La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)

Cap 68; Paz

- ¿Una siesta? - invitó el peli-negro cuando separo sus labios, acariciandole suavemente sus mejillas mientras ella se derretia bajo su toque.

- Mm. - fue su respuesta, por lo que su novio la tomó entre sus b brazos y la acostó sobre su cama para así él derrumbarse suavemente sobre ella y relajarse con un suspiro. Esta acción hizo que la princesa riera levemente mientras abrazaba la cabeza del mayor a su pecho, escuchado rápidamente leves ronquidos provenir de él. - Descansa. - susurro después de darle un dulce beso en la frente para así ella sacar un libro bajo su almohada y comenzar a leerlo.

Sinceramente ella no dormía durante el dia, sólo lo dijo porque sabe que su novio debe de estar cansado, así que le dio el privilegio. Mientras leeia, sus dedos se empezaron a perder entre la cabellera negra del mayor, haciendo suaves movimientos mientras lograba oler la fragancia a menta salir de su pelo. Esto se sentía como cuando Leo o alguno de sus felinos estaba encima de ella, siente aquella paz mientras los acaricia -y ahora, pasa lo mismo con su novio. Viene aquella ola de paz mientras lo acaricia y lo escucha dormir tranquilo con una pequeña sonrisa en sus labios, para ella esta es la definición de algo perfecto.

Ambos jóvenes no tiene una historia tan bonita, pero para ellos el presente es el que calo ahora.

A la primera no le interesa el tema de Eliza, Maritza y Susana ya que los problemas que esas locas causaron, están resueltos. A Terry ya no le importa tanto la traición de su padre, ya que eso lo solucionará cuando venga el momento. Ambos ahora, se concentran en el presente con quien están muy agradecidos ya que por fin obtienen la paz que se merecen al lado de la persona que ellos aman.

La menor fruño el ceño al sentir la presencia de alguien, por lo cual dirigió su mirada a la puerta donde vio una sombra en el piso, cerró su libro con cuidado mientras se quitaba al mayor de encima con cuidado de no despertarlo. Al asegurarse de que el mayor estaba cómodo y aún durmiendo, se empezó a dirigir hacia la puerta mientras sacaba un cuchillo de su bota, miró al suelo ahora notando que habían dos sombras. Con cuidado, tomó la manilla de la puerta para abrirla y apuntar su arma a quien estuviera allí afuera.

- ¡Ah! - escucho un chillido debil, reconociendo la voz de la señora Pony quien se escondió detrás del rey.

La rebelde soltó un suspiro de alivió mientras bajaba su arma, tiro un vistazo a su cama para ver que su novio aún dormía, volviendo a ver la cara de su padre mientras fruñia el ceño. - ¿Qué rayos haces aquí? - pregunto en un susurro.

- Quería ver como estas. - mintió, dándole una sonrisa a su hija mientras trataba de ver dentro su habitación.

- Ya me viste... - colocó su mano en el marco de la puerta, tapando la vista dentro de su cuarto. - ¿Ahora que quieres? - volvió a preguntar.

- Enserio, sólo vine a verte. - el mayor repito, viendo a su hija para que no se molestara. - Y también, para informarte de que Patricia ya eligió su vestido. - añadió.

- Mm. - se relajo un poco. - Cuando tenga tiempo iré a ver a Annie para que me d los detalles. - informó. - ¿Algo más? - el rey bufeo, cargándose mientras dejaba a la señora Pony con a rebelde hija. - Buenas tardes, señora Pony. - saludo con una sonrisa.

La mayor devolvió el gesto. - Estamos por preparar la cena. - informó. - ¿Desea algo en específico? - pregunto.

La menor bajo el brazo, dejando que la anciana viera al peli-negro dormir sobre la cama de la princesa mientras que esta, se escogía de hombros ante su respuesta. - Cualquier cosa esta bien. - dijo sin mucha importancia. - Sé que lo que usted preparé, será sumamente delicioso. - se lambio los labios con una sonrisa.

- Gracias. - sonrió dulcemente, preparándose para irse. - Creo que debería de invitarlo a cenar. - susurro, picandole un ojo.

La princesa a que se refería y honestamente no tenía ningún problema con que la señora Pony supiera lo de ella y Terry, pero si le molestara que sus hermanas lo vean en la cena. - Estarán fastidiandome sin sesar. - gruño.