Cap 43; Un Almuerzo con Postres Urbanos

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- Mm~ - gimió la castaña en el beso mientras ella y el rey, estaban en los apocentos privados del mayor.

La castaña estaba encima del mayor, sus largos y delgados dedos perdiéndose en la cabellera de este mientras que sus grandes manos la sostenían por la cintura, su pulgar haciendo leves caricias dw vez en cuando lo que provocaba que su prometida riera levemente ante el toque en su piel desnuda.

Definitivamente, estaba ciegamente de Eliza.

- Te amo. - susurró al romper el beso, la menor sonriendo ante sus palabras. - Y también lo amo a él, por supuesto. - añadió, colocando una mano sobre el vientre de la castaña.

- Seremos una familia. - unió sus frentes. - Todos juntos. - continuo, dándole una sonrisa forzada. - ¿Cómo está T/N? - pregunto, trazando el pecho desnudo del rey.

- Se recupera rápido. - sonrió. - La carajita es demasiado fuerte. - rio levemente, haciendo molestar un poco a la menor.

- Me siento mal por haberle gritado aquella noche. - se acurrucó en su pecho. - Yo solo estaba devastada por la partida de Maritza.

El mayor comenzó hacerle círculos leves en su espalda. - Lo sé, pero no debés preocuparte. - la miro. - T/N, nos acompañará en el almuerzo.

Una bombilla se ilumino en la cabeza de Eliza. - ¿Crees que me perdone, si le preparo un postre?

- De eso, estoy seguro. - rio un poco. - Ella jamás negaría un plato de comida. - le beso la frente.

Estaba feliz ya que por fin, su prometida y sus hijas harán las pases para así ellos vivir como la familia que son, junto al pequeño que está de camino obviamente.

A Lucifer se le fue informado con un guardia real de que el rey quiere ver a la rebelde en el almuerzo, esto le emocionó a la menor ya que por fin saldría de su habitación pero sus hombres no querían dejarla salir ya que no estaban seguros de que su espalda estuviera totalmente bien, aún así, él junto a Oliver llevaban a la princesa al comedor esto molestandola un poco.

Sabía que sus hombres estaban preocupados por su salud pero en su opinión, no hay porque preocuparse ya que su espalda se endereza muy bien y puede caminar sin problema, aveces tiene dolores en su espalda baja pero los chicos solo lo exageran demasiado.

- Vamos ma'am, no se queje tanto. - rio levemente el albino, su compañero uniéndosele.

- Doc dijo que tu espalda aún no se ha mejorado, así que hazle caso. - el peli-verde añadió.

La princesa bufeo molesta. - El colmo. - sonó su lengua aún su molestia se fue al oler el aroma de curry, que provenia de la cocina por lo que le indico a sus hombres para que fueran para haya.

La cocina estaba algo ajetreada y llena de aromas ricos pero eso no le impidió a la señora Pony, ver a la pequeña juntó a sus guardaespaldas en la puerta. - Pero miren quien está aquí. - río levemente mientras se les acercaba. - Hace tiempo que no vienes por estos lados. - sonrió de lado.

- Hechale la culpa a éstos demonios que tengo. - asintió en dirección de los mayores quienes negaron. - ¿Curry con que? - le pregunto, lambiendose los labios del hambre.

- No te puedo decir. - respondio, provocando que la menor hiciera un pequeño punchero.

- Creo que ya tengo una idea de que es. - sonrió pícaramente Oliver, la anciana asintiendo orgullosa.

La princesa los miro a ambos confundida. - ¿Qué es? - urgió, siempre le gustan los platillos que la señora Pony prepara así que está en su derecho para saber cuál es el menú del día.

- Anaconda al curry, ma'am. - contestó el albino, sonriendo al ver cómo los ojos de su jefa se llenaban de estrellas.

- ¡Vamos a la mesa! - salto en los brazos de Lucifer, pará que este la cargara con facilidad. - ¡Nos vemos señora Pony! - se despidió felizmente, haciendo que los mayores rieran un poco.

~

- ¿Así que la enana nos acompañará hoy? - pregunto Albert al sentarse en su silla en el comedor, una sonrisa picara estaba dibujada en sus labios.

- Se lo mereces. - asintió Candy. - La pobre siempre se quejaba de que no la dejan salir. - sonrió al recordar las quejas de su hermana.

- Eso debe de ser porque le recuerdan a su cautiverio. - comento la señora Sara con una sonrisa.

Las puertas del comedor se abrieron, dejando entrar a Lucifer con la rebelde en sus brazos mientras Oliver sonreía al oir su jefa cantar. - Anaconda~ Anaconda~ Anaconda~ - decía mientras se cercaban a la mesa.

- Veo que alguien está muy feliz. - sonrió Patricia, viendo como los jóvenes sentaban a su hermana para luego irse.

- Aún no entiendo que le ven a esos animales. - comento Elroy mientras negaba con su cabeza.

- Porque son reptiles muy bellos. - sonrió sádica la cuarta princesa, haciendo reír a su padre.

- Y~ sabrosos. - añadió Neil con una sonrisa igual a la de su amiga quién asintió con gusto.

La familia real comenzó a platicar como normalmente lo hacían, mientras los sirvientes servían los platos. La cuarta princesa estaba facinada con el banquete que se les fue preparado, literalmente ella y Neil tenían agua en la boca, aunque un recipiente le llamo la atención.

- Son postres urbanos, señorita. - le informo la sirvienta, confundidola aún más ya que solo a ella se le sirvió este postre.

La rebelde le hizo una seña para que se acercará a su nivel. - ¿Sabés quién los envía? - le pregunto al oido y en respuesta la mayor negó con su cabeza, así que la dejo ir.

- ¿Está todo bien? - el rey pregunto, tomando la mano de su prometida.

- Todo en orden. - la menor respondio, golpeándole la mano a su amigo que quería robarle uno de sus postres. - Deja. - le ordenó.

- Oh vamos, es injusto que solo tú tengas esas delicias. - el castaño hizo un punchero.

- Los postres urbanos tienen muchas vitaminas, que le ayudarán a T/N con su recuperación Neil. - se metió Eliza, llamando la atención de las princesas mientras la castaña le sonreía cálidamente a la menor.

Esa sonrisa no les gustaba, así que T/N tuvo en mente que esos postres tenían algo raro por lo que no se los comería. - ¡OI! - claro, si es que su querido amigo no se los come primero.

- ¡Neil! - exclamó la mayor de los mellizos, estaba asustada-muy asustada.

- Oh vamos, solo tome uno. - se chupo los dedos vigorosamente, para luego comenzar a torcer sin control.

T/N veía a su amigo raro, había algo que le molestaba y esa mirada alterada que tenía su madrastra no ayudaba. - ¿Neil?

| Hay que estar claros, Neil es un angel manipulado por la buena para nada de su hermana así que en este fic,
decidí hacerlo un amor más porque él también me gusta |

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora