Cap 36; Picaduras 'e Plaga y Felinos Hambrientos

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- ¿Que? - pregunto confundido dirigiendo su mirada hacia su pecho, en donde reposaban unas marcas rojizas cambiando a color morado. En pánico, vio al albino y castaño para que dijeran algo—alguna excusa que les ocurriera—pero ambos solo lo veían con la boca entre abierta, y con el mismo pánico que él sentía. - Son picaduras de mosquitos. - dijo apresurado mientras veía a la menor algo nervioso. - No es nada grave. - le sonrió para asegurarle, pero sintiéndose culpable por mentirle ya que la princesa lo abrazó más fuerte mientras lo miraba con preocupación.

- ¿Seguro? ¿Nadie te está molestando, verdad? - insisto, queriendo asegurarse de que su amigo se encontraba bien.

- Ha. . han habido bastante mosquitos, últimamente. - Tom respaldo la mentira del peli-negro después de salir de su estado de shock, volteando su cara para ver a otro lado sin que la rebelde sospechara algo.

- ¿Y porque a mí no me han picado? - cuestionó mientras veía al vaquero, una de sus cejas arqueadas.

- Porque tu sangré es amarga. - Lucifer respondió antes de que el castaño dijera algo, tomando a la menor por el cuello de su camisa y alejarla del peli-negro. - Igual que tú. - añadió, observando a Terry quien se mordió el labio inferior.

- Cierto. - la menor asintió sim darle mucha importancia al tema, haciendo que los tres mayores suspiraran aliviados. - ¿Nos vemos está noche? - se dirigió al Grandchester.

- Obvio. - le regaló una sonrisa la cuál ella devolvió mientras le hacía seña a Tom que los acompañará, el castaño asintió mientras la tomaba de la cintura para que ella guiará a su yegua mientras Lucifer tomaba los frenos de Satanás y se alejaban, dejando al peli-negro con sus pensamientos los cuáles provocaban que se sacará la cabellera.

~

Los días transcurrieron así; Terry y T/N continuaban encontrándose para pasar el rato, la menor sin cuestionar más el asunto de las picaduras 'e plaga mientras ambos se divertían y distraían. Él trato de alejarse de Maritza por lo que le hizo y eso termino en una discusión ya que la menor trataba de convencerlo de que si tuvieron sexo, también no le gustaba como las cosas se habían salido de control más el acosó de Maritza no ayudaba. Todo esto ocurría todos los días, haciendo que el tema del matrimonio estuviese casi olvidado.

- ¡Su majestad!

. . . como dije; estaba casi olvidado.

El rey estaba sentado en el sofá de la sala principal mientras leía un libro muy tranquilo y pues obviamente, su lectura fue interrumpida por el llamado de la peli-negra que se le acercaba con una gran sonrisa. - ¿Que ocurre, Maritza? - le pregunto cuando estaba cerca.

Olvidando de hacer una reverencia antes de comenzar a parlotear, la mucama procedió a hablar con aquella sonrisa aún en sus labios. - Su majestad, ¡la reina está embarazada! - exclamó alegré, haciendo que el mayor se levantará con una sonrisa igual a la que poseía la menor.

- Repartan oro, dulces, comida, ropa.. que el reino este feliz en este maravilloso día. - le dijo aún sonriendo.

- Usted es muy amable su majestad. - hizo una reverencia. - También quisiera compartirle algo, mi señor. - añadió, viendo que el mayor asintió para que continuará. - Yo también estoy embarazada.

~

- Que Maritza está ¡¡¡¿QUÉ!!!? - Terry exclamó después de oír tan semejante cosa que Neil le dijo, alterando a los trabajadores un poco pero estos nuevamente continuaron con lo suyo. - Debe de ser una maldita broma.

El castaño se encogió de hombros. - ¿Que harás ahora?

- Negarme. Negarme al matrimonio y a quedar niño sea mío. - contesto, aún sabiendo que eso posiblemente no ayudaría en absolutamente nada.

- Terry, mi hermana le ha metido cucarachas en la cabeza al rey. Él pensará que el bebé es tuyo, a menos que hagamos una prueba de ADN. - le dijo, haciendo que el contrario suspirara.

- Así qué este es el famoso Terry Grandchester, ¿huh? - ambos voltearon a su izquierda al escuchar aquella voz, encontrándose con un joven que vestía como bandido, un arco y flechas estaban en su espalda mientras que algunos sarcillos le adornaban las orejas, accesorios que combinaban con su pelo verde oscuro y ojos de color lila.

- Oliver. - saludo el castaño mientras el peli-verde asentía al acercarse a ellos. - Creí que llegarías antes. - arqueo una ceja.

- Me quedé unos días en el pueblo. - se encogió de hombros, ahora viendo al peli-negro. - Oliver Starbrook. - le extendió la mano.

- Terrence Grandchester, pero usted ya me conoce. - respondió, estrechando su mano con el contrario.

El peli-verde asintió mientras soltaba la mano del menor. - Ma'am nos ha hablado mucho sobre ti. - sonrió de lado, un grupo de hombres aparecieron detrás de él.

- Me imagino. - le devolvió la sonrisa, la de él siendo sarcástica lo cual provocó que el mayor fruñera el ceño.

- Deja de poner esa cara, Oliver. - el nombrado fue detenido antes de que pudiera contraatacar.

- Lucifer. - saludó a su superior, sus hombres haciendo una reverencia ante el albino.

El recién llegado asintió, viendo ahora al peli-negro. - Aún no se ha enterado. - le informo, haciendo que se relajara un poco. - Pero conociendo a Eliza.. - miro a la ventana del comedor. - No se aguantará la lengua. - bufeo, el menor volviendo a tensarse ante aquello.

~

El desayuno ya estaba servido y Neil ya había vuelto mientras que las cuatro princesas veían a su padre interactuar con Eliza, ambos estaban felices—muy felices para su gusto al igual que a Sara y a la señora Elroy no les gustaba el comportamiento coqueto, de la castaña.

- Padre. - llamo la rubia para ser ignorada lo cual hizo que la (c/piel) juntara sus cejas. - N/T/P White. - dijo el nombre completo del mayor lo cual le sorprendió un poco, y más cuando escucho el tono en que fue llamado.

- ¿Que sucede, Candy? - pregunto con una sonrisa, una sonrisa que no le agradaba a ninguna de sus hijas.

- ¿Hay alguna noticia que desean compartir? - cuestionó con una ceja alzada.

Eliza rio levemente, su risa haciendo aue le hirviera la sangre a la menor de las hermanas. - Estoy embarazada. - anuncio, haciendo que su madre se atorara.

- Estoy bien. - dijo cuando vio a su hijo levantarse para asistirle. - Solo me tomo por sorpresa. - trato de sonreír.

Su hija le devolvió la sonrisa aún más amplia. - Maritza también está embarazada. - ahora era el turno de Albert para atorarse, era obvio que todos estaban sorprendidos con estás noticias pero la expresión de T/N, era su favorita.

La menor estaba congelada, nisiquiera pestañaba. ¿Era posible lo que estaba escuchando? Y si es así, ¿porque demonios le importa tanto a ella? Terry puede hacer lo que le dé la gana pero dañaría su futuro, si se llegará a casar con esa loca y no quería eso para su amigo.

- He pensado en apresurar los preparativos para nuestra boda. - el rey comento, sacando a la menor de sus pensamientos. El mayor admiraba a Eliza, la veía con ojos de enamorado lo cual la hacia sonrojar y todo por su padre no sabía la verdad acerca de esa bruja y de Maritza.

Leo se acercó a su dueña, depositando su cabeza en la pierna de la menor. - Hay que detener ambos matrimonios. - acarició la cabeza de su felino, este cerrando sus ojos al toque delicado. - El lío es; ¿cómo? - la menor escuchó un gruñido provenir de su león, haciendo que le viera a los ojos; aquellos ojos dorados del felino brillaban de deseó. - Cierto.. - susurró, dandole un pequeño beso en su cabeza. - Hace tiempo que no cazan. - el felino ronroneó al leer los ojos de su dueña, quien sonrió para proceder a comer su desayuno.

| oOoOO
Se viene algo bueno, la adrenalina que me gusta
X cierto
por favor díganme si los capítulos 35 y 34 pueden ser leídos, xq Wattpad no me dice nada |

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora