Cap 30; El Plan

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Patricia abrazaba a Stear fuerte por la alegría que sentía, este ya estaba casi sin aire. Annie daba pequeño saltitos mientras Archie aplaudía. Los rubios sonreían de oreja a oreja.

- ¡Esté es el primer paso! Este es el primer paso! - anunció Annie aún saltando.

- Patty.. no respiro. - le informo a su novia el cuatro ojos, la joven soltandolo de inmediato para luego hecharle brisa con un abanico.

- ¡¡¡Nuestra enana está creciendo!!! - Candy exclamó.

Sip, los seis estaban en el porche de Annie y casualmente lograron ver cómo el Grandchester cargaba a su hermana mientras esta se quejaba. Las mayores sabían las intenciones de Terry con la menor y como T/N aprobó su noviazgo con los tres mosqueteros, les toca ahora a ellos ayudar al azabache para conquistar el corazón rebelde de su hermana.

- Y si que lo está. - escucharon la voz del rey, este estaba en la puerta mientras sonreía. - Perdonenme, niñas. - les dijo a sus hijas, quienes sonrieron ampliamente. - Y felicidades a ustedes también. - les guiñó un ojo a los jóvenes, éstos sonrojandose levemente.

- ¡Papá!

~

Pero claro, no todos estaban felices por ver lo sucedido. En los apocentos de Eliza, Maritza veía por la ventana como Terry reía y sonreía cuando le daba inocentes besos a la princesa que tenía en brazos.

Su corazón no se sentía bien con eso, estaba que explotaba, se rompía en pedazos. ¿Porque tuvo que pasarle esto a ella? O mejor dicho, ¿cuando Maritza empezó con esto?

- Él es mío.. desde el principio.

~ Flashback ~

Maritza había llegado al castillo hace dos años,
toda su vida a sido la mucama personal de Eliza pero cuando la castaña se fue al palacio,
tuvo que esperar cierto tiempo.
Cuando llegó le explicaron las reglas las cuáles cumplía al pie de la letra,
también tomaba consejos de las señoras mayores para poder permanecer junto a su reina.

Y,
por casualidad,
la peli-negra caminaba por el patio una noche mientras admiraba su alrededor,
en uno de esos momentos,
el olor a cigarro le atacó sus fosas nasales.
Siguiendo el desagradable olor,
se encontró en la colina dónde estaba Terry acostado en la grama viendo como las nubes se movían lentamente.

La menor quería acercarsele y hablarle pero no sabía cómo,
así aue prefirió admirar al joven de lejos.
Esto continuo con los meses,
hasta lo pudo ver tocar la armónica,
un sonido que le encantaba.

Pero como lo dije en unos capítulos anteriores;
nada dura para siempre.
La peli-negra continuaba con su acoso rutinario—el cuál duraba hasta que el joven decidiera irse a la cama—una noche,
la joven inhaló profundo para llenarse de valor cuando...

- Sé que está ahy, su majestad.

¿La habra descubierto? ¿Al fin la había notado después de todo este tiempo? ¿Y la llamo su majestad?
Pues obviamente,
no.
Su esperanza se fue a la mierda cuando la menor de las princesas,
salió de entre los arbustos y se sentó a su lado para así ambos ver las estrellas hasta el amanecer.

Su corazón se había despedazado cuando se enteró que ellos se habían vuelto cercanos y su furia salió cuando Terry mismo,
admitió que estaba enamorado de esa desgenerada.

~ Presente ~

- Yo lo ví primero, su majestad. - lloro al ver el reflejo de su reina en la ventana.

Su mirada castaña se suavizó al ver a su mejor amiga en aquel estado, así que se acercó y la abrazo, dejando que la pobre rompiera en llanto en sus brazos. - Todo estará bien, Maritza. - empezó acariciar su cabellera negra con suavidad, viendo que nada la calmaría procedió a decir lo primero que se le vino a la cabeza. - Seducelo.

La peli-negra dejo de llorar, ahora viendo a la castaña con asombro. - ¿Qué?

- Aún no es tarde, puedes recuperarlo con facilidad. - le dijo sin preocupación. - En especial cuando ese demonio no le presta atención. - le sonrió.

- ¿Y si no funciona? - la menor pregunto preocupada, no quería perderlo otra vez.

- Pues.. - la tomo del mentón. - Obtaremos por poner en marcha, el plan B.

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora