Cap 99; ...Oh

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- Bueno. - intervino Sara al ver el silencio incómodo que se presentó sobre la mesa. - Ya que estamos todos finalmente presentes.. - forzó una sonrisa amable. - A comer. - dijo, tomando su cubierto mientras el resto le copiaba.

Eliza estaba intrigada ante la presencia de ese demonio que comía sin importarle nada a su alrededor, así que la castaña obto por sentarse al lado de su madre, y cuestionarla en susurros. - ¿Qué hace ella aquí?

- Vino a desayunar con nosotros. - dijo lo obvio. - Tu padre y yo creímos que seria una buena idea, además, también vino tú hermano. - explicó, ignorando como su hija hacia una cara de completo disgusto. - Ah. - se acordó de algo, ahora viendo a la menor. - Y esos niños.. - apuntó levemente a los gemelos que comían como todo unos caballeros. - Son sus hijos. - informó, Eliza ensanchando sus ojos en total sorpresa. - Así que con cuidadito. - advirtió, resumiendo a comer.

La mayor de los mellizos Leagan parpadeo unas cuantas veces por el asombro, dirigiendo su mirada hacia los pequeños peli-azul; sabía que T/N era una princesa arrastrada que siempre ocultaron del reino pero jamás llegó a enterarse o a imaginarse, de que estuviera embarazada a sus diecisiete años de edad.

Si mirada era intensa que nisiquiera se preocupó por disimularlo, lo cual incómodo y molesto a los pequeños quienes vieron a su madre para que se diera cuenta de esta falta de respeto mientras comían.

- Eliza. - llamo la rebelde, sobresaltando a la nombrada. - Por favor no mire a mis hijos de esa manera.. - le pidió, una pequeña sonrisa falsa estaba en sus labios. - Los esta asustando.

Sara suspiro para calmarse. - Lo primero que le digo, lo primero que hace. - gruño.

La castaña le devolvió la sonrisa a la menor. - Sólo quiero saber sus nombres. - se excusó, mirando ahora a los gemelos. - ¿Cómo se llaman pequeños? - pregunto lo más amable que pudo pero sólo se ganó el silencio de los dos.

Si mirada volvió a ser penetrante, como si buscanse algo en el alma de aquella zorra haciendola pensar de que en verdad eran hijos del demonio. - ¿...Tu enviaste a esos hombres para matar a mi padre? - pregunto Ricky después de un largo silencio, haciendo que el señor Leagan comenzará a tocer.

- ¿P..perdón? - pregunto al poder hablar.

- El otro día, atacaron al castillo en mi ausencia como ya deben de saber. - informó la princesa. - Éstos intrusos, eran los secuaces de los hermanos Monarquiz.. - comenzó acariciarle el pelo a Ebrahim. - Y, por desgracia, asesinaron al padre de éstos pequeños quien también era mi tercer al comando. - dijo, volviendo a ver a los castaños mayores —sus caras, eran un poco graciosas para la menor. - Y pues, cuando interrogamos a los Monarquiz.. - miro nuevamente a Eliza. - Confesaron que, Eliza Leagan, los contrato para asesinar a la familia real en mi ausencia. - concluyó, regalandole un sonrisa pícara a la castaña.

- ¡ELIZA! - rugio el mayor de la mesa, mientras se levantaba de su silla para ver a su hija quien tenia lágrimas de rabia en sus ojos—el creyó que después de esa farza que creo con el embarazo, su hija cambiaría a mejor ¿pero ahora le sale con esto?

- ¡Ahora no me vengan con eso! - también se levantó, mirando a su padre a los ojos. - Siempre me dijeron eso, me dijeron que cuando me casara la corona sería ¡MÍA! - exclamó, dejando caer las lágrimas. - Me dijeron que la reina murió para que ¡yo! fuera la reina. - soltó sin pensar, sin pensar de que aquella confesión despertaria algo dentro de T/N.

- ¿Tuviste que ver algo con su muerte? - pregunto al levantarse de la mesa, ganándose el silencio de la castaña mientras ella apretaba la mandíbula para contenerse. - ¿Tuviste algo que ver con la muerte de mi madre, Eliza? - volvió a preguntar, ganándose nuevamente el silencio. Harta de no obtener respuestas, T/N rondeo la mesa mientras que Neil se puso de pie para ver como su amiga sostenía a su hermana por los hombres. - Dime Eliza, ¿tuviste, algo, que ver? - pregunto otra vez, esta vez un poco más despacio para ver si la pregunta le llegaba al cerebro.

- Eliza responde. - ordenó el señor Leagan—a este paso, ya no conoce a esa niña que tanto amo por diecinueve años asi que, no se sorprendería que si..

- ¡Respondeme! - urgio la princesa mientras la sacudia, ignorando el quejido que salió de sus labios en vez de a respuesta deseada. - Res-pon-de. - habló entre dientes, sacando una navaja que tenía en su cintura para pegarla al cuello de la mayor. - ¿Tuviste algo que ver, con la muerte de la reina? - pregunto, su respiración agitandose ante cada segundo que pasaba.

- ¡¡FUI YO!! - exclamó la señora Sara al ver que la princesa haría presión en la navaja. La mayor obtuvo todas las miradas de los presentes, mientras amargas y arrepentidas lágrimas resbalaban por sus ojos. - Fui yo.. T/N. - susurro, tragandose el nudo que tenía en la garganta.

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora