedeciendo. Al estar cercr, Terry volvió a ver a la princesa quien se cruzó de brazos impaciente provocando que él suspirara, congelandose de inmediato al ver lo que estaba pintado en el cuadro. - Tú... - la menor sonrió su ver la reacción de su futuro novio, ya que era él quién estaba pintado en ese cuadro. El joven paso sus dedos suavemente sobre la pintura, en ese cuadro; estaba él sentado sobre la colina mientras veía las estrellas en el cielo. - ¿Aún te acuerdas? - pregunto, ya que él no sabía que decir.

La menor río levemente. - ¿Cómo olvidar aquella noche? - pregunto con una sonrisa mientras el peli-negro la veia. - Esa noche, fue la noche en la que mis hermanas casi me dejaron sin aire al querer dormir conmigo. Esa noche, fue la noche en la que salí en busca del origen del olor a cigarro. - comenzó acercarse al mayor. - Esa noche... - se detuvo en frente de él, admirando la hermosa sonrisa que tenia en su rostro varonil. - Fue la noche, en la que conocí a mi primer y último amor. - concluyo, haciendo que el mayor sonriera mientras le rodeaba la cintura con sus brazos.

- ¿Y porque dices que seré el ultimo? - pregunto en un susurro, llenando la cara de su novia con tienes besos.

- Porque no pienso dejarte ir, Terrence. - confesó, provocando que el mayor detuviera sus acciones. - Y si algo llegase a ocurrir, que provocó nuestra ruptura.. - tomó su rostro entre sus manitas para verlo a los ojos. - Prefiero quedarme sola. - dijo, esto trayendole una dulce sonrisa a los labios de Terry mientras este acercaba su rostro para besarla.

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora