- Oooooh, Teirus~ - la señora Elionor llamo entrando a la habitación de su hijo quien leía un libro para luego ir a dormir, pero al parecer su madre no le dejaría descansar aún. - Tengo algo que contarte~ - sonrió traviesa.
El menor rio levemente ante el comportamiento de su madre mientras cerraba el libro para centrar su atención en ella. - ¿Que me cuentas? - pregunto con una sonrisa.
- ¡Stear y Patty se han comprometido! - exclamó feliz para luego taparse la boca, se le había olvidado que tenía vecinos que dormían temprano.
- ¡¿El cuarto ojos se va a casar primero que yo?! - se levantó de golpe, totalmente asombrado ante está noticia.
- ¡No grites! - su madre lo regaño.
- ¡¿Y porque ti estás gritando!? - contra atacó el menor.
- ¡Porque tú estás gritando! - afirmó, soltando un suspiro para calmarse. - Como dije, el cua—digo Stear, le ha pedido la mano de Patty en matrimonio. - sonrió, viendo como su hijo tenía la boca abierta como pendejo. - ¿Cuando le vas a pedir matrimonio a T/N? - pregunto, alzando una ceja.
El peli-negro se sonrojó ante esa pregunta. - Mamá, cálmate. - le dijo, desviando la mirada. - Ella aún no está lista para eso. - le recordó, su madre asintiendo.
- Bueno, tendre que esperar otro veinte años para tener nietos. - se encogió de hombros, ganandose una mirada fea del menor. - Ya, me voy a dormir. Buenas noches. - se despidió después de lanzarle un beso al aire.
Apagando la luz de la lámpara, el peli-negro se dispuso a acostarse para ver al techo. No había visto a la rebelde en todo el día, cosa que le molestaba un poco ya que entiende de que debe de estar ocupada. Se dió la vuelta para ver a la ventana quien le dejaba ver, aquél foco plateado que le alumbraba el cuarto. De la nada, fue cuando un olor exquisito le lleno sus fosas nasales, trayendole una leve sonrisa a los labios mientras abrazaba la almohada restante.
Aquella almohada olía al bosque y animales salvajes mezclado con el suave olor de arándanos, una combinación perfecta ante sus ojos. Abrazaba fuertemente aquella deliciosa almohada, recordando aquella noche en la que dejo que la pequeña princesa durmiera junto a él. Se veía tan pequeña e inocente mientras se derretía en la calor de las sábanas, haciendo que Terry sonriera ante la ternura.
Podría despertar así todas las mañanas con aquella linda vista pero para eso, tendría que pedirle matrimonio para verla todas las mañanas de su vida pero el no quería apresurar las cosas.. pero soñar, no cuesta nada.
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La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)
FanfictionBasado en el anime "Candy Candy" y la novela/serie llamada "El Sultan". Está historia la escribí en cuadernos y lapicero, los errores autógraficos me los corrigió mi hna quien fue la primera en leer esta historia, si ustedes logran identificar algún...