Cap 81; El Gran Dia de los Conwell

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                                       ~ Cuatro semanas después ~

Okey, ¿no fue anoche que su prometido le estaba calmando para que no se preocupara tanto y se centrará en su boda? Buenos, los días si que pasan rápido para que ahora, Patricia White, este nuevamente dentro de un vestidor junto a Candy y Annie quienes trataban de calmarle los nervios.

Este era su día, ES su día, pero aún así estaba nerviosa como toda novia lo estaría antes de contraer matrimonio, con el hombre que ama. Tomó aire. Estaba frente aquél espejo grandísimo que le permitía ver el hermoso vestido que había elegido, esto haciendo que sonriera levemente mientras sentía como el nerviosismo, se largaba de su ser.

- Todo saldrá bien. - se dijo asimisma, aún sonriendole grandemente a su reflexión en el espejo.

- ¿Lista? - pregunto Annie al colocarle una de sus manos en el hombro mientras ella vestía in vestido de color azul, con patrones escoceses en azul marino, unas zapatillas de color azul pastel mientras que su largo pelo estaba trenzado en dos con cintas azul cielo.

Ese era el tema de la boda, azul, y sinceramente non se arrepiente de haber escogió aquél color que representa la libertad.

- Si. - asintió la mayor, alargando su mano para tomar el ramo de flores.

- ¡Ah! - le detuvo Candy, cruzando sus brazos en el procesó. - Esas flores no van. - le dijo.

- ¿Porque? - saco su labio inferior, en verdad le gustaron las orquídeas que formaban su ramo.

- T/N dijo que te llevaría un ramo especial. - informó al igual que le comenzaron a brillar los ojos.

Las menores se vieron entre si al dramatismo de su hermana, por lo que ambas se escogieron de hombros y decidieron salir del castillo, dejando el ramo de orquídeas atras. Para no quedarse atrás, la rubia caminaba en frente de sus hermanas menores haciendo un vaivén con sus caderas y provocar que aquel vestido que se arrastraba por el suelo se moviera con plena elegancia mientras que sus tacones blancos, anunciaban su caminar mientras se acercaban a un carruaje que las llevaría a su destino y dentro de la carroza, se encontraba Lucifer que las esperaba con pereza.

- Ajem. - la rubia dijo, ganándose la mirada del hombre. - ¿Serías tan amablemente caballeroso por una vez en tu vida y nos ayudarias a subir? - le pidió, viendo como el contrario alzaba una ceja.

- Hasta donde yo sé... - comenzó, una sonrisa pícara quedándose de sus labios. - Yo no nací con modales para ser un caballero, y menos, para servirle a una pecosa malcriada. - chalequeo, haciendo que la princesa diera un grito ahogado para subirse de inmediato y comenzar una guerra de cosquillas con la mano derecha de su hermana rebelde.

Riendo levemente ante aquello, las princesas menores entraron al carruaje por su cuenta, dándole así inició a su viaje. La segunda hija del rey miro al exterior, ya que detener la pelea de niños que tenía la rubia y el albino no serviría de nada, por lo que sonrió levemente cuando llegaron al pueblo en tiempo, saludando a los ciudadanos que la felicitaban por su matrimonio. Esto sólo era una parte de su viaje ya que su destino era una de las tantas cascadas que el bosque de su reino les regalaba, así es, se casaría en el bosque con su amado; Stear Conwell.

Hablando de él, el cuatro ojos ya estaba en aquel hermoso lugar observando como los sirvientes hacían los retoques del lugar mientras que él, se acomodaba el pelo y corbata por la quintecima vez esto comenzando a calmarle la paciencia a Anthony, lo cual hacia que Terry se empezará a preocupar por el genio que estará apuntó de explotar de parte del rubio más Archie siendo el “Señor Perfecto”, ¡no ayuda!

Ósea, el joven entendía que estaban nerviosos—en especial el cuatro ojos —pero por Dios ¿no saben calmarse un poco? Él ya lo tenía decidido, si se llega a casar lo hará por lo civil y le interesa lo que diga su querida Candy, esto ya le dio un maldito dolor de cabeza.

- ...y creo que esto~ podría ir~ por aquí. - el peli-lila le dijo a una sirvienta quien asintió.

- Archie. - llamo el rubio, a quien le salió una vena de la frente cuando fue ignorado por su primo. - Archie. - repitió, saliéndole otra vena cuando fue ignorado otra vez. - Archie. - volvió a llamar pero fue, nuevamente, ignorado por el otro pendejo lo cual le sacó ahora diez venas del coco. - ¡CONWELL!

- ¡¿QUÉ!? - contestó finalmente de mala gana, viendo a su primo con cierta irritación.

- Hazme el puto favor, y siéntate en la bendita banca. - le ordenó con voz gruesa, haciendo que ambos peli-negro se abrazaran de repente.

El peli-lila soltó un mofido. - Tu no me... - se cortó asimismo viendo con total miedo como el aura molesta y amenazante crecía a su alrededor.

- Ahora. - demandó y obviamente, al contrario no le quedó de otra que obedecer y asentarse al lado de aquellos dos que se abrazaran con miedo. Viendo que su primo le hizo caso, Anthony suspiro para tomar unos vasos y una botella para servir para los cuatro. - Salud. - dijo, tomándose su porción de un solo tragó ahora esperando a que el resto hiciera lo mismo. - ¿Y bien?

El peli-lila se tomó su trago, Terry negó con su cabeza y el mayor de ellos sólo alzó una ceja. - No quiero casarme borracho. - dijo, colocando su vaso a un lado.

Anthony remiro sus ojos ahora escuchando como un carruaje se acercaba, e el cuál se detuvo no muy lejos de ellos. - Llevaron los invitados. - informó, comenzando a acomodarse el traje.

             | Ya sabemos que está boda va a ser de locos
                                              XD |

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora