3 Capítulo 4

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Sabía que Elizabeth no podría hacerlo. Era bastante obvio desde mi punto de vista. Sabía que esto terminaría muy mal para alguno de los clanes.

Sea cual sea el más afectado, sé que éste será nuestro fin.

Jamás creí que me la pasaría corriendo mientras una batalla se disputa sobre mí. Pero Meliodas no subirá hasta donde estén ellos mientras no encuentre a Elizabeth. Sé que una vez la encontremos y se asegure de que está bien, nosotros arreglaremos las cosas, como siempre.

También me molestaba que no pudiese escuchar nada. Simplemente veía como platicaban, seguro están insultándose antes de comenzar a golpearse. Para ser sincera jamás entenderé por qué primero deben tener una pelea verbal para proceder a la física.

Bueno, no puedo quejarme, yo hago lo mismo.

Meliodas: ¿Dónde está Elizabeth?

________: No lo sé, Derieri ya no está donde estaba antes, pero no se movió mucho así que solo vamos hacia donde está ella.

Cuando Meliodas se altera es como si se le nublara la mente y a mí me toca mantener la compostura.

Drole: ¡Los están matando!

Miré hacia arriba. Muchos arks aparecieron en el cielo, encerrando a los demonios. Sin duda eso mataría a los subordinados, pero claro que los Diez mandamientos saldrían intactos.

________: Son unos engreídos si creen que con eso van a ganar.

Gloxinia: Todos los demonios están pereciendo.

________: No presten atención a ellos, miren a los mandamientos. —Miré hacia arriba—. Ya hasta escaparon.

Meliodas: Estamos cerca, puedo sentirlo.

________: Que alegría —dije con sarcasmo.

El abrumador poder podía sentirse hasta acá abajo. Sin mirar hacia el cielo podía decir con certeza que Monspeet había usado su ave del purgatorio y también que el combo star de Derieri se había activado.

________: Estoy deseando que nuestros ex compañeros ganen.

Aunque sabía que estaban en una enorme desventaja. Había aprendido a conocer a los Cuatro arcángeles y sabía que esas técnicas no les harían ningún daño.

Volví a mirar arriba justo en el momento en que Galand cortaba a Tarmiel por la mitad. Así supe que era él quien peleaba contra Derieri, entonces Monspeet se estaba encargando de Sariel.

Estaba comenzando a agradecer el hecho de que Mael no estuviese aquí. Nunca creí que una decisión de Ludociel me pondría tan feliz. Estaba casi segura que Mael se encontraría ahí ayudando a sus compañeros y que mis antiguos compañeros estarían ya muertos. Aunque si nosotros estuviésemos ahí como parte de los mandamientos, claro que tendríamos la ventaja.

Meliodas: Probablemente sea cierto.

________: Claro que lo es, la última vez que peleaste contra Mael, tú ganaste porque él se retiró.

Y recordaba que no cumplió su promesa de matarlo. Aunque ahora me alegraba que no lo hubiese hecho.

Volviendo a la batalla que se disputaba allá arriba. Ya ni siquiera quería mirar, sabía perfectamente que los arcángeles estaban con mucha ventaja sobre los mandamientos. No quería ver la cara de esos creídos alados.

La tierra tembló. Miré a todos lados para saber qué había pasado y pude ver a Fraudin en su tamaño de gigante. Ese subordinado con un nivel un poco más alto que los demás, si Monspeet no puede, menos él.

Nanatsu no taizai: La guardianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora