1.5 Capítulo 3

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El hada Harlequin estaba en lo alto de una casa en buen estado junto con su fiel sabueso, Oslow. No dejaba de pensar en su amada gigante, Diane.

King: Diane debe sentirse fatal al ver a la princesa Elizabeth y al capitán muy cercanos.

No pudo evitar recordar las palabras de su mejor amiga.

________: Y esto apenas es el comienzo. Se pondrá peor.

Lo había dicho tan molesta que no dudó que sería cierto, pero se preguntaba cómo lo sabía.

También recordó el rostro de Diane al ver a Elizabeth y Meliodas abrazados una vez que le habían ganado a Hendrikson. Su expresión al ver cómo la desesperante preocupación de Meliodas cuando la princesa se había desmayado en sus brazos. Y su tristeza porque el capitán de los Siete pecados capitales no había ido a trabajar para no despegarse de Elizabeth.

King: Debe estar muy triste. —Oslow se acercó a él y con su hocico le dio un pequeño golpe—. Tienes razón, es mi oportunidad para conquistarla. ¿Pero cómo? —El fiel sabueso volvió a golpearlo ligeramente y con un ladrido señaló a los humanos que estaban trabajando—. ¿Ayudarlos? ¿Por qué lo haría? Soy un hada.

—¡Cuidado!

King volteó en dirección a la persona que gritó y vio como una viga de madera iba a caer sobre otra persona. Rápidamente voló y con su magia sujetó la viga.

King: No es bueno estar distraído en lugares así.

—¡Gra… gracias! —El hombre estaba sorprendido por el niño volador que lo había salvado— Pido una disculpa, es que pensaba en mi mujer que me dejó hace poco.

King se dio cuenta de que no había visto a Diane en toda la mañana. ¿Y si se había ido por la tristeza que le había provocado ver al capitán con otra? Se preocupó tanto que dejó de sujetar la viga y cayó sobre él.

King: Pesa… mucho…

—¡Ayuda! ¡Un niño fue aplastado con una viga!

La viga fue levantada de él y escuchó la voz que tanto había deseado oír.

Diane: No es bueno estar distraído en lugares así, King.

King: ¡Diane!

Diane: ¡Acabo de tomarme mi medicina que me dio Merlín! Mi ropa aún no está lista. —King se quedó mirándola. Diane se apenó un poco—. ¿Aún te resulta raro verme pequeña?

King: ¡¿Qué?! ¡No! —se apresuró a decir— ¡Nunca me pareció raro verte así! Solamente que… pequeña o grande, tú sigues siendo tú.

La chica rio.

Diane: ¡Claro que soy yo! ¡Que raro eres, King!

El chico rio apenado.

King: ¿Vas a ir a ver los fuegos artificiales de la noche por el festejo del triunfo de la batalla? ¡Podrías invitar al capitán! —Se sintió un idiota al terminar de decir esas palabras.

Diane: Sí, iré. Voy a preguntarle a alguien si quiere acompañarme. ¡King! ¿Me quieres acompañar?

King: ¿Qué? —su asombro fue tanto que no comprendió bien la pregunta— No, si voy yo solo les estorbaré.

Diane: Me refería a que tú y yo fuéramos.

King: ¿Qué?

★★★

Últimamente siento una preocupación algo grande. Y mi mechón de cabello negro oculto debajo de todo mi cabello vuelve a darme comezón.

Nanatsu no taizai: La guardianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora