Cap 73; "Mi debilidad eres tú."

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- Eso salió bien. - comentó Annie sentándose, el resto haciendo lo mismo. - Quiere decir que él te acepta, Terry. - le sonrió al nombrado.

- Pensé que nunca lo haría. - dijo sonriendole a su novia, está tenía los brazos cruzados y su cara en blanco por lo cual, volvió a colocar su mano donde correspondía para ganarse un pequeño saltito de la princesa.

- ¿Cómo no? - empezó Stear. - Estaba casi que se moría de la risa. - recordó.

Anthony asintió, viendo a su querida cuñada. - Me imagino que esa fue una de las razones por la que te enamoraste de él, ¿no T/N? - pregunto con una dulce sonrisa, haciendo que todos se giraran a la nombrada quien negaba con su cabeza en respuesta.

- ¿Y entonces? - cuestionó Neil, arqueando una de sus cejas. - Pero te apuesto que es mejor que el gato sin botas. - añadió, ganándose una patada del nombrado.

- ¿Porque debería decirles? - pregunto sin interés.

- Porque tenemos curiosidad ~ - chillo la mayor de las hermanas mientras hacia un punchero.

La menor remiro sus ojos, sabía que esto pasaría en cualquier momento y más con la insistencia de la rubia pero ahora que lo piensa; ¿qué rayos le atrajo de Terry? ¿Su pelo? ¿Sus ojos? ¿Su voz? ¿Su cuerpo? ¿Su forma de ser? ¿Su sonrisa? Definitivamente, no sabe que coños hizo que se enamorara de él y ahorita mismo no tiene coco para eso, sólo quiere quitar la mano de su novio y otro día pensará a detalle que fue lo que la enamoró de Terry, ahora no.

Se encogió de hombros. - Creó que él. - respondió, los presentes la vieron confundidos al igual que el movimiento de !mano en su muslo se detuvo, dejando que ella logrará respirar nuevamente para explicar a detalle su respuesta. - Lo que quiero decir, es que me enamoré por quien es él. - aclaró, ganándose una sonrisa de todos los presentes. - Me voy. - dijo antes de que alguno de ellos empezará a preguntarle estupideces, así que quito con brusquesa la mano de su novio y se levantó. - Nos vemos mañana. - se despidió sin decir más nada, saliendo del comedor a toda prisa.

Los pasillos estaban totalmente vacíos y silenciosos ya que todos estaban dormidos, sólo algunos sirvientes estaban merodeando por ahí ya que tenía que terminar de hacer sea lo que sea que estaban haciendo. Gracias al silencio, pudo escuchar un par de zapatos seguirla y no había que ser adivinó para saber quién era por lo cuál siguió caminando, mientras el mayor ahora caminaba a su lado.

- Me dejaste allá sólo. - dijo en un susurro, mirando a la rebelde.

- Estabas acompañado por los chicos, así que no veo porque te quejas. - respondió sin dirigirle la mirada.

El peli-negro sonrió un poco ante la actitud de la menor. - ¿Estás molesta? - pregunto lo obvio.

- ¿Porqué la pregunta? - la menor le miro extrañada, una sonrisa posandose en sus labios.

El mayor al ver aquella sonrisa, también sonrió mientras negaba con su cabeza. - Sólo preguntaba. - respondió, colocando su brazo alrededor de los hombros de su novia. - Me veías a cada rato, por eso asumí que tenías algo. - comentó mientras se hacía el loco, sabía muy bien la razón de aquellas miradas—ya que él las provocaba—las cuáles, tenían un brillo algo desconocido.

- No empieces. - T/N negó con su cabeza, una sonrisa adornada sus labios mientras dejaba que el mayor riera a carcajadas.

- No sabía que la gran ma'am, pudiera ser tan débil ante un simple toque. - se burló aún riendo.

Normalmente, la menor hubiera soltado un puñetazo a quien se atreviera a decirle tal cosa o hasta dejarlo peor, pero como este alguien es su querido y guapo novio puede dejarlo pasar...además, no quería arruinar aquella linda y calida atmósfera que los rodeaba a ambos en ese momento.

- Al parecer, si me estoy volviendo débil.

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora