Richard Junior Grandchester, caminaba por los pasillos del castillo con un ramo de flores a la mano mientras buscaba a cierta enana para disculparse por el atrevimiento del otro dia.
Tenia que admitir que la noticia le tomo por sorpresa y claramente le molesto, pero esso no fue excusa para comportarse de ese modo frente a una persona respetable, que le puede volar la cabeza en cuestion de segundos la cual es ahora su "cuñada".
Aun no lo entendia, en el mundo hay muchos hombres de buenas familias; por ejemplo el.. hay muchos hombres con fama y dinero que estan dispuestos a darle una buena vida; por ejemplo el.. hombres que la tratarian como la reina que es y la complacerian todas la noches, haciendola gritar hasta que pierda la voz; por ejemplo, el.
Pero por alguna desgenerada razon, eligio a su medio hermano que es hijo de una ex-actriz y de su padre que no queria ni mantenerlo, mas su empleo actual y anterior no le dan ni para comparle un anillo de plata a la rebelde asi que... porque el?
- Si estas buscando a mi novia.. - ecucho la voz irritante de su hermano mayor a sus espaldas. - No esta. - sonrio cuando el menor se voltio a verlo mientras el estaba inclinado sobre la pared, disfrutando de la mirada afilada que Richard le regalaba.
- No la llames tu novia, rastrero. - gruño el menor, apretando la mandibula.
- Y tu crees, que ella se fijaria en una lagartija como tu? - ladeo un poco la cabeza, hablando en un tono calmado mientras aun continuaba sonriedo.
El menor junto sus cejas ane el insulto. - Tengo muchas esperanzas de que algun dia se de cuenta que eres un bueno para nada. - escupio, alzando un poco el menton. - Puedo satisfacerla, en todos los sentidos posibles. - sonrio picaro.
Ahora era el turno de Terry fruñir el ceño ante aquellas palabras que le hicieron despegarse de la pared. - Para tu informacion, soy su primer todo. - hablo con voz ensombresida. - Soy su primer novio, su primer beso.. - su semblante volvio a suavizarse, y la sonrisa burlona tambien volvio. - Y seria logico, que su doncellez tambien fuera mia. -sonrio triunfante, viendo como Richard se molestaba ante las verdades que el decia. - Ademas, deberias de agradecerme de que estas vivo. - suspiro, fingiendo revisarse las uñas.
- Y porque deberia de darle las gracias a una pulga? - cuestiono el de mechas marrones, escondiendo el hecho de que estaba algo confundido por las palabras del mayor.
- Porque mi pequeño y adorable demonio, te tenia en la mira. - informo, fingiendo un tono de lastima.
Richard dio un paso atras. - Mentira. - se nego a creerlo. - Ella confia en mi, y tampoco haria algo como eso por un simple plebello. - trato de herirlr el orgullo.
- Tu crees? - el peli-negro alzo una ceja. - Cierto, ma'am jamas haria algo como eso por un plebello.. - comenzo acercarsele al menor. - Pero lo hizo por mi.. - se paro en frente de el. - Porque ella.. - bajo un poco la voz, sus labios acercandose al oido del de pelo bi-color. - ...me ama. - susurro.
Dos palabras. Dos palabritas que desataron el caos e hicieron que Richard Junior Grandchester, un joven de clase, soltara el ramo de flores para la chica que el ama y lograra zamparle un golpe solido al mayor en la mejilla, un golpe que Terrence Grandchester, un plebello y novio de una sicaria, no dudo en devolver para que la discusion ahora se convirtiera en algo fisico que seguramente terminaria con algun herido.
En la cocina estaba la señora Pony enseñandole a Patricia y Candy a como preparar los dulces Italianos que a la princesa Annie tanto le encantan, cuando de una, entro una sirvienta algo alterada.
- Que ocurre, niña? - la mayor pregunto.
- ¡El señor Terrence! ¡Esta peleando con un joven caballero en los pasillos! - exclamo apresurada la sirvienta.
Y, sin decir mas, las princesas salieron marchando de la cocina para detener este conflicto y obviamente, la señora Pony tambien las acompaño con una escopeta cargada a la mano.
Al llegar al lugar indicado, las tres mujeres vieron a ambos Grandchesters revolcandose en el suelo mientras se tiraban puñetazos de izquerda a derecha. Algunos sirvientes miraban, pero ni locos se iban a meter en ese despelote ya que cada vez que tratan de separar a los castaños que han crecido literalmente junto a ellos, terminan gravemente heridos.. imaginense que les pasara si se meten en esta pelea entre hermanos salvajes.
- ¡Terry! - llamo la rubia desde lejos pero obviamente, fue ignorada por el nombrado.
Ya harta, la señora pony traqueo su escopeta y la apunto hacia al cielo para luego dispararla y alarmar a los presentes y, logro eficasmente detener la pelea de perros entre ambos jovenes quienes, bufeaban y se aferraban entre si mientras sus miradas se afilaban.
- Par de perros. - gruño bajo la anciana, colocando su armamento sibre el hombro mientras se acercaba a los perros rabiosos. - No se que carjos les pasa pero Terry ¡tienes que soltar! - regaño, pegandole en las manos al peli-negro como un niño pequeño pues, gracias al cielo, este hizo caso a regañadientes.
Richard gruño furioso, acomodandose como podia el pelo mientas jadeaba. - Señora. Princesas. Su maldito esclavo me ha faltado los respetos. - informo, señalando a su hermano que estab detras de la señora Pony. - Debe de ser castigado. - dijo, gruñendo como animal y pues Terry no se quedaba atras.
- Con todo respeto, joven caballero. Usted ha entrado en territorios reales sin permiso.. - dijo Patricia, afilando su mirada sobre el Granchester menor quien trago ondo bajo su mirada intimidante. - Asi que no tiene ningun derecho de tomar sus propias decisiones sobre uno de nuestro personal y novio de una gran amiga de la realeza. - dijo, hiyendo a asistir a Terry para llevarlo a la enfermeria. - Candy, encargate. - le dijo a su hermana mayor mientras se alejaba con el moribundo.
La princesa mayor sonrio al obtener el cargo de esta situacion. - Bueno caballero.. - miro al de mechas marrones, chasqueando los dedos para que dos guardias cercanos para que lo tomaran bajo custodia. - Porque no le paga una visita a los calabozos, mm?
- ¡No! ¡Princesa Candy! ¡Usted no lo entiende! ¡El lo empezo! - trato de excusarse pero sus plegarias y gritos de niño malcriado fueron ignoradas mientras los guardias lo llevaban a su nueva "habitacion".
La señora Pony alzo una ceja mientras veia como los guardias se alejaban con el niñato. - De que cree que estaban discutiendo? - le pregunto a la rubia.
- Mmm, no lo se. - la princesa le miro con una leve sonrisa. - Pero creo que ya tengo una idea del porque.. - su sonrisa se amplio, haciendo que la mayor negara con la cabeza.
- T/N.
- ¡Uaaagh! - se quejo Richard al ser lanzado dentro de la celda con fuerza. - ¡Quiero a mi abogado! - exclamo, aferrandose de las rejas de la puerta que fue azotada en su cara.
- Y lo tendras.. - asintio uno de los guardias. - Solo cuando ma'am decida el dia del juicio. - rio junto a su compañero, ambos saliendo del lugar para dejar que Richard comenzara a maldecir y amenazar a todo pulmon.
El joven apreto su mandibula, no permitiria que lo condenaran por algo como esto ademas, Terry tambien deberia de estar aqui con el para que la rebelde vea que tipo de hombre en verdad es, aunque eso o mate de verguenza a el tambien.
Frustrado y molesto, el Grandchester comenzo a golpear la puerta de su celda, lastimandose aun mas sus nudillos.
- Asi no lograras nada, muchacho. - escucho una voz en la celda opuesta.
El menor fruño ante el comentario innecesario. - ¡Nadie pidio tu opinion! - exclamo molesto.
La persona contraria se quedo callada, las cadenas que mantenian sus manos inmoviles hicieron ruido mientras se levantaba del suelo y caminaba hacia las rejas de su propia celda, sosteniendolas entre sus manos. - Tu mama no te enseño modales o es que te criaste con los perros? - cuestiono molesto el mayor.
- Papa.
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La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)
FanfictionBasado en el anime "Candy Candy" y la novela/serie llamada "El Sultan". Está historia la escribí en cuadernos y lapicero, los errores autógraficos me los corrigió mi hna quien fue la primera en leer esta historia, si ustedes logran identificar algún...