Cap 142; Buenos Momentos de Paz Infinita

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Nuevamente en el hospital, ambas hermanas estaban abrazadas mientras estaban sobre la cama de la menor. Patricia le informaba a su hermanita acerca de lo que ha pasado estos últimos días- lo cual no es mucho-, haciendo que a la pequeña le dieran ganas de levantarse de esa cama e ir a atender las necesidades del reino pero, la de pelo corto se lo impidió.

T/N suspiro. - ¿Y el cuerpo? - pregunto, apretando la mandibula al ver como su hermana mayor se entristecia ante la mención del cadaver de su padre y el de Albert.

- Ambos aun están en la morgue. - informo, su hermana solo asintió. - ¿Crees que debamos enterrar a padre sin Annie? - cuestiono, sentándose en el borde de la cama mientras su hermana la veia.

- Creo que si. - respondio, colocando sus manos detras de su cabeza. - Le va a doler, pero no podemos mantener su cuerpo mucho tiempo congelado. - suspiro. - Mas, no quiero que se estrese tanto por el embarazo.

Patricia sabia a lo que su hermana se referia pero no podia evitar sentirse mal al hacerle eso a Annie, por lo que no opino mas acerca del asunto.

- ¡¡¡T/NNNNNNNN!!!

Un lloriqueo se escucho mientras las puertas de la habitación se abrían de golpes, dejando entrar a cierta rubia que se avalanzo sobre la menor sin darle chance a que reaccionara, y provocando que algunos tubos se le salieran de las venas a la menor gracias a que ambas hermanas cayeron al suelo con fuerza.

- ¡Candy! - Patricia se llevo las manos a la boca.

- ¿¡Que paso!? - entro de golpe Tom quien también era seguido por el grupo que estaba muy alterado.

- ¿¡Y mi cuña'!? - preguntaron preocupados los hermanos Conwell.

- ¡Candieh! - escucharon a la futura reina gruñir desde el suelo. - ¡No respiro!

Un grito ahogado le salio de los labios a la rubia, quien de inmediato se levanto y ayudo a su hermana. - ¡Lo siento! - se disculpo, mientras su hermana se aguantaba el estomago de dolor.

- Creo que me abriste los malditos puntos. - se quejo, mirando feo a su hermana mayor.

- No me maten a mi novia ¿quieren? - pidió Terry, quien tenia el ceño fruñido al ver que su enana estaba en dolor.

- Bueno ya ya ya. - intervino la señora Pony, acercándose hacia la menor para ayudarla a sentarse nuevamente en la cama. - No te alteres, es malo para la herida. - le aconsejo a la (c/piel).

La princesa iba a protestar, pero volvio a gruñir cuando sus gemelos saltaron en su estomago. - ¡'Ama! - la abrazaron fuerte.

Aguantando su dolor, T/N solo les beso la frente. - Esa mierda dolio. - se quejo, sus ojos ensanchándose cuando vio a Leo correr hacia ella. - ¡No! ¡Espera! ¡LEO!

- ¡Epa! - Neil lo detuvo antes de que saltara encima de la menor, ahora cargándolo como un cachorro mientras lo acercaba a su dueña para que la saludara. - Hello. - saludo el castaño en Ingles, mientras le plantaba un dulce beso en la frente.

- Nunca llegue a pensar, que la princesa Candy quisiera matar a su hermana después de haberlas salvado. - bromeo Elias, su gemelo asintiendo.

- ¡TRAIDORES!

- Oh, por cierto. - Stear miro a su hermano, sus cejas juntándose en el proceso. - ¿Que haces aqui? - cuestiono.

El peli-lila sonrio nervioso. - Viene a ver a mi cuñada.

El tres ojos se relajo, sonriéndole levemente. - Anda a ver a tu mujer. - le plameo la espalda, haciendo que el menor sonriera de oreja a oreja.

~

Archiebald Conwell, no sabia como rayos sentirse en ese instante.

Su novia ha estado en un coma por tres días, tampoco la ha visto desde hace dos días y veintidós horas. Llamenlo dramático- cosa que siempre ha sido- pero él solo es un prometido preocupado por su futura esposa, y un padre preocupado por su pequeña que esta en camino.

Finalmente llego aquella puerta, se quedo afuera por unos segundos para calmar sus nervios. Tomo la manilla y abrió, dejando ver a Annie en estado vegetal, haciendo que sonriera con algo de tristeza. Habia tenido esperanzas de encontrarla despierta y con su hermosa sonrisa dibujada en sus labios pero no importa, esta aliviado que la maquina a su lado le indique que aun sigue viva.

Cerro la puerta a sus espaldas para acercarse a la cama, donde a su lado habia una silla en la cual él se sento.

- ..Te ves hermosa, mi reina. - fue lo primero que dijo, mientras admiraba lo bella que se veia en ese estado. No quiere imaginarse como se vera su hijita cuando nazca. - ¿..Sabes mi amor? - tomo la mano calida de la joven. - Aquella noche, en la que estábamos indecisos por el nombre de la nena, tuve un maravilloso sueño. - sonrio levemente, las imagines de aquel sueño aun vivas en su memoria. - Habiamos ido a pasear al bosque con nuestra bella niña, quien se la pasaba moneando de mata en mata. Nos hizo coronas de flores e incluso quería llevarse un colibri a casa. - trago el nudo que le comenzaba a formar en la garganta. - Su piel era de color canela, su pelo era negro con toques de morado oscuro mientras que sus ojos eran como el océano y su personalidad.. - no logro aguantar las lagrimas mientras le daba un leve apreton a la mano de su prometida. - Era radiante como el sol, al igual que su sonrisa brillaba como este. - tomo aire, tratando de detener sus lagrimas. - Se llamaba.. - sollozo, acariciándole la mejilla a su prometida. - Amanda. Princesa Amanda Conwell White.

~

En la noche, después de haber visitado a ambas princesas el grupo tuvo que partir de nuevo al castillo sin la cuarta princesa- ya que a esta aun no le pueden dar de alta- quien les deo a cargo, la tarea de organizar los funerales de su padre y Albert. Tambien, querían organizar los preparativos para la coronación de la menor- claro, sin que ella se enterase.

El punto es, que en el departamento de Terry- el cual comparte con su madre-, están la peli-negra y Richard acostados sobre la cama de la menor. ¿Como ocurrió esto? Fue porque, al viejo, lo primero que se le ocurrió después de entrar por la ventana; fue besar a su esposa a la fuerza para luego tumbarla a la cama- y no es como Elionor se quejara.

Elionor jugaba con el suave pelo de su esposo, quien reposaba su cabeza entre sus senos. - ¿Crees que Teirus venga de repente? - decidio preguntar, alzando un poco su cabeza para mirar a la menor quien sono su lengua ante tal pregunta.

- Después que entras por mi ventana como malandro, tumbarme a la cama con todo y protestas, hacerme el amor como si fuese cajon que no cierra ¿es que se te ocurre preguntar, si Teirus vendrá de repente? - pregunto con sarcasmo, negando con la cabeza de lo pendejo que es su esposo.

El mayor rio levemente. - Solo pregunto, Elena. - se defendio, la nombrada solo remiraba los ojos. - Ademas, no te quejes que te gusto. - le sonrio picaro.

La señora Elionor se sonrojo mientras su esposo la pegaba a su pecho, dejando que ella escondiera su rostro ardiente. - Duerme con los gemelos en el cuarto de T/N. - informó en un susurro.

- Mm~ me hubieras dicho antes. - comenzó acariciarle el cabello. - Así hubiera venido antes. - susurro picaron, ganándose un golpe en el pecho de la menor mientras él reía. - Me imaginó cuando a la enana le den de alta. - sonrió, comenzó a imaginarse la reacción de su hijo.

-Brincara en una pata. - afirmó Elionor con una gran sonrisa. - Pero aún no le ha pedido matrimonio ~ - se quejó con un punchero.

| Me encanta escribir acerca del matrimonio entre Elionor y Richard, ya que nunca tuvimos la oportunidad de verlos juntos compartiendo recuerdos felices y cosas así
En fin
Espero les haya gustado el capítulo y wow
1,13K vistas muchas gracias a todos🤗 |

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora