Cap 41: Hermana María

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A la mañana siguiente, T/N fue despertada gentilmente por la señora Pony quien le daría su masaje ya que los flojos de Lucifer, Oliver y Eric tenian otros asuntos que atender. La princesa ama a la anciana pero era muy temprano para que la mayor viniera a despertarle y hacerle un masaje que se supone que debía de ser realizado por uno de los idiotas, aún así, la anciana comenzó con su masaje.

Sus movimientos de mano, le sacaban algunos gruñidos y quejidos a la menor los cuáles le hacían reír levemente pero también, la hacían sentirse triste. La señora Pony, es una de las sirvientas más viejas que han trabajado para el castillo y, cuando vió aquella niña con cara de demonio disfrazado no pudo evitar encariñarse por lo que ella fue quien ayudó en su crianza, mientras fue encerrada en estás paredes.

- Señora Pony. - la princesa le llamo de repente, su tono era calmado y frío como cuando era pequeña.

- ¿Pasa algo, señorita? - le pregunto con una sonrisa, sus movimientos de mano sin detenerse.

- Quiero discúlpame con usted. - le dijo, haciendo que la mayor se detuviera—no era normal escucharla admitir su error, y menos en voz alta así que ésto fue una sorpresa. - Me disculpo.. - continuo sin dejar que la mayor le preguntará la razón de su disculpa. - Por haber asesinado a su hija María. - añadió, recibiendo el silencio como respuesta. - Sé que no hay excusa para justificar mis actos esa noche, pero le juro que mis instintos se despertaron cuando abrió la puerta sin tocar. - le bajó el volumen a su voz, se sentía mal ya qué debió de ver primero quien era el que entraba y no atacar como una bestia.

La anciana soltó un suspiro tembloroso, algunas lágrimas resbalando por sus mejillas. - No es nada mi niña. - trato de asegurarle pero su voz quebrantada, hizo que la princesa ignorara el dolor de su espalda para voltearse boca arriba y ver a la mayor. - María, está en un lugar mejor. - sonrió, limpiandose las lágrimas.

La princesa trato de sonreírle pero le dolía ver, como aquella sirvienta quién quiere como su segunda madre estaba adolorida, aún así, decidió no tocar más el tema.

- ¡Comida~! - anunciaron mientras pateaban la puerta del cuarto abierta, dejando entrar a los tres mejores hombres de la rebelde quienes traían un total de cinco bandejas de comida. - Vea señora Pony, le trajimos el desayuno. - sonrió Oliver, entregandole una bandeja de comida a la nombrada quien la aceptó agradecida.

- Veo que por lo menos puedes voltearte. - río levemente mientras Eric colocaba una bandeja en la cama, para sentar a su jefa mejor. - Su hermanas dijeron que vendrían hoy a visitarla. - le informo ganándose un gruñido de fastidio, mientras le entragaba su comida.

- Señorita. - la anciana le regaño ante su comportamiento por lo que ella solo alzó sus manos en rendimiento, mientras que sus hombres se reían levemente.

No es que no le agraden las visitas de sus hermanas, solo que aveces se preocupan mucho y eso es algo muy molesto—en especial cuando lo hace Candy—aunque si quería ver a una persona en específico, una persona que no volvió después de que su padre se lo llevará.

- ¿Que le hiciste, N/T/P White?

| Uno corto porque el siguiente
susurra
Tendra algo de loqueras innecesarias pero divertidas |

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora