Cap 110; Grandchester(s)

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A señora Elionor caminaba tranquilamente por los pasillos del exterior junto a una pantera negra, que decidió acompañarla en su caminata para distraerse. Tenía tanto en la cabeza que si no hacía algo se volvería loca, es que no puede entender como carajos su hijo pudo cometer un error como este, sabe que esos dos son uno para el otro y Elionor necesita ver a sus nietos antes de que se muera ¡'ombre!

- ¡Eh! Tú. - llamó una voz femenina a sus espaldas de una forma no muy amable, haciendo que la pantera se pusiera en guardia.

Confundida, la peli-negro ladeo un poco la cabeza hacia atrás para ver de quién se trataba encontrándose con una mujer gorda con piel morena, de pelo castaño que estaba en una moño desarreglado y vestía un vestido violeta mientras miraba a la contraria ferozmente. Elionor podía sentir aquella aura de importancia alrededor de la otra mujer, dándole a entender que era alguien reconocida en el país pero esos no le importaba, la vieja esta le cae mal y la pantera puede afirmar lo mismo.

- ¿Si?

- ¿Tú eres Elionor Baker? - cuestionó la contraria.

La nombrada se giró completamente para ver a la extraña que estaba a unos metros de distancia. - ¿Quién me busca? - se cruzo de brazos.

Al ver la posición en la que se colocó la menor, la castaña colocó ambas manos sobre su cadera. - Beatrix Grandchester. - respondió, sonriendo al ver como la peli-negra juntaba sus cejas al escuchar el apellido del Duque. - Y he venido a buscar a mi esposo. - añadió, su rostro volviendo a mostrar la mueca de molestia.

La contraria le observo de arriba abajo, como si la estuviera juzgando con su mirada, lo cual es cierto. Elionor sabía que está era la segunda esposa de su ex-marido y sin querer, se sintió un poco celosa ante el reclamo que estaba haciendo la mayor. - ¿qué eso que tiene que ver conmigo? - gruño, haciendo que la pantera también gruñera en defensa.

- Tienes que ver y ¡mucho! - exclamó, alarmando al felino que estuvo a punto de saltarle encima.

- Quieta. - la peli-negra le detuvo, arrodillandose a su nivel para acariciarle la cabeza y ordenarle a que se marchará. En los ojos del animal, se podía ver la preocupación que sentía por aquella mujer de piel nieve pero obedeció, y se fue. Viendo que el felino obedeció, Elionor sonrió un poquito para luego ponerse de pie nuevamente y afilar su mirada contra Betrix. - Señora Grandchester, yo no tengo alguna relación con su esposo. - explicó, apretando u poco su mandíbula. - Asi que por favor retirese.

- ¡No! ¡No me ire hasta que hagas que saquen a mi esposo de la cárcel! - se nego, marchando furiosa hacia la peli-negra pero por suerte, un guardia vino justo a tiempo.

- ¿Qué está ocurriendo aquí? - cuestionó, mirando a ambas mujeres.

- Esta mujer.. - señaló a Elionor. - Me ha quitado a mi marido. - acusó.

La contraria apretó su mandíbula ante tal acusación cuando fue ella, quien se casó primero con ese imbécil mentiroso. - Joven. - miro al guardia. - Deseo ver a T/N. - pidió.

Ambos aún estaban en el suelo, el caballero aún estando encima de la princesa mientras este se perdía en los ojos de esta, tenía que admitir son hermoso. Después de unos segundos, el mayor reaccionó y se levantó de inmediato para ofrecerle la mano a la menor.

- Grafías. - murmuró, comenzando a recoger los documentos que se regaron por el suelo.

- No, fue mi culpa. - corrigió el mechones marrones, ayudandola a recoger los papeles. - No me fijé por dónde iba. - sonrió avergonzado, entregandole a la menor la porción de papeles que él logró recoger. - Y.. ¿vives aquí? - pregunto, haciendo que la rebelde apretara su mandíbula.

- Solo estoy de pasó. - mintió, ofreciéndole su mano para presentarse. - T/N. - dijo con una pequeña sonrisa.

- ¿T/N? - repitió con asombro el contrario, tomando la pequeña mano de la menor quien asentía. - ¿Cómo ma'am? - volvió a preguntar, esta vez sacándole una leve risa a la rebelde que hizo que él se sonrojara. - Es un gusto. - Le beso la mano en forma de respeto y como la princesa no lo conoce muy bien, no se lo impidió. - Me llamo Richard Júnior Grandchester, m'lady.

La rebelde ladeo un poco la cabeza, su nombre dándole a entender que era uno de los otros hijos del Grandchester mayor. - ¿Oh? ¿Un Grandchester? - sonrió ampliamente, sinceramente, disfrutando del color rosa que decoraba las mejillas del mayor.

- ¡Júnior! - se escuchó un rugido que los sobresalto a ambos, haciendo que los dos vieran venir a Beatrix, Elionor y el guardia hacia ellos. - Júnior, diles que suelten a tu padre. - exigió la castaña, haciendo que el nombrado sonriera apenado y evitara la mirada de la rebelde.

Elionor noto que la princesa estaba confundida, por lo que se permitió explicar. - Verás, T/N. Esta es Beatrix Grandchester, madre de este joven y la segunda esposa del Duque de Grandchester, quien exige que el Duque sea liberado.

- Pues me temo que eso no va a ser posible. - la menor respondió de inmediato al oír lo que dijo la mayor, ganándose una mirada molesta de la morena.

- ¡¿Y quién eres tu para decidir eso?! - exclamó con arrogancia, sin notar como la princesa apretaba lo puños.

- Saquenla. - escupió, sabiendo que si esta mujer no desaparecía de su vista, la mataría por su actitud tan creída.

El guardia asintió, tomando bajo custodia a la mujer. - No, ¡esperen! - trato de escaparse pero el guardia ya la tenía esposada. - ¡Júnior! - llamó por su hijo para que le ayudará.

El nombrado suspiro, mirando a T/N muy apenado. - Por favor discúlpenos, ma'am. - hizo una reverencia para luego salir del lugar muy apenado, se acaba de ridiculizar en frente de la mujer que ¡controla el mundo!

La princesa los veía irse, mientras la señora Elionor sonreía de oreja a oreja. Sinceramente, la princesa se sentía algo mal por el chico, ya que no quiere imaginarse como es vivir con una madre que se atreve hacer escandalos por todos lados, sin tener algo de vergüenza además... ¿qué carajos le vio el Duque a esa loca?

- ¡T/N~! - la dulce voz de cierta albina canto por los aires mientras que está, no tardó ni dos segundos en avanlazarse sobre la menor y hacer que, nuevamente, la papeles decidieran volar por los aires hasta aterrizar nuevamente sobre el suelo. - Uy. - dijo Laela al darse cuenta de lo que había hecho, levantándose para recoger los papeles rápido y ayudar a la princesa. - Perdón, creo que me emocioné mucho. - se disculpó con una sonrisa brillante.

- No pasa nada. - le aseguro, aunque no admitiera que la caída hizo que le doliera un poco la espalda. Miro a la señora Elionor, tenía intenciones de presentarla ante la pareja pero al ver que está solo le sonrió, supo que la mayor tenía que atender otras cosas así que dejo que se fuera antes de que los Álvarez le notarán.

- Buenos días, ma'am. - saludo Ignacio, aguantando a su prometida para evitar que está le volviera a brincar encima a la adolescente.

- Buenos días. - río levemente. - El desayuno ha sido servido. - les informó, i diciéndoles a que le sigueran.

Mientras caminaban, Laela se guindo del brazo a la menor como de costumbre. - ¿Y quién era ese chico que salía con una mujer gritona? - pregunto con curiosidad, la princesa solo se encogió de hombros. - Es guapo. - halago inocentemente.

Al escuchar ese comentario, Ignacio se sintió ofendido. - Laela. - Le llamo con un tono pícaro, haciendo que la nombrada se quejará y fuera a donde su prometido para "consolarlo" .

T/N los veía de reojo, tratando de ignorar aquel apretón que sentía en su pecho al ver cómo la pareja compartían un rato juntos, los envidia. Quiere eso, quiere eso que ellos tienen, quiere volver a reir y ver las estrellas junto a su novio nuevamente.

- Ma'am. - la voz conocida de Tetsuya se escuchó a su izquierda, nisiquiera se sobresalto ante su repentina aparición —por algo es, uno de sus tantas sombras. - Enserio debe de hablar con Terry, ma'am. - le dijo, tomando con cuidado la cámara que traía guindando en su cuello.

La princesa suspiro. Sabía por el peli-azul le decía esto, le estaba haciendo mal no poder interactuar con su novio y aunque no lo admita a los cuatro vientos, sabe que su soldado, tiene la razón.

La Pequeña Rebelde Del Grandchester (G. Terry x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora