Ya eran las diez de la noche y Terry aún no dormía por lo que decidió sentarse por los pasillos centrales, mientras esperaba la llegada de su pequeña novia. No ha escuchado de ella desde que se despertó, no los gemelos fueron a verle y, al recibir el tremendo puñetazo que recibió por parte de Anthony antes de que pudiera comer un bocado de su almuerzo, logró captar de que ya todo se mandó a la mierda. Nisiquiera quería estar allí sentado esperándola, prefiere mil veces darse un tiro en la cabeza a lidear con esta mamada ya que lo que él menos quiere, es que ese pequeño demonio rompa con él.
- Esto tiene arreglo. - se aseguró asimismo mientras pasaba una mano por su cabellera negra.
Eso era lo que él quería creer; de que todo esto tendría una solución pero, aquellos signos de interrogación no paraban de aparecer en su cabeza, haciendo que comenzará a dudar.
Pasos se detuvieron a una distancia frente a él para hacer que su cabeza se alzará, encontrándose con la figura de aquella chiquilla que ha estado esperando por un rato. Tenía una mirada indiferente y fría como aquella brisa que le acarició la piel y la hizo temblar, haciendo que el peli-negro sonriera levemente para aguantar las ganas, aguantar las ganas de ir abrazarla entre sus brazos mientras su cuerpo la calentaba..
Vio como la rebelde tomo aire. - ¿Puedo hacerte una pregunta?
- ...mm. - asintió, mirándola de arriba abajo mientras ella permanecía sentado.
- No.. - comenzó con aquella dudesa la menor, provocando que el mayor soltara un suspiro tembloroso. - No, te acostaste con Maritza.. ¿cierto? - ladeo un poco la cabeza, viendo como el mayor se levantaba finalmente de la banca.
- No. Obviamente que no. - respondió sincero, tratando de acercarse a la menor.
A la defensiva, la princesa dio un paso atrás. - ¿Entonces porque tenías chupones en el cuello? - afilo la mirada.
Al ver que ella se alejó, Terry apretó sus puños con algo de molestia. - Lo hizo cuando estaba dormido. - escupió entre dientes, su mandíbula tensandose. - Yo no..
- ¿Así que te dejaste? - lo interrumpió cuando trato de explicarse, alejándose aún más y esto molesto al peli-negro. - ¿Así que el bebé también era tuyo? - cuestionó, su respiración acelerandose ante la imagen de algo como eso.
- Por el amor de Dios, T/N. No. - lo negó con tono molesto, no era verdad esa parte ¡y tampoco quería que fuera joder!
- ¿¡Porque entonces!? - finalmente alzó su voz, importandole dos cuernos si alguien los escuchaba o si se despertaban, estaba celosa —lo admite. - ¿¡Porque!? - urgió.
- ¡Porque con ella podía conseguir que me pararas pelota! - confesó por tanta presión, estrés y culpa.
- Oh pues, ¿no ves que lo lograste? - soltó un mofido sarcástica. - Que del tiro ¡la maté! - confesó, su arrechera subiendo aún más.
- ¿Y qué querías? - se acercó un poco más, apretando co fuerza su mandíbula al oírla gruñir en advertencia de que no se acercara más. - ¿¡Qué matara a alguien para que vieras mis sentimientos!?
- ¡Lógicamente no! - rugio. - ¡Mis celos son enfermos y yo no quiero que tú también pases por eso!
- ¿¡Y ENTONCES!? - los dos gritaron molestos.
Ambos tenían la respiración agitada, estaban molestos, estresados y cansados que sólo quiere tirarse en los brazos del otro, y olvidar todo esto. Pero como algo como esto, no puede olvidarse tan rápido, se irritaban más.
La menor apretó sus puños, enserio no quería golpearlo y jamás lo haría —porque le agarró demasiado cariño de lo que debería —pero tenía unas inmensas ganas de hacerlo en estos momentos. Jugo con su paciencia y se atrevió a mentirle en la cara en vez de explicarle todo este rollo, para poder evitar este problema pero sólo se gana esto y unos celos se le despiertan hacia ¡una muerta!
El mayor continuó apretando sus puños, para no ir a sus brazos y abrazarla con fuerza, para no ir hacia ella a consolarla y calmarla, para no ir a pedirle sinceras disculpas mientras le susurra al oído de que no volverá a pasar. Pero no, lógicamente debía de aguantarse las ganas de hacer todo eso y debía evitar hacer algo que la moleste más, y le llegue a zamparle para romperle la jeta.
Un trueno se escuchó en los cielos y la lluvia cayó a caer, provocando que la temperatura a su alrededor bajara drásticamente, volviendo hacer que la menor se estremeciera del frío. Al ver aquella leve acción, el mayor suspiro para que los humos se le calmaran y dar así la conversación por terminada.
- Será mejor que vayas a dormir. - le dijo en un tono frío, afilando su mirada sobre la menor viendo como esta apretaba la mandíbula y asentía, dándole la espalda para irse a sus aposentos.
El oji-azul sonó su lengua mientras veía ahora los pasillos nuevamente vacíos, ya que la rebelde había caminado rápido para desaparecer de su vista, provocando qué él volviera a tensar su mandíbula.
| Ay~ ignoren los celos extremos, a mi me encantan pero no tanto
si me entienden
Espero les haya gustado el capítulo y nos vemos en el próximo
Bye! |
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La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)
FanficBasado en el anime "Candy Candy" y la novela/serie llamada "El Sultan". Está historia la escribí en cuadernos y lapicero, los errores autógraficos me los corrigió mi hna quien fue la primera en leer esta historia, si ustedes logran identificar algún...