La maldición de la luz

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Hay una aventura más que quiero contarles. En esta aventura terminamos con cualquier amenaza de una nueva Guerra Santa. Además, marca el fin de una era y el inicio de otra. Y nosotros ni siquiera lo sabíamos.

Esta aventura se sitúa seis meses después de la batalla contra el Rey Demonio.

Mael y yo habíamos estado viajando por los últimos seis meses. Había sido muy divertido e interesante. Si soy sincera, creí que extrañaría a Meliodas mucho más de lo que lo hice. No me malentiendan, sí lo extrañé bastante, pero él vínculo me ayudaba a no hacerlo tanto pues podía hablar con él cuando quisiera.

Estar en un lugar distinto al de Meliodas, seguir otro camino diferente al de él no era tan malo después de todo.

Raro sí, pero iba a acostumbrarme. Además, no estaría separada de él para siempre.

Pero bueno, regresando a lo de mi viaje con Mael. El plan era pasar seis meses de viajes y aventuras para nosotros dos solos y volveríamos a Liones para la boda de Elizabeth y Meliodas. Pero hubo un pequeño contratiempo.

Mael: Lo siento mucho.

________: Tranquilo, lo entiendo, se lo prometiste a tu hermano. Aunque no lo parezca, sé lo importante que es cumplir promesas a tu hermano.

Mael: Has cumplido las promesas que le has hecho a tus hermanos.

Suspiré.

________: Después de hacerlos sufrir y sacrificarlos.

Mael: Oye, tú no lo elegiste, te viste obligada a hacerlo.

Me encogí de hombros.

________: Bueno, pero tienes que llegar a tiempo para la boda y el nombramiento de mi hermano.

Mael: Llegaré, no te preocupes.

Sonreí.

________: Y después ya veremos cómo acomodarnos. ¿En serio no tienes problemas con que sea consejera del rey de Liones?

¿Cómo olvidar cuando Meliodas aceptó ser el rey? No estaba físicamente ahí, pero no me perdí aquel momento.

Baltra, Elizabeth y Meliodas estaban en el castillo. Por fin mi hermano le diría a Baltra que aceptaba ser el rey.

Baltra: ¿Es verdad, Meliodas? ¿Vas a casarte con Elizabeth y serás el rey?

Meliodas: Sí, siempre has sido muy bueno conmigo.

Baltra: ¡Me alegra tanto! Fijemos la fecha de tu coronación.

Meliodas: Aguanta, no hay que apresurarse.

Baltra: Pero eso es solo el principio de todas las obligaciones que tendrás como rey.

«________: ¡Uys!»

Meliodas: Es que todas esas cosas formales no van conmigo.

«________: ¿Y recién te das cuenta?»

«Meliodas: La verdad no lo pensé».

«________: Se nota».

Baltra: Eso solo será una presentación, habrá todavía muchas cosas políticas que atender como el nombramiento del maestro de los caballeros sagrados, las negociaciones con otros reinos...

«________: Menos mal que no he aceptado ser tu consejera».

«Meliodas: Sé que no vas a abandonarme con esto».

Nanatsu no taizai: La guardianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora