"𝕷𝖆 𝖊𝖆𝖕𝖔𝖘𝖆 𝖉𝖊𝖑 𝕯𝖚𝖖𝖚𝖊 𝖉𝖊 𝕲𝖗𝖆𝖓𝖉𝖈𝖍𝖊𝖘𝖙𝖊𝖗,
𝖑𝖆 𝖘𝖊𝖓𝖔𝖗𝖆 𝕭𝖊𝖆𝖙𝖗𝖎𝖝 𝕲𝖗𝖆𝖓𝖉𝖈𝖍𝖊𝖘𝖙𝖊𝖗,
𝖎𝖓𝖗𝖗𝖚𝖒𝖕𝖎𝖔 𝖆𝖑 𝖕𝖆𝖑𝖆𝖈𝖎𝖔 𝖆𝖏𝖊𝖗 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊 𝖉𝖊 𝕯𝖎𝖈𝖎𝖊𝖒𝖇𝖗𝖊 𝖆 𝖑𝖆𝖘 𝖔𝖈𝖍𝖔 𝖏 𝖙𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖒𝖆𝖓𝖆𝖓𝖆. 𝕿𝖆𝖒𝖇𝖎𝖊𝖓 𝖙𝖗𝖆𝖙𝖔 𝖉𝖊 𝖆𝖌𝖗𝖊𝖉𝖎𝖗 𝖋𝖎𝖘𝖎𝖈𝖆𝖒𝖊𝖓𝖙𝖊 𝖆 𝕿/𝕹, 𝖈𝖔𝖓𝖔𝖈𝖎𝖉𝖆 𝖈𝖔𝖒𝖔 𝖒𝖆'𝖆𝖒, 𝖈𝖚𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖑𝖆 𝖘𝖎𝖈𝖆𝖗𝖎𝖆 𝖑𝖊 𝖔𝖗𝖉𝖊𝖓𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖘𝖆𝖑𝖎𝖊𝖗𝖆 𝖉𝖊𝖑 𝖈𝖆𝖘𝖙𝖎𝖑𝖑𝖔."Eso, fue lo que hizo que Sara escupiera todo su café al terminar de leer el periódico y ver una foto donde se veía a Beatrix muy cerca de T/N.
Ella estaba desayunando en la mansión de la Grandchester y sinceramente su mañana había comenzado bien, hasta ahora que estaba apuntó de sacarle los pelos de la cabeza a la contraria. Beatrix solo tenía una sola tarea; buscar a su esposo pero esto, empero la situación.
- No sabía que esa mocosa era ma'am. - bufeo la Grandchester, tomando un panesillo.
- Oh claro, se nota. - la contraria dijo sarcástica, colocando el periódico de mala gana sobre la mesa mientras se aguantaba la cabeza, después de soltar un suspiro. - No sabes, en que problema nos has metido. - murmuró, volviendo a suspirar.
Lo que menos Sara quería, era involver a T/N en éstos momentos. Todavía no quería enfrentarla cara a cara pero tenía curiosidad de algo; ¿porque no mencionaron que era la hija del rey? ¿Acaso planea algo también?
La dueña de la casa se encogió de hombros despreocupada, haciendo que la 'Andley' se molestara —pues claro que ella estaría tranquila, aún no sabe lo que esa "mocosa" puede hacer. - Tu solo preocupate de que todo salga bien. - le dijo, mordiendo la mitad del panesillo.
Sara estaba por reclamarle, insultarle y decir quien carajos es esa enana que la hecho del palacio. - ¡Waaaah! - pero pasitos que bajaban corriendo por las escaleras, le interrumpió. Por las escaleras venia bajando un tierno y adorable niño de unos seis años con pelo castaño y piel de nieve, sus grandes ojos de color marrón tenían unas pequeñas lágrimas sobre salientes mientras se escondía entre la falda de su madre. - ¡Mamá! - chillo el pequeño, mirando algo aterrizado hacia las escaleras.
- ¿Qué sucede Riko? - la mayor cuestionó con un tono molestó.
- ¡Reik me quiere pegar! - se quejó, señalando las escaleras por las que bajo en dónde un jovencito de trece años de pelo negro y ojos azules estaba parado, con sus cejas juntadas y los brazos cruzados sobre su pecho.
- ¿Porque no le dices la razón? - cuestionó, mirando feo al menor que aún lloriqueaba entre la falda de su madre. - El angelito de Riko, quemó por "accidente" la colección de libros de Einstein que me tomo tiempo en tener. - explicó, haciendo que el pequeñín bajara la cabeza con algo de culpa.
Un gran bostezo se escuchó a las espaldas de Reik. - Déjense el alboroto. - golpeó levemente a su hermano en la cabeza, haciendo que este le viera feo mientras Richard bajaba las escaleras con visible flojera. - Madre. Señora Sara. - saludo como pudo, sentándose en su silla para comer el desayuno mientras sus hermanos menores también tomaban sus lugares.
- Buenos días, Richard. - contestó la invitada lo más natural que pudo, levantándose de inmediato de su asiento.
Al notar el comportamiento de la 'Andley', Richard alzo una ceja. - ¿No se quedará a desayunar?
- Estoy llena, querido. - sonrió. - Además, tengo algunos asuntos urgentes que atender. - miro de reojo a Beatrix. - Con su permiso, me retiro. - se despidió, saliendo de la residencia Grandchester.
- ¿...que fue eso? - pregunto el joven, mirando a su madre un tanto extrañado con lo que acababa de ver.
- Nada. - dijo descuidada. - La pregunta es, ¿porque has estado saliendo tanto últimamente? - cuestionó mientras alzaba una ceja.
- He estado haciendo negocios con los mercaderes del puerto. - informó, cortando sus panqueques con la ayuda de sus cubiertos. - Y por el momento, han ido bien.
La mayor asintió, complacida de que su hijo estaba creciendo en el tema de los negocios, así que dejo el tema.
Lo de los negocios, era completamente cierto pero ni loco le diría a su madre de que se la pasaba por el pueblo con las esperanzas de ver a cierta asesina, y aunque duda que su madre se oponga a cualquier relación que él tenga con la (c/pelo), había algo que le decía al joven que debe de mantener la boca cerrada.
Ese algo aún es desconocido para él pero su estómago le estaba dando un mal aviso, en especial cuando ve que su madre y la señora Sara dejan de hablar cuando alguien entra en la habitación. Es algo extraño y sospechoso y lo que menos quiere, es meterse en más problemas ya que aún no se ha disculpado correctamente por el alboroto que causó su madre.
La cuarta princesa amaneció, estresada, para no alargarlo más. La razón; tenía que ir nuevamente a la oficina de noticias por la tarde, para darle unos ajustes a todo el despelote que van hacer en un par de días. Tienen ahora planeado, en vez de enviar la noticia vía periódico van hablarlo públicamente en la plaza en donde también presentarán a la rebelde, como la cuarta hija del rey.
Y estar frente a un millón de gente, no es lo suyo por lo que se estresaba aún más y sus hermanas conociendola, prefirieron no entrometerse y llevarse a los gemelos —aunque estos se quejarán.
Pero otros, al desconocer el estrés de la menor, tenían pensado hartarle la paciencia temprano en la mañana.
- Okey. - susurro Anthony desde una esquina en donde se escondía con sus amigos, al igual que podían ver al objetivo conversar con una sirvienta por ese mismo pasillo. - Esto es lo que haremos... - comenzó recordarles el plan que habían creado esa madrugada, sin percatarse percatarse que Terry no estaba prestando atención.
El plan era; que los tres mosqueteros irían hablarle a su cuñada, distraerla para que ellos pudieran llevarla al patio donde estaría Terry esperando y ellos desaparecerán para que ambos hablarán. Problema resuelto.
Claro, el plan era SIMPLE y posible de entender a la PERFECCIÓN pero eso,se fue a la mierda cuando el Grandchester vio a su novia.
¿Saben lo que es estar "molesto" con tu pareja pero tienes las inmensas ganas de verlo y cuando lo haces tienes las putas ganas de ir a comerte viva a tu pareja? ¿No? ¿Si? Pues el joven Grandchester de ojos azules, se siente así.
Sus ojos zafiros escanearon a la enana de arriba abajo, con cuidese no perderse de ningún detalle. La princesa vestía unos jeans grises, una camisa de botones blanca con diseños de alas en negro, acompañados de botas militares negras y su pelo en una coleta de caballo algo alborotoda. Impecablemente hermosa se veía la menor en estos momentos por lo cuál, los pies del joven comenzaron a moverse solos en la dirección de la rebelde.
- ¿Are? - pregunto Archie, viendo como el otro caminaba hacia el objetivo.
Stear entró en un momento de crisis al ver como Terry comenzaba a caminar, literalmente embobado, así que trató de agarrarle la camisa al Grandchester. - Maldición. - pero no logró alcanzarle. - ¡Terry! ¡Ven acá! - grito bajito para que el otro pudiera escucharlo pero este,sólo continuó caminando. - ¡Auuuuuugh! - el cuatro ojos se golpio la cabeza contra la pared de piedra, provocando que los otros dos de sobresaltaron en tremendo pánico.
Poco a poco Terry se acercó hacia la princesa, sus amigos se estaban comiendo las uñas.
- ...a los gemelos, quiero que les prepares algo porque me los quiero llevar, ¿okey? - pregunto, encontrándose con la cara pálida de la sirvienta. - ¿Estás bien? ¿Necesitas descansar o algo? - pregunto preocupada, viendo como la sirvienta negaba con la cabeza y apuntaba con urgencia a las espaldas de la princesa.
Confundida, la menor se dio la vuelta para ver al causante del trauma que la sirvienta tiene, únicamente para ver a su novio demasiado cerca de ella.
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La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)
ФанфикBasado en el anime "Candy Candy" y la novela/serie llamada "El Sultan". Está historia la escribí en cuadernos y lapicero, los errores autógraficos me los corrigió mi hna quien fue la primera en leer esta historia, si ustedes logran identificar algún...