Cap 78; Hablando Con Las Voces del Más Haya

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La lluvia una caí y ahora más fuerte que antes, las gotas chocaban a todo golpe contra la ventana mientras el viento silbaba fuerte afuera, uno de los mejores sonidos que a la cuarta hija del rey le gusta escuchar y más cuando se está despertando, como ahora.

Sus ojos (c/o) examinaron con flojera y sueño su alrededor, estaba en su cuarto, en su cama, arropada con sus sábanas, con Leo durmiendo en su costilla y una leve brisa que le avanicaba el cuello. Volteando un poco su cabeza hacia atrás, vio que era su guapo novio quien dormía mientras le rodeaba la cintura con uno de sus brazos, esto trayendole una pequeña sonrisa a sus labios llena de alivió.

Se acordaba perfectamente de lo aue había ocurrido en el comedor, aquello fue una ilusión que su mente le había jugado o quizás, una visión. Muchos dicen que cuando la (c/piel) está molesta con algún personaje y los ve directamente a los ojos, ellos, podían ver su propia muerte en aquellos ojos de color divino y efectivamente, cuando cruzan la línea, mueren justamente como lo vieron en esos ojos (c/o). Quizás la muerte, viene ahora a decirle lo que le pasará a su novio su ella se va a Escocia o, lo más lógico, es que por haber pensado mucho en el asunto su mente comenzó a imaginarse cosas—y sinceramente, ella se inclina más a la segunda opción.

Con cuidado u en silencio, salió de la cama sin despertar al mayor y a su gatito lindo para así darles una última mirada, y salir de la habitación. Los pasillos del castillo estaban en total silencio, algunos guardias estaban en sus puestos para cuidar el lugar y dudaba mucho que esos imbéciles la hayan notado, así que se dirigió con facilidad a la cocina de dónde provenia un olor a café. Entrando en el lugar, se encontró con uno de los tantos guardias quién tomaba dichosa bebida con un trozo de pan.

- Su majestad. - el hombre casi se atora al por fin notar a la rebelde en la puerta, por lo que se levantó e hizo un saludo de respeto militar. - ¿Que la ha traído por estos lados, majestad? - pregunto nervioso; porque no quería que le regañaran o despidieran y preocupado; porque había oído lo que ocurrió a la hora del medio día.

La princesa lo miro de pies a cabeza, notando que el guardia estaba inquieto por su mirada tensa, luego miro el pan y café recién hechos que reposaban sobre la mesa. Sinceramente la menor no lo culpaba por haber dejado su puesto para tomarse algo caliente, el clima estaba demasiado frío como para mandar a un oso a invernar. Lo miro a los ojos, su cara en blanco. - Solo pasaba. - finalmente respondió su pregunta, caminando por su lado para dirigirse a la otra puerta. - Diles a tus compañeros que te acompañen. - se detuvo antes de salir, mirando al guardia sobre su hombro. - Y es una orden. - añadió, saliendo por completo de ese lugar sin importarle el estado de shock que había dejado al guardia.

Continuando con su camino entro en la sala principal, deteniéndose en frente de los cuadros familiares para observarlos por un rato, muy pronto otro hermoso cuadro sera colgado en aquellas majestuosas paredes y con solo pensarlo, le traía una dulce sonrisa a sus labios. Tirándole una última vista a los retratos, se dirigió a los pasillos del exterior dónde podía admirar las gotas de agua caer sin sesar, creando una densa capa que no le permitía ver más haya.

Un gruñido se escuchó a sus espaldas, haciendola sonreír. - Hola amigo. - saludo al felino, quien se acercaba con sus cuatro cachorros que ronroneaban a los pies de su dueña. - Nooo~ - les dijo la rebelde, sabiendo que aquellos pequeños querían acompañarlos en su aventura bajo la lluvia. - Vayan con su mamá. - les pidió, después de acariciarles un ratito y ver al cabeza de su manada.

Y, sin pensarlo dos veces, la princesa se adentro en la lluvia para ir a un sitio mientras era seguida pie Leo de cerca, ambos sin importarles los plinchasos que provocaban las gotas de lluvia sobre su piel.

Para cuándo llegaron a los establos, ambos estaban empapados hasta las metras. Un trueno resonó entre los cielos al igual que un relámpago alumbró el lugar con su luz cegadora, ambos sacándole un relinche a cierto corcel UE rompió de inmediato le tablas que lo mantenían dentro del establo, para que él lograra estar de pie frente a su jinete dejandole ver cómo sus ojos rojos brillaban intensamente y el como su melena y cola se erizaban de la emoción que sentía. La rebelde sonrió enfermamente, jamás había visto a su caballo de esta manera tan salvaje cosa que le encantaba más el clima, era perfecto para este comportamiento. Impaciente, el corcel negro relincho nuevamente haciendo que su dueña le montará de inmediato sin frenos y sillas, mientras tomo agarre de aquella hermosa melena que ella se ezmera por peinar todos los días ahora viendo, a la gran manada de felinos mojados que esperaban órdenes de su dueña.

Por alguna extraña razón, Satanás volvió a relinchar para comenzar a correr sin ordenes mientras sentía la adrenalina de su jinete bombear con excitation entre sus venas, guiando a los felinos que rugieron para seguirle.

Otro trueno rompió en el cielo haciendo que nuevamente el corcel oji-rubis relinchara feliz y aumentaba su velocidad al correr, ah cierto, a éstos animales les encanta ir bajo la lluvia y en especial en éstos climas tan feos.

Un claro se avecinaba, dándole a entender al grupo que estaban cerca de su destinó provocando que los felinos rugieran al aire y que la rebelde saltara del caballo para correr a su lado, igualando su velocidad al instante.

- ¡Ja! - la menor salto al aire cuando llegó a un barranco de altura media, dejándola caer justamente en el lugar que deseaba y en frente de la persona que le hacía aclarar su mente. - Mamá.

| Wow, capitulo 78, no me esperaba aue llegara a tanto y el problema es que todavía falta un tramo largo.
Posiblemente tenga que hacer como la parte dos, lo cual sería algo fantástico para mí ya que siempre je querido llegar a 200 capitulos pero yo creo que me excedi está vez.

Pero sin más que decir, espero que les haya gustado este capítulo ya que me fasino escribirlo y en especial cuando tenía que describir el comportamiento de los animales — totalmente de lo mejor, a mi hermana le gustó la parte dónde la prota interactuo con los cachorros de Leo — así qué espero que les vaya bien y nos vemos en el próximo capítulo. |

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora